Aparte de todas aquellas palabras recogidas en la anterior publicación y muchas más mal pronunciadas, que no mal dichas, hay expresiones o frases hechas por fuentealameños como Cristino Mesa: “Un vamos, toda la vida de Dios han sido dos de pan y una de queso…” con la que el dueño del Cortijo de la Erilla recriminaba a los albañiles que le habían hecho una reforma en el cortijo, entre ellos Justo Gutiérrez, pues se habían comido el queso que guardaba en la orza, en la proporción de dos de queso y una o ninguna de pan. “Cuchar la Jongona”, como diría Mariquilla de Flora, o el típico “Cago hostia” de Juan Aguilera, o aquello que decía José Ramírez: “Te lo dice Pepe…” o la de Luis Montes: “Me cachi en los mengues…”, con aquel sosiego con el que lo decía. Aquella frase “Yo ya sé pa mi apaño”, con la que se despidió Antonia Pérez Vera de la escuela de adultos, cuando aprendió a poner escasamente su nombre. “Redios, Redios, ni los propios” que exclamó aquel padre fuentealameño, cuando se encontraban segando mano a mano con su hijo, al coincidir, sin saberlo, una sonora ventosidad propia con otra sorda de su hijo, para quien tal acto estaba muy mal visto, por lo que no tuvo otro remedio que aprovechar la ocasión. Aquí no funcionó el dicho “Ningún hijo es feo, ni le huelen los…” También aquel dicho que Francisco Pérez González, si le venía alguna adversidad: “No pasa na, vendo una cabra”. Hablando de cabras, también se puede escurrir el bulto de la manera que lo hizo Antonio Ortega “Rayo”, cuando le recriminó Pepe Aguilera “Mercé” que sus cabras le habían comido los olivillos, respondiendo Antonio: “Échale la culpa a la chica, que la grande no ha sido”.
También hay muchas
expresiones que se suelen utilizar por toda la zona y otras autóctonas de
Fuente Álamo. “Meter la burra de culo”,
esta expresión se emplea para manifestar que algo se ha hecho mal. “Más ennortao que la cabra de Cristino”,
“Más loco que la Lea”, para
calificar a alguien de alocado. “Más
apañao que un jarrillo de lata”, esto no solo lo son los fuentealameños/as,
sino otros muchos y muchas. “Más guarro
que la Leles”, que no tuve el gusto de conocerla, pero seguramente existió.
“Viajas más que Amalia” ya quedó explicado
en este blog su sentido, “Más perro que
la chaqueta de una guarda”, cuando alguien es “vaguete”, “Más de campo que un arao”, “Dar peos a
una lata hasta que se bolle”, es
para mandar a alguien a que cumpla un misión imposible. “Olivos
al cinco de oros”, para aprovechar el terreno se plantaban cuatro olivos y
uno en el centro, y así sucesivamente. “Vas
arder como un pajar”, “Dar palos hasta en el cielo de la boca”, son
amenazas imposibles de cumplir. “Has
metio el chocho en los fideos”, recriminación que se hace cuando alguien se
equivoca. “Más oscuro que la boca de un
lobo”, ”Se está poniendo el cielo
panza burra”, “Tiñosa oscura, lluvia
segura”, o “Tiñosa con montera, agua
espera, quiera Dios o no quiera”, son expresiones para decir o predecir el
tiempo, o frustraciones cuando el viento era molesto para la colocación de los
faldos de aceitunas y Pedro Cervera decía: “Cómo
le pegue una patá en los güevos al viento, verás”. “Anda y traspón por el Tajo Grajo” como maleficio deseado. “Ya traspuso por la Piedra Gorda”, expresión
de duelo, cuando alguien de Fuente
Álamo hacía el último viaje camino el cementerio de San José de la Rábita. Así otras muchas que se pueden ir
añadiendo, pues “No se puede estar en
misa y “replicando”, yo diría, repicando. “Lo tiró como una espuerta de barro”, que respondía al gesto de
tirar algo al suelo de un golpe seco y de forma totalmente desentendida. “Fumas más que un tío sacando estiércol”
cuando alguien paraba muy a menudo de trabajar para hacer descansos; en este ejemplo,
era debido a que el olor de la cuadra hacía que se interrumpiese continuamente
la faena para tomar aire. Daremos una pausa y decimos: “No corras, ni trillando”. Hay que recordar que uno de Fuente
Álamo, “perdió todas sus tierras
plantadas de olivos de cuatro pies”, lo mismo por eso se le marcharon.
