Ya está
disponible mi libro “Guerra Civil en Fuente Álamo. Batalla de la
Cornicabra”. Aunque por diversos motivos no podré presentarlo hasta el otoño,
no obstante, quienes me lo han solicitado, que han sido bastantes,
se lo estoy enviando por correo. Como hemos ido anunciando los
beneficios que se obtengan por su distribución irán destinados a obra cultural
para restaurar los dos cuadros que se encuentran en la Iglesia de San Antonio
de Padua de la aldea Fuente Álamo, tal y como se explica en la solapa del
libro. Descontando los gastos de edición, transporte,
ISBN, depósito legal... hemos partido de una base mínima de 15 euros y a partir
de ahí cualquier pequeña donación será muy agradecida por la aldea de Fuente
Álamo que servirá para enriquecer su patrimonio cultural y artístico.
Ahora y
simplemente agradecer a Santiago de Córdoba Ortega su colaboración, no solo por
poner el prólogo a esta obra, sino por toda la ayuda prestada ahora
y siempre.
Hoy, 16 de
junio, he recibido un correo en el que me hacía algunas reflexiones sobre su
prólogo; además, tomo el consejo que me da al final:
― ―
Ayer, buscando unos datos que incluí en un
prólogo que hice para un libro sobre la historia de Andújar, localicé en la
misma carpeta el prólogo a tu libro "Guerra Civil en Fuente Álamo. La
Batalla de la Cornicabra". Lo he releído y, aunque no me encontraba
satisfecho del mismo porque la limitación de espacio que tenía no me permitió o
no supe estructurar un resumen del contenido de tu libro, ahora que han pasado
unos meses, después de la lectura que acabo de hacer, creo que hice bien en
dejar autonomía al lector para que interactúe con el contenido de tu libro, lo
analice y saque sus propias
conclusiones; esa es mi percepción como lector de cualquier publicación.
Sin ánimo de mirarme al espejo, sino
analizar el contenido de mi prólogo y qué pretendía, al leerlo ahora de nuevo,
el objetivo del mismo fue centrar la atención del lector en dos ideas o puntos
que te vincularan como autor con tu
aldea de nacimiento ―Fuente Álamo―y con tus vecinos. No todos fueron
protagonistas de la guerra civil, pero sí de la posguerra. Entre 1939 y 1975
unos asumían la victoria de sus padres y abuelos, incluso la propia; otros su
derrota o las de sus padres y abuelos; como escribió Karl Marx, "Los seres
humanos hacen su propia historia, aunque bajo circunstancias influidas por el
pasado", y ese pasado no fue el mismo para todos los vecinos de Fuente
Álamo. La convivencia fue muy difícil, sobre todo para los vencidos no sólo por
las consecuencias de la represión de la Dictadura, sino porque al abrir la
puerta de su casa, en la casa de la acera de frente o en la misma acera, tenían
que encontrarse con alguna de las
familias del bando contrario. Tú, como autor del libro, pones nominalmente a todos
enfrente de su pasado; hasta tú mismo te encuentras en la misma situación.
Durante algunas décadas de la posguerra, todos fueron vecinos y adversarios,
ahora convertidos en personajes en la historia local de Fuente Álamo. Por esta
dicotomía y otras circunstancias, mi prólogo busca que el lector, antes de leer
tu libro, tenga como pórtico dos ideas materializadas en la realidad de hechos
contrastables, además de reforzar tu "Introducción":
- "...el
hecho de que en algunos de los casos, aparezcan identificadas las personas
con sus nombres y apellidos, se hace con la sana intención de que al
tratarse de una publicación tan localista, el lector pueda integrarse en
el conocimiento directo de la historia y participe de una forma objetiva.
Nunca existirá en esta publicación el ánimo de dejar a ningún
fuentealameño de un bando u otro en mal situación. Fue una historia
mala para unos y otros".
En definitiva, el doble objetivo de mi
prólogo fue:
Primero: La importancia que tiene para los pueblos
su propia historia, sobre todo para la gran mayoría de las aldeas que como
Fuente Álamo son apéndices creados por el devenir de la historia de la
capitalidad de sus municipios, en este caso de Alcalá la Real, por lo que son
olvidadas y no tienen historia escrita, salvo la referencia marginal en la
historia local del municipio. No sucede así en Fuente Álamo que, gracias a ti,
tiene historia escrita: “Baños de Ardales de Fuente Álamo”
(2016), que estudia el patrimonio perdido; “Patrimonio Cultural
Material de Fuente Álamo” (2019), que recupera vivencias, recuerdos,
elementos inmateriales de las calles, sitios, cosas y personas mediante
imágenes que permanecen atrapadas antropológicamente en los vecinos, así
como “Genealogía de Fuente Álamo. Nuestros primeros antepasados” (2023),
que recupera nominalmente el nombre de muchas de las familias que siglos atrás
labraron las tierras y construyeron las primeras casas de la aldea, aunque
algunas de ellas en la actualidad se hayan perdido; “Guerra Civil en
Fuente Álamo. La Batalla de la Cornicabra” (2024), un libro que
documentalmente y a través de la memoria sobre la memoria del pasado,
transmitirá fehacientemente ese pasado a futuras generaciones.
Segundo: Este rico patrimonio historiográfico
adquiere mayor importancia porque Fuente Álamo es una de las ciento y ciento de
aldeas de la provincia y de España que se van vaciando y tienen como horizonte
la pérdida total de habitantes (cayendo en manos de la especulación de
intereses particulares), o ser un lugar sin niños y jóvenes, habitada sólo por
personas muy mayores convirtiendo la aldea para sus vecinos emigrados y para
algunos extranjeros en segunda residencia. En 1950 Fuente Álamo tenía 1.145
habitantes y 258 al final del siglo XX, que durante el actual siglo XXI ha ido
perdiendo casi la mitad de sus habitantes: al 31 de diciembre del 2023 tenía
137 habitantes. Desde final de la guerra civil en 1939, han pasado 85 años y
entre esos 137 habitantes censados en Fuente Álamo ya no queda nadie de
aquellas generaciones que vivieron y contendieron en la guerra civil.
Entre ellos existen, sin duda, una diversidad compleja en aspectos económicos,
políticos y sociales-religiosos-culturales-éticos, que todos no compartirán el
mismo relato y memoria transmitidas sobre la guerra y posguerra; además, tu
libro les creará más de una duda porque todos fueron víctimas, aunque las
causas de su victimario no fueron equidistantes. No obstante, en el libro
mantienes una difícil equidistancia emocional con las víctimas nacionalistas y
republicanas, lo que provocará dudas en unos y en otros, sobre todo porque
hasta hace pocas décadas la historia de la guerra civil y posguerra fue escrita
y transmitida por los vencedores. Como digo al final del prologo, historia
significa investigación, testigo, y este libro es un testigo impreso del pasado
y de la memoria olvidada o no transmitida.
Cuando la prensa y la radio te entrevisten
por tu nuevo libro, puedes exponer cuál fue el objetivo del autor del prólogo.
Usa este correo lo mejor que te convenga. No te salgas del guión de tu
"Introducción", aunque no les guste a los extremos de los dos lados;
unos y otros son como el escorpión la fábula de Esopo: clavará el aguijón sobre
la rama, aunque los dos se hundan en el
medio del río.