miércoles, 20 de mayo de 2020

FESTIVIDAD EN HONOR A LA CRUZ DE CLAVIJO


He extraído tres párrafos de mis trabajos, uno ya publicado y otros dos pertenecientes al proyecto en el que estoy trabajando actualmente, para recordar la festividad en honor a la Cruz de Clavijo, que en otros tiempos se celebraría un día como hoy y que este año tampoco será posible por el Covid-19.
“Por seguir recordando, nos recrearemos en la memoria de aquellos meses de mayo, cuando sobre sus piedras se bailaban las verbenas en honor a la Cruz de Clavijo: aquellas fiestas del 20 de mayo de los años 60 y la ilusión festiva con la que nos encaminábamos desde Fuente Álamo (a unos 3 ó 4 kilómetros) haciéndosenos tan corto el camino y aún más la velada, aquella música de viento y percusión, aquellos pasodobles bailados entre sus piedras, aquel puesto de turrón, que sólo algunos podían probar, y aquella “Raspa con su son”, que sólo  Paquito Sierra con su caballo podía bailar”[1].
Festividades importantes por la concurrencia tanto de aldeanos como de cortijeros,  fueron en otras épocas las celebradas en torno a la Cruz de Clavijo, (20 de mayo), a la Cruz de la Setilla (11 de mayo), a la Cruz de La Chozas, etc. Eran celebraciones camperas que al no disponer en aquellos tiempos de luz eléctrica se amenizaban con grupos de música de viento, cuerda y percusión. Recordada es aquella actuación de Juan Antonio Ávila con su guitarra en la Cruz de las Chozas (Dentro de este maletín, tenemos un calcetín, un zapato sin tacón…) o en los últimos tiempos las actuaciones de Juan de Dios Anguita con su teclado, que “pasodobleaba” la fiesta de la Cruz de Clavijo”.[2]
María Vera Expósito, que vivió en la Dehesilla zona cercana a Clavijo, nos cuenta cómo eran aquellas fiestas de los años 50 y 60: “La fiesta de la Cruz Clavijo se celebraba el  20 de mayo, era la más soñada de las cruces, con sus p
uestos de turrón, su música… De aquella fiesta salieron muchas parejas de novios…  Después se rezaba la novena a la sombra del cortijo, donde todas las tardes venía gente desde los Bujeos, los Cerinos, los Florios… Los caminos eran de barro y mucho polvo en verano. En aquellos años en el Cortijo de Clavijo vivía una gran familia y era el centro o refugio de todos los que pasaban por allí. Ceferino y Urbana merecen un homenaje.”[3]

A estos párrafos he añadido diferentes fotos antiguas y modernas que fueron tomadas en dicha fiesta y donadas por Antonio Aguilera Valverde y Antonia Pérez Bolivar, deseando la pronta recuperación de  ambos, y  animando a quienes quieran aportar las suyas, con mucho gusto las uniremos.




[1] Página 95  “Patrimonio Cultural Material de Fuente Álamo” de Domingo Pérez Pérez .
[2] Extraído de una futura publicación sobre el patrimonio humano de Fuente Álamo.
[3] Extracto de las  notas manuscritas que me remitió de sus  recuerdos María Vera Expósito: “María de Quintín”.

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