Otras veces hacemos los refranes o supersticiones a nuestra medida y decimos: “Quien tira la sal, tira el capital”
Recortamos expresiones y
decimos: “contrimás se arrima…” por
cuanto más se quiere, o “lo menos”
en vez de por lo menos, “pa tó” en
vez de “para todo”, “ca” por cada, “da quí”
por desde aquí, “to er santico día”
por “todo el día”. Ese “Nene,
venacapacá”, fuentealameño, que
equivale a un “Come here” de nuestros vecinos ingleses, pero con más genio. “Socorro
acuir to er mundo”, por S.O.S, “al
laico” por al lado, “está cebao”
por estar gordo, “está seco” por
estar delgado o decimos que “habla recio”,
para decir que está hablando alto…
Se utilizan muchas
palabras que ya están en desuso, como el añadir a los verbos el prefijo “a” y
decimos “acarrear” por carrear,
ablentar por aventar. Sin embargo decimos “bollar
el coche” por abollar, que también existe “bollar” pero significa otra
cosa.
A las abuelas antes para nombrarlas
se anteponía el sustantivo “mama” o “papa” al nombre propio: “Mama Antonia”,
“Papa Sandalio”…, o a los tíos y tías y se decía “Tío Monje” o “Tía Pepa”… No
sé porque se ha ido suprimiendo lo de “chacha”
o “chache”, (“Chacha Sencie” o
“Chache Juanele) por tita o tito, seguramente por los tiempos modernos que vinieron.
Cuando alguien dice: Voy “ase” mi tita …” , está utilizando la
expresión parecida a la francesa de “chez..”, que significa “en casa de”.
Sin saberlo, nuestra riqueza lingüística coincide con un idioma tan
culto como el francés.
El otro día escuché esta
frase: “Otavía no se ha comío las
almondigas, ni la acendría y ya se ha limpiao el jocico con la ruilla”.
Como éstas las que quieras.
Recuerdo que esta publicación no es una
crítica, pues nada se tiene que reprochar, e incluso habría que valorar esa
idiosincrasia que nos hace diferentes y esa transmisión oral de nuestros
antepasados. Solo quiero dar a conocer, más bien recordar, la utilización de
algunas expresiones y palabras utilizadas en el día a día en nuestro pueblo,
siendo consciente de que son una mínima parte de las utilizadas y de que no se
trata de un estudio profundo de la lingüística fuentealameña, y como me ha
apuntado mi amiga Mari Carmen, hubiese sido más fácil poner las palabras bien
pronunciadas y acabaríamos antes, para terminar diciéndome: ¿Es qué hay alguna
bien dicha?
A continuación reseñamos
una serie de palabras o términos que se utilizan en la aldea y que pueden
coincidir con los que se utilizan en otros muchos pueblos, sin ser una lista
exhaustiva y sólo a título de ejemplo, que se puede ir completado “por to´s uste’s, o vusotros”, si “sus” da la gana o si os apetece:
Ablentar: también se puede decir aventar el
trigo
Acarrear: transportar en carro.
Acuesta: llevar algo o alguien subido en
nuestras espaldas
Andurrial: lugar retirado
Apontocar: apoyar sobre algo
Arregostar: acostumbrar
Arrendar: imitar o hacer burlas a otro (o
hacer arriendos).
Borombillos: llevar alguien en los hombros
Buscar
la navajilla:
escaquearse en el trabajo en el campo
Cardancha: Cardencha
Carrañaca: instrumento navideño de palo con
estrías
Cascaravito
de billota: cascara
de bellota que se utilizaba como dedil para recoger aceitunas
Carámbalo: trozo de hielo
Cachucho: Cualquier recipiente pequeño (En
Fuente Álamo)
Chilancos: cilancos
Chilancos: cilancos
Chuchurrío: mustio
Crujir
el hato: pegarle a
alguien
Destajo: lugar de trabajo en la recolección
de aceitunas o siega.
Enmallaico: niño hambriento
Ennortao: sin norte, alocado.
Egollante: califica a una persona desagradable
en el trato,
Esento: travieso, pillo, revoltoso. El
sustantivo es esentura y podemos usarlo como sinónimo de travesura.
