sábado, 3 de agosto de 2019

TOMÁS DE CÓRDOBA RUIZ. ÚLTIMO PROPIETARIO DEL BALNERARIO DE FUENTE ÁLAMO. II PARTE


   En la ciudad de la Alhambra, morando en un ático con vistas al Hotel Palace, al Carmen de los Mártires, al Auditorio Manuel de Falla, a la Fundación Rodríguez Acosta, a alguna Torre de la Alhambra…y vista lateral a Sierra Nevada, en el conjunto del Barrio del Realejo, nos aguardaba sentado en su butacón nuestro anfitrión. Después de un saludo directo, pronto me sentí acogido por toda la familia, lo cual me facilitó mucho el trabajo. Estaba rodeado de pinturas, grabados, esculturas de creación familiar y objetos arqueológicos, pues es  estudioso y gran aficionado a esta materia; así como de libros, entre los cuales  tuvimos el gusto de ojear y hojear, además de palpar sus tapas de piel de libre, al que considera el más apreciado de la biblioteca: “Constituciones Synodales de la Abadía de Alcalá la Real” hechas por D. Pedro de Moya, impreso por Heylan en la Real Chancillería. Granada de 1626.  Pero a la vez le pillamos coqueteando y navegando con las nuevas tecnologías, pues al lado tenía una tableta electrónica. Aún ha llegado a tiempo para manipular estos aparatos, y los que quedan por venir, pues su curiosidad por la cultura le lleva a querer seguir avanzando con estas herramientas. El arte, la cultura, la música… forman parte de la unidad familiar, representada por su esposa: la pintora y escritora Dolores Montijano y sus hijos. También se enorgullece de tener entre sus amigos al poeta Rafael Guillén y otros artistas granadinos.
Nos transmite gran fortaleza a través de su enfática voz, aunque con algún escape de aire producido por la falta provisional de los dos incisivos superiores.  Al “cuerparrón” que no aparenta más de 70 años, solo le pone el achaque de las piernas, en algún momento de la conversación. Su calva brillante está conjuntada con una memoria y lucidez, que más de uno  quisiéramos tener a su edad nonagenaria, si es que acaso llegásemos. El complemento de la calva está en su perilla blanca, que le hace más interesante y a la vez conserva parte de la herencia familiar de su abuelo.  Quizás lo delate su elocuencia, pues quiere contarnos tantas cosas, que hace que en alguna ocasión se vea traicionado y no le venga el recuerdo inmediato o la instantaneidad de las palabras,  lo que produce que nos lo vuelva a repetir para hacer énfasis.
Su memoria trasladada unas cuantas décadas atrás nos ayudará al estudio que aquí abordamos,  y para lo cual concertamos una cita en la referida vivienda familiar. Así, con la serenidad que le ha dado el tiempo, pero a la vez con la ligereza mental conservada, me fue contando y proporcionando documentación y fotografías referentes al Balneario de Ardales de Fuente Álamo, como último de los De Córdoba que aún posee su propiedad.
Tomás nació en Alcalá la Real un 22 de febrero de 1929; hijo de Francisco y de María de las  Mercedes Ruiz Belbel, ambos vecinos y naturales de  Alcalá la Real. Su padre era conocido en Fuente Álamo como “Paquito de Córdoba”.
Criado en el seno de la familia acomodada de los De Córdoba, fue educado en el Colegio de Cristo Rey de Alcalá la Real, donde en mayo de 1936 hizo la Primera Comunión con las monjas de dicha congregación. Prosiguió sus estudios en escuelas nacionales, siendo su tutor D. Francisco Berbel Ramírez y D. Tiburcio Rodríguez Nebreda, quienes le impartieron la enseñanza antes, durante y después de la Guerra Civil. Recuerda como profesor de latín a D. Emilio Gondra Cigorraga conocido como “Emilín”, quien según le contaron llegó a  jugar en el Real Oviedo; era de origen vasco y  llegó a Alcalá la Real en la Guerra Civil como capellán de los batallones que se establecieron en la ciudad de la Mota, y estuvo de párroco de Fuente Álamo. Continuó  su formación en las Escuelas de la Sagrada Familia con el maestro  D. Pascual Baca hasta segundo curso de bachiller, momento en el que le mandó su padre al Colegio de Teólogos y Juristas en la Abadía del Sacromonte, siendo por entonces el Rector Don José Jiménez Casquet.
