La
transmisión oral nos cuenta que durante una fase de la Batalla de la
Cornicabra-Albarizas, que se desarrolló entre el 28 y 30 de abril de 1938, se
ordenó la retirada de las tropas republicanas (Cía de la 76ª Brigada Mixta) que
estaban situadas en la cima del montículo más elevado de la zona. Haciendo caso
omiso, bien porque no escuchó la orden o
porque era consciente de ello, un soldado del cuerpo de zapadores permaneció en
su puesto de ametralladora, en concreto el torredonjimenense Antonio Moreno
García, nacido en 1909, alias “Tarara”, quien se quedó solo. Cargó la
ametralladora y siguió disparando, consiguiendo mantener la posición y
detención del avance de las tropas nacionales, entre las que se encontraban en
primera línea, el Primer
Tabor de Regulares de Ceuta nº 3, integrante del Ejército africano de Franco. Cuando
los “desertados” oyeron la “máquina” disparar, se volvieron y regresaron a sus
posiciones, provocando la retirada de los atacantes.
Esta es la versión mantenida por el nieto del
“Tarara”, Eugenio Moreno, quien ha indagado en el pueblo de Torredonjimeno y ha
podido corroborarla escuchando el testimonio oral de los ancianos militantes
del Partido Comunista que conocieron a
su abuelo. Antonio era reconocido en el pueblo como un héroe de guerra, de
hecho recibió una condecoración que pudo
ser la Medalla al Deber o la Medalla al
Valor que otorgaba la Republica a sus héroes. Esto
nadie lo pone en duda en el pueblo, ni tampoco sus familiares.
Otros hechos que corroboran la
versión afirman que Antonio Moreno, como muchos perdedores, fue objeto de burla
en el pueblo de origen. En alguna ocasión, la Guardia Civil le arrestó bajo el
lema: “aquí está el héroe”, con evidente sorna.
Otras
versiones dicen que fue un miembro de la familia Fuentes, que era teniente de
la Brigada de Alcaudete (76ª Brigada Mixta). También se comenta que salieron huyendo los miembros de
este destacamento, siendo obligados a regresar por un capitán con pistola en
mano. Así lograron mantener el lugar y contener el
avance con la ametralladora de este sitio, y a la postre ganar la
batalla.
Esta batalla no ha sido
objeto de estudio, o al menos han sido infructuosos mis intentos de encontrar
bibliografía al respecto, pues tan solo he encontrado referencias a los partes
oficiales de guerra en los días posteriores a su desenlace. Esto puede ser
debido a su coincidencia temporal con el inicio o reanudación de uno de los
ataques más importantes de la guerra en el llamado Frente de Aragón, (donde
murió entre otros muchos el fuentealameño Vicente Vera Moreno). Sin duda alguna
tuvo mayor repercusión para el devenir de los acontecimientos que el Frente
Sur, donde solo se producían pequeñas batallas o escaramuzas para mantener las
líneas, como de hecho así fue hasta el final de la guerra. La falta de
literatura también pudo deberse a que las derrotas no forman parte de las
batallas. Hay que decir que aunque fue en defensa de posiciones y no se
conquistó terreno, se trató de una de las pocas victorias conseguidas por el
Ejército de la República, salvando la magnitud de las otras acciones bélicas,
como la Batalla de Guadalajara o la toma de Teruel (pese a que pronto se perdió
de nuevo) o en menor escala la Batalla de Pozoblanco, (donde murió el
fuentealameño Antonio Puche), esta fue quizás la mayor victoria republicana. También
supuso la subida de moral del ejército republicano tras la derrota sufrida unos
veinte días antes en el Cerro del Molino (Ribera).
Por todo ello, no estamos de acuerdo en
considerar esta batalla, que según cifras oficiosas causó más de 300 muertos, una
simple escaramuza, como a veces ha sido catalogada. Actualmente estamos trabajando en su
documentación de dicho acontecimiento, y ya son más de 300 folios redactados los que
posiblemente alguna vez vean la luz pública. Como anticipo veremos ahora como estaba
constituido el puesto de resistencia que defendió Antonio Moreno. Hemos hecho
una reconstrucción aproximada siguiendo las normas que había dado el Ejército
Republicano, ello no quiere decir evidentemente que fuese exacto a lo
establecido en la norma, ni que la orografía de terreno se adaptase
perfectamente a lo establecido en la circular, pero creo que nos hemos
aproximado un poco.
