jueves, 2 de septiembre de 2021

RECUERDOS Y AÑORANZAS DEL CERRO DE FUENTE ÁLAMO DE LAS NIETAS DE TEODORA VERA




                                                                                                                                                                                                                       Hace unos días recibí este bonito mensaje:

“Hola Domingo,

Somos tres hermanas de la provincia de Barcelona que hace tiempo leemos tus artículos sobre Fuente Álamo.

Entre ellos varios dedicados a miembros de nuestra familia algunos de los cuales nos han emocionado enormemente, como el que dedicaste a nuestro tío Rafael Cano Vera “Rafalín” tan querido por nosotras y que su pérdida a temprana edad nos dejó un gran vacío en nuestros corazones, la mención que hiciste  del fallecimiento de nuestra amada abuela Teodora Vera Expósito y los más recientes dedicados a los Vera de la Dehesilla de Fuente Álamo, donde nombras a muchos de nuestros antepasados como nuestros bisabuelos Domingo Vera y Paula Expósito y el también emotivo artículo dedicado a nuestra tía María Vera Expósito, (aunque realmente era tía de nuestra madre siempre la llamemos tía María pues era una mujer a la que queríamos mucho), fallecida este mismo año.

Si no es mucho atrevimiento, nos gustaría aportar nuestro granito de arena a este Blog para la reconstrucción de una aldea, para nosotras nunca olvidada.

Te mandamos unas líneas que resumen lo que para nosotras significó, significa y significará Fuente Álamo y te adjuntamos algunas fotos.

Nos despedimos no sin antes agradecerte la labor que haces y animarte a seguir, pues con tus artículos acercas un poco más Fuente Álamo a mucha gente a la que como a nosotras no se nos olvida nuestro PUEBLO.

Gracias por tu tiempo.

Manoli, Adeli, Mari Expósito Cano, hijas de Mercedes Cano Vera.”

     En seguida les di respuesta positiva, como no podía ser de otra manera, pues era yo el agradecido, al saber que mi trabajo estaba siendo reconocido y valorado por personas que llevarán siempre en su memoria nuestro pueblo y que en alguna etapa de su vida formaron parte de su historia y lo más importante, que siguen queriendo ser parte activa, siendo muestra de ello, el cariño que ha puesto en estas letras:

 “El cielo de un azul tan intenso que sorprende, tejados de casitas que siguen la pendiente, hileras de olivos que cubren todo lo que mis ojos alcanzan a ver, el sol del atardecer calentando mi cara y yo, privilegiada, en el mirador más hermoso del mundo, el patio de mi abuela, con sus paredes encaladas, blanco perfecto.

Los lugares donde pasamos nuestra infancia nos dejan huella, marcan nuestros corazones.

Como cada verano, al empezar a sentir el cosquilleo en el estómago, no solo por la subida de sus calles empinadas, sino también por la emoción de haber llegado a Fuente Álamo, nos olvidábamos de los más de 900 km. que habíamos recorrido.

Llegar al Cerro, encontrar esperándonos a nuestras queridas tía y abuela, fundirnos en un abrazo, cruzar la verja verde que nos adentraba a nuestro hogar por unos meses.

Recuerdos….. saludos de mujeres que trasmitían espiritualidad, serenidad, paz. Aventuras compartidas con los niños y niñas del pueblo que nos acogían, no sin cierta curiosidad, como si fuéramos una más de Fuente Álamo.

Nombres que evocan nuestra infancia: la Mari de Ventura, Martina y Núria hijas de Santiago el alcalde, Javi y Mari de la Luci, Vicente el de la Justa, Paco el de Braguetas, Maria Eleni, Bea hija de Paco el del bar, Quini el de la Mariqui que junto a mi hermana Manoli decidieron que no podía haber ningún gato sin bautizar en el Cerro y gato que cogían, gato que bautizaban en la pila de detrás de casa de la Adora y tantos otros con los que compartimos juegos de la infancia.

En Fuente Álamo era fácil practicar el tan de moda ahora Mindfulness, estar presente, disfrutar totalmente del momento en que te encuentras.

Allí éramos conscientes de cada uno de nuestros sentidos. Oír el canto de los gallos al amanecer, la bocina del vendedor ambulante que acercaba sus productos a las puertas de las casas. 

Oler el pan recién hecho cuando bajábamos al horno, la tierra mojada al regar las flores cada noche.

El gusto de los higos que recogíamos de la higuera cercana a la casa.

Ver el cielo estrellado una noche en la que el calor nos regaló poder dormir al raso.

Sentir los tiernos abrazos de nuestra abuela.

Las cosas más sencillas se gravaban en nuestras mentes como experiencias especiales.

El agua fresca del porrón, cruzar el patio al mediodía, no sin antes ponernos los sombreros de paja (para evitar preocupar a nuestra abuela), lavar la ropa a mano en la pila, sentarnos a la “fresca” en las sillas tan típicas del pueblo.

Con el fin del verano llegaba el dolor de la despedida, ese nudo en la garganta al subirnos al coche y dejarlas a las dos allí de pie junto a la verja y que una vez comenzaba la partida se convertía en llanto desconsolado. Solo quedaba esperar a que los meses pasaran rápido para volver…

Nosotras también nos sentimos parte de Fuente Álamo, sino de nacimiento sí de corazón”.

Manoli, Adeli, Mari Expósito Cano, hijas de Mercedes Cano Vera





 

https://historiadefuentealamo-jaen.blogspot.com/2021/07/los-vera-de-la-dehesilla-de-fuente.html



2 comentarios:

  1. Extraordinario el comentario de estas chicas, que más que comentario parece POESIA.
    Muy emotivo, si gracias.

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