La Guerra Civil le sorprendió con tan sólo 7 años de edad. Tuvo que presenciar escenas duras, como cuando José Poblador Colás “Pacho Villa”, junto con tres milicianos de la FAI, le pusieron las bayonetas a su padre sobre la barriga y se lo llevaron a la cárcel. Fue detenido junto con su hermano Jerónimo, quien quedó preso, a diferencia de su padre, que fue liberado. Recuerda que cuando se lo llevaron sólo le pudo preguntar: “¿Papá, dónde vas?”.
Etapa que le dejó muy marcado, y aunque no era el tema de estudio a tratar, le escuchamos diferentes testimonio que nos fue contando al respecto. Continuó relatando un bombardeo sobre Alcalá la Real que le cogió en la puerta del Casino junto a su amigo Manuel Garrido, a quien le impactó un trozo de teja en la frente y lo evacuaron al hospital. El salió corriendo y se refugió en la casa que la  familia León tenía en el Llanillo. Dicho bombardeo derribó la casa de quien después sería su suegro; allá en la Calle Marines, justo en frente del Casino, a donde al parecer iba dirigida la bomba. Se acuerda, y nos lo cuenta, del nombre de algunos militares o falangistas que entraron en Alcalá la Real con las tropas ocupacioncitas, como el Batallón Pérez del Pulgar, que se integró en la 4.ª Bandera F.E.T. Granada, la centuria falangista al frente de la cual estaba José Rosales “Pepiniqui”, hermano del poeta Luis Rosales o el Capitán Funes de Alcaudete del 2º Batallón de Lepanto nº 5, que tenía el cuartel en la  Calle Veracruz, en la Casa Núñez. 
Después de este paseo por aquella triste infancia, le quisimos reconducir por el tema central del trabajo: su relación con la aldea de Fuente Álamo y el Balneario de Ardales. Nos contó que sería en septiembre de 1939 a lomos de una yegua montada por su padre, cuando se produjo su primera llegada al Balneario y, por ende, a las tierras que la familia poseía en Fuente Álamo. Posteriormente, por temor a los “hombres de las sierra”, en concreto a Juan Palomino Sáez “Hojarasquilla” y a Cencerro, su padre no quiso llevarle más asiduamente. A los catorce años de edad le compraron una bicicleta, pues pese a la riqueza de la familia no poseían vehículo a motor. Su abuelo y  bisabuelo iban en coche de caballos y su padre a montura; él iba en bicicleta a Fuente Álamo.
Con 18 ó 19 fue Delegado de Auxilio Social de Alcalá la Real, nombrado por  el Gobernador Civil de Jaén, a propuesta del alcalde D. Valeriano Castillo Benavides que vivía en calle Veracruz y  era pariente de su padre. Recuerda que le llamaban “Luis Candelas” por la capa que llevaba. Llevaba la contabilidad y administración. Los comedores los llevaba María Lourdes Frías. Estaría allí trabajando unos 10 años.
   Estudió una carrera de comercio, que comprendía contabilidad, caligrafía, mecanografía y derecho mercantil. Trabajó para una empresa alemana de Hannover llamada Asela-Manussa, que suministraba coches y plásticos en Barcelona y en el Levante. Dentro del equipo marketing, recorrió toda España y Alemania haciendo estudios de mercado. Fue, además, delegado para la zona de Andalucía Oriental, lo que hizo que agotase unos cuantos vehículos: dos Seat 600,  un Renault-8, un R9 y un R12, al tiempo que tuvo dos accidentes en Lérida y Barcelona, en uno de ellos perdió los dos dientes incisivos superiores. Después trabajó para Intelhorce de Málaga unos 15 años  y para una empresa alemana, siendo delegado  en cuatro provincias de  Andalucía. 
   Las  ganas de contarnos sus experiencias hacían que volviésemos a divagar y que nos perdiésemos en la conversación, por lo que de nuevo le insinué que se centrara en el tema principal  y  que siguiera contándonos su relación con la aldea de Fuente Álamo y sus gentes. Nos contó que cuando murió su padre en 1970 se tuvo que hacer cargo de las tierras familiares, trasladándose a Fuente Álamo durante la campaña de la aceituna. Se quedaba con la familia Rosales en la Vega de la Encina Baja (allí iba un maestro de San José a darle clases a las hijas de los caseros), en la Sangradera con la familia de Feliciano Carrillo, o también en el Baño con la familia Vega.  Por entonces los Rosales, Antonio Vega “Bañero” o Feliciano Carrillo “Terreras” eran los encargados de las tierras de la familia. También llevaba la labranza de las tierras de su hermano José María, hasta que su sobrino Francisco cumplió los 18 años.  Pero lo que mejor recuerda eran aquellos arremates de aceituna en la Taberna de Domingo Aguilera.