Con la signatura C.1877,23,2 / 6 se encuentra
registrado en el Archivo Militar de Ávila un documento que recoge la
transcripción de unas
Instrucciones sobre la Organización del Terreno, dadas por el Ejército
Republicano a sus tropas (81ª Brigada Mixta E.M.), y que fueron proporcionadas
al Ejército Nacional por un evadido. Dichas instrucciones se distribuyeron entre
las fuerzas nacionales (Divisiones 31ª, 32ª, 102ª y 112ª y otras divisiones,
que serían las que atacaron) dos meses antes del inicio de la operación (23 de
enero de 1938) y por tanto estaban en vigor en aquel momento en el Ejército
Rojo.
Entre ellas podemos
destacar las normas que debían tenerse en cuenta para una buena defensa basadas
en el Reglamento para la Organización y Preparación del terreno para el
combate. Según dichas instrucciones un Punto
de Resistencia consistía en la creación de un obstáculo activo y por
consiguiente con la finalidad de proteger contra los ataques por sorpresa,
manteniendo el asaltante bajo el fuego, para lograr así detener o retardar su
avance. Debía tener como forma geométrica la de aproximadamente un rombo,
cada lado alrededor de 200 metros, con la diagonal menor de la misma
longitud, la línea principal de resistencia estaría marcada por esta
diagonal y situada en la pendiente de la loma y a una distancia de la cresta
topográfica no superior a los 50 metros; próximamente a esta retaguardia
(cresta) y a sus flancos, se situarán dos ametralladoras (una de ellas
era la utilizada por Antonio Moreno) en forma conveniente para realizar las
cruces de fuego con los puntos de resistencia inmediatos; concentraciones sobre
los intervalos y fuegos de flanco; los emplazamientos de estas ametralladoras y
sus obras serán las primeras que se ejecuten en la posición; en la línea
principal de resistencia se establecerán las organizaciones defensivas
necesarias para que permitan la actuación de dos pelotones que
pertenecieran a dos de las tres secciones de la Compañía. Estas serán las obras
que se ejecuten en segundo lugar de la posición.
La
línea de resistencia estará situada próxima al vértice anterior del rombo y la compone la organización defensiva
para que sea guarnecida por un pelotón con dos F.A. Estas son las obras
que en tercer lugar se efectuarán en la posición.
La
línea de vigilancia estará constituida con puestos de centinelas y
escucha en número variable, según el efectivo de la compañía. La línea de
sostenes estará situada en la contrapendiente de la posición y a distancia
no superior de cien metros de la cresta. Normalmente les guarnecerá un pelotón;
estas son las obras que hay que ejecutar en cuarto lugar.
La
línea de reserva estará situada próxima al vértice posterior del rombo y
contendrá la tercera sección de la Compañía; las obras correspondientes a la
misma se ejecutaran en último lugar, pero antes que ellas deben ser hechas las
correspondientes a los observatorios y P.C. de la Compañía así
como las correspondientes a la de trasmisiones y a la trinchera
continua y en zigzag de la línea principal de resistencia.
A
medida que el tiempo lo consienta, seguirán ejecutando las oportunas obras de
mejora de las ya construidas, así como la construcción de ramales, pozos,
etc.
Con este perfecto sistema
defensivo, unido a la triple alambrada de espino (parte de ella pudimos recoger
del lugar, 83 años después en perfecto estado) que rodeaba el Cerro, y el acto heroico
de Antonio Moreno “Tarara” devino totalmente imposible el acceso.
Con la
visita al lugar el pasado 14 de septiembre, Eugenio Moreno, nieto de Antonio
Moreno García “Tarara”, ha visto cumplido un sueño y yo encantado de que así
haya sido. Mi agradecimiento.
En el Diario oficial nº 71 de marzo de 1938, Orden
Circular nº 4.488 se desarrolla el Decreto de 23 de enero de 1938, estableciéndose
las recompensas que podrán otorgarse con motivo de la actual campaña,
resolviendo y aprobando las normas que habrá de ajustarse la concesión de
aquellas. Barcelona 22 marzo de 1938.
Sexta.- Medalla del Deber. Esta condecoración, se
concederá por méritos o servicios de guerra notoriamente destacados, siendo
indispensable el haber permanecido, como mínimo, tres meses en territorio de
operaciones, figurar en tres hechos de armas y haber tomado parte en alguna
fase de ellos desde puestos de gran peligro o incorporación a fuerzas armadas,
desarrollando con acierto su cometido, cuando de jefes, oficiales o sargentos.
Séptima.- Medalla del Valor. Se otorgará por hechos y
servicios verdaderamente extraordinarios, en las mimas condiciones señaladas
por la concesión de la “Medalla del Deber”, siendo indispensable que el
propuesto se encuentre en posesión de ésta última.