sábado, 16 de marzo de 2013

ASOCIACIONISMO EN FUENTE ÁLAMO. I PARTE. DIVERSAS ASOCIACIONES.



Las asociaciones de todo tipo, siempre se han ido produciendo a lo largo de la historia en Fuente Álamo, así se formaban cuadrillas de aceituneros o segadores, normalmente entre familiares, con el fin de recoger las aceitunas o de segar a destajo. Se daban “tornas” que consistían en cambiar, jornal por jornal, un día con uno, otro día con el otro, sin intercambio de dinero. Se asociaban dos muleros para formar una yunta con sus respectivos mulos, y en general en una aldea tan pequeña, siempre fue necesario aunar las fuerzas entre los vecinos para conseguir los objetivos, formándose sociedades agrarias, de albañiles, deportivas, vecinales y religiosas.

Según los archivos de la UGT de las Sociedades obreras y movimiento obrero de Jaén,  aparece en Fuente Álamo durante la II República, en concreto en el año 1932, la  Sociedad Obrera de Trabajadores de la Tierra «La Espiga Floreciente» afiliada a la  FNTT-UGT. En el Art. 1 de su Reglamento se establece que la Sociedad Obrera de Agricultores “La Espiga Floreciente” creada el 13 de mayo de 1931,  tiene por objeto agrupar a los trabajadores agrícolas y de varios oficios de esta aldea, con el fin de mejorar la condición moral y material de sus asociados y luchar por la emancipación de la clase. Entre sus fines tenía el de crear en donde se creyese conveniente, Cooperativas de agricultores. Aunque dicha Sociedad continuó con cierta actividad durante la Guerra Civil, pues los socios seguían pagando sus cuotas, con el franquismo, quedó truncado el movimiento sindical obrero fuentealameño.

Otros dos intentos frustrados de asociaciones para explotación agrícola de la tierra, se constituyeron en los años setenta y se repitió de nuevo en los años ochenta, donde se estableció una cuota única de 1.000 pesetas por socio, con la intención de colonizar las tierras de los cortijos del Coscojar Alto y Pineda, propiedad de la institución benéfica “Fundación Mármol” de Priego de Córdoba, a la que fueron donadas por sus anteriores propietarios. Sí, se consiguió la parcelación, pero a título individual, de las tierras del cortijo Clavijo, propiedad del Ayuntamiento de Alcalá la Real, primero, en régimen de arrendamiento y posteriormente su adquisición por parte de los arrendatarios que lo quisieron.

La <<Sociedad Cooperativa agrícola Nuestra Señora del Rosario>>,  creada en 1959, fundamentalmente para la producción y elaboración de aceite, ha fomentado la actividad económica de la aldea durante más de cincuenta años, dando cierta estabilidad y seguridad a los pequeños y medianos agricultores desde los años 60, si bien, en sus inicios formaron parte como socios fundadores, grandes propietarios o arrendatarios, como Bonifacio Aguilera Carrillo o Antonio y Narciso Ramírez Sánchez. Se ha mantenido siempre activa a pesar de los altibajos sufridos desde su puesta en funcionamiento, con la fluctuación de bajas y readmisiones de socios interesados, que parafraseando la frase de la película Casablanca, “siempre nos quedará la Cooperativa”. La constitución de la Cooperativa y Caja Rural Ntra. Sra. del Rosario, supuso la reordenación y agrupación de pequeños y medianos agricultores frente al monopolio del molino de aceite que explotaba D. Francisco Serrano del Mármol “Don Paco”, que circunstancias de la vida, fallecería el 16 de diciembre de 1959, justo al inicio de la recolección de la cosecha con la  que comenzaría su puesta en marcha y que por tanto no pudo ver el funcionamiento de la competencia, si bien, continuó su explotación D. Rafael Jiménez, quien adquirido el referido molino-vivienda, aunque ya, con la competencia propia de la Cooperativa.

La sociedad formada por tres albañiles y un camionero <<Los Cuatro>>, integrada por Justo Gutiérrez, Juan Pérez Vera, Eugenio Pérez y Juan Aguilera, promovió la construcción y rehabilitación de casas en la aldea durante los años setenta, sin embargo, la andadura de la sociedad fue corta, pero adquirieron un pequeño camión, que fue el medio de transportes de materiales y cosas, en la aldea, durante tres o cuatro décadas.

Otro asociacionismo, tipo deportivo, se produjo en los años setenta con la creación del coto de caza o <<Sociedad deportiva de caza “Casasola”>>, fue el primer intento de concienciación de los fuentealameños en protección de la fauna autóctona (conejo, perdiz, libre, zorzal, tórtola, paloma torcaz, incluso, codorniz, en los primeros años, y cuando se sembraba grano), y supuso el controlar, en cierta forma, el furtivismo, que era lo que había imperado hasta su creación, pero sin poder llegar a erradicarlo, pues era un medio de vida de los no cazadores o no socios.  Entre sus primeros socios estaban Marcelino Pérez Aguilera, Juan Aguilera Castillo, Manuel Arévalo, ect… quienes llegaron a poseer su propia máquina de montar cartuchos.

En los primeros años del Siglo XXI, se constituyó la <<Asociación de Vecinos La Torre de Fuente Álamo>> que tiene su domicilio en calle Carretera, núm. 8, siendo su presidenta actual, Francisca Pérez González. Dicha asociación ha conseguido unir a casi todos los vecinos, llegando incluso a integrar en la misma a familias inglesas residentes en la aldea. Entre la multitud de actos culturales y festivos podemos decir que ha organizado curso de inglés, actividades de aeróbic, senderismo, baile de salón, ect…, las cabalgatas de Reyes Magos, los Carnavales, Día de Andalucía, ect…,  diversos viajes y en general muchos eventos de tipo cultural y lucrativo y sobre todo ha dado un gran impulso al asociacionismo vecinal, separándolo de la política. Está formada fundamentalmente por mujeres fuentealameñas, pues sus cargos representativos están ocupados por mujeres y casi todas sus actividades están organizadas y realizadas por ellas, “al cesar lo que es del cesar”.

La <<Hermandad de la Virgen del Rosario>>, asociación de tipo religioso encargada de organizar las fiestas mayores en honor a la Virgen del Rosario y de San Antonio de Padua y otras menores en torno a la Santa Cruz  o las Flores de Mayo. Contribuye al mantenimiento de la iglesia de San Antonio de Padua. Cada año nombra a sus hermanos/as mayores, anteriormente salían voluntarios, o en caso contrario, se hacía por orden del que nunca lo había sido, podía haber algún caso que por diversos motivos rechazaba el nombramiento, entre ellos el tener luto por la muerte de algún familiar, pero por lo general cada uno asumía el cargo el año que era “echado”. Actualmente existen dificultades para su elección, dada la escasa población joven que se mantiene en la aldea.
Hasta finales de los sesenta también existió la Hermandad de la Santa Cruz, que desapareció por motivos de la emigración.
Otras pequeñas hermandades las formaban la de la Cruz de Clavijo (24 de mayo) y la de la Cruz de la Setilla (11 de mayo), que han celebrado sus fiestas en honor a las respectivas cruces hasta tiempos recientes, que ha coincidido con el abandono de los cortijos instalados en sus cercanías.