Esgobernar
un pie: torcedura de
tobillo
Fumar: hacer un descanso en el trabajo.
“Vamos a echar una jumailla…”
Gallillo
viejo: orificio que
comunica con la tráquea, por donde suele introducirse accidentalmente pequeñas
partículas que producen tos.
Hacer
la gata: en la
recolección de la aceituna, parar intencionada y disimuladamente al final de la
hilera para que otra cuadrilla doble antes, con el fin de que cojan una hilera más
dificultosa.
Hacer
la maleta: Sinónimo
de emigrar
Hilá: hilada o hilera de olivos
Jarapos: trapos o harapos
Jerga: Conjunto de utensilios necesarios
para la recolección de la aceituna o la siega (faldos, varas, sacos, ramales…)
Jonguillao: dícese de una cosa cuando está
deformada o aplastada.
La
vística!: expresión
de asombro
La
orden, machooo!:
expresión de más asombro
Lengua
zapatua: estado
áspero que se queda la lengua.
Mamia: cabra con una sola teta
Mamia: cabra con una sola teta
Murga
“regaera”: murga
navideña informal
Muliar: muladar, lugar donde se arroja
basura y heces de animales.
Pecho: terreno pendiente
Pingo: salto brusco que da un mulo o
caballo
Pingolé: juego de niños, unos salta sobre
otros
Pintar: sembrar cereales o leguminosas.
Pirina: especie de gallina pequeña o enana.
Piquera,
pajareta: puerta por
donde se introduce la paja al pajar
Pleita
de esparto: base de
esparto para hacer objetos o utensilios de esparto
Porfiar: aportar o desafiar
Posla
(portland): superficie lisa
hecha de cemento
Raleta
o realeta: Cagueta, heces
de cochino blandas
Rajuñar: arañar o rasguñar
Renegrura: gran oscuridad
Roña,
Roña: palabra que se
aclamaba para solicitar a los padrinos de los bautizos los caramelos.
Ruilla: servilleta o rodilla
Remanecer: hacer referencia al lugar de donde
se es natural o nacido.
Senagüillas: Enaguas pequeñas para la mesa
camilla.
Tornas: intercambio de trabajo por trabajo
sin dinero de por medio
Tufo: se refiere al flequillo
Turruntera: terreno dificultoso, quizá por torrentera
Vará
de aceitunas:
temporada de recolección aceitunas.
Verraquera: Barraquera
Zamanza
palos: quiere decir
una buena paliza.
Zarcillo: colgante que se pone en las orejas.
Hay
un montón de palabras recogidas en el diccionario del Real Academia de la
Lengua Española, que tuvieron un gran uso en Fuente Álamo y en otros pueblos,
pero que actualmente ya no se usan como:
Gaveta: cajón o recipiente de albañilería
Artesa: recipiente cuadrilongo de madera
Besana:
primer surco que se
abre en la tierra.
Ubio:
yugo
Zafa: utensilio para lavarse, se recoge
por la Real Academia pero en otros lugares se le llama, jofaina
Mi más enhorabuena por su libro intentare hacerme de un ejemplar, le diré algo que poca gente sabe y es la relación de D. Fernando Tapia de Castilla con Fuente Álamo fue propietario de la Torre de Fuente Álamo y del Cortijo de la Torre....se lo notifico como dato curioso....me gusta la gente que investiga y se preocupa por la tierra donde nació,riciba un cordial Saludo
ResponderEliminarMuchas gracias querid@ seguidor de este blog. Gracias por la puntualizar sombre la figura de D. Fernando de Tapia y Castilla, que es verdad que no se conoce mucho de esa parte de la historia que relaciona a D. Fernando con la Torre de Fuente Álamo, y que en una entrada de este mismo blog dedicada al referido monumento, sí hacemos mención a que el Sr. De Tapia fue alcaide de nuestra Atalaya. Me alegra que sigas las historias contadas aquí respecto a esta pequeña Aldea y también me motiva para seguir escribiendo o como tu dices, investigando para dar a conocer su historia. También gradecer tus felicitaciones respecto al libro. Solo decirte que si sigues interesado solo me tienes que facilitar tu correo electrónico y con mucho gusto me pondría en contacto para hacerte llegar un ejemplar. Un saludo.
Eliminar