Según nos  contó un miembro de la familia Rosales, y lo corrobora nuestro entrevistado, en esos tiempos iba en una Moto Vespa a Fuente Álamo. En el camino que conduce  a la Vega solo había una estrecha vereda, por lo que tuvieron que cargar la moto (apenas sin caballos)  a lomos de los mulos en más de una ocasión. En otra ocasión había nevado mucho y como la Vespa  tampoco tenía cadenas, tuvieron que subirla en bestia hasta el carril de la Solana.
En alguna ocasión intentó solicitar subvenciones públicas para la nueva puesta en funcionamiento del Balneario, pero no tuvo suerte y el tiempo se ha encargado de todo lo demás: la pérdida de los pilares romanos, el edificio en ruinas y unas aguas que pese a todo conservan sus propiedades. Quiere conservar la propiedad del Balneario de Árdales porque se trata de una herencia familiar, pero ahora solo puede tocar las antiguas escrituras públicas y la pila de agua bendita, que sigue conservando en su vivienda familiar.
Los recuerdos de aquel balneario en desuso y de recreo familiar de su infancia,  con su merendero, sus cuatro columnas de piedra, sus pilas de agua “frescal” y la sulfurosa, sus habitáculos…,  los tiene intactos;  estos le llevan también a una de las puertas de entrada a las habitaciones, sobre la que colgaba una pintura al óleo del famoso pintor prieguense Adolfo Lozano-Sidro.

4 comentarios:

  1. Domingo, excelente trabajo.
    Para un historiador puede servir tu trabajo de ejemplo sobre la distribución de la riqueza, que en la época del relato la principal era la rústica, prácticamente el 70% de los recursos generados en el municipio de Alcalá la Real. En 1931 la legislación republicana, la reforma agraria, quiso socializar una parte de la gran propiedad; aunque Alcalá la Real no estaba considerada como zona de excesiva concentración de la propiedad. A pesar de ello, en su término municipal existían 10 fincas con más de 250 hectáreas, sumando 6,771 hectáreas, que ocupaban el 27,25% del término municipal; además, sólo 22 propietarios tenían el 21,72% de la riqueza agrícola.
    Con referencia al hermano mayor de tu fuente oral, Jerónimo de Córdoba Ruiz, es verdad que Luis Miguel Sánchez Tostado (La Guerra civil en Jaén, páginas 537 y 699) y Francisco cobo Romero (Revolución campesina y contrarrevolución franquista en Andalucía, página 385) lo incluyen como fusilado el 10/02/1937 en la Carretera de Priego; posiblemente la confusión de ambos se deba al hecho de que en la carretera de Priego fue el lugar preferido de los franquistas para fusilar, también si juicio, a los republicanos: allí fusilaron a 20 republicanos. En mi publicación “Todos los nombres de Jaén: Borrador para un estudio de la tragedia en la provincia de Jaén, 1939-1952”, no lo incluí por advertencia que me hizo sobre su ideología falangista el historiador local y amigo Francisco Martín Rosales, que conoce mejor que nadie el desarrollo de la guerra civil en Alcalá la Real.
    Finalmente, repetir aquella frase de Fraçois Mauriac: en las múltiples guerras de la vieja Europa nunca hubo una más injusta y un final más injusto que el de la guerra civil española. Esta frase es verdad no sólo por sus causas, sino también por sus consecuencias, sobre todo para los vencidos.
    Jerónimo de Córdoba Ruiz, que formaba parte de las familias que se levantaron en armas contra la República, falleció en una escaramuza de la guerra en el término municipal de Alcalá la Real y fue enterrado con máximos honores militares y religiosos en una cripta de la Iglesia de Consolación (Santa María la Mayor). Sin embargo de las 77 víctimas de la represión franquista, 55 fueron enterradas en 5 fosas comunes:
    > Fosa Nº 1: Sobre esta fosa se ha construido el Colegio Sagrada Familia (SAFA), construido entre 1950 y 1952 con el Primer Plan Jaén.
    > Fosa Nº 2: Sobre esta fosa se construyó, a finales de la década de los sesenta del pasado siglo, un Instituto de Enseñanza Media. La construcción del Instituto en esta zona de nueva expansión de la ciudad acabó con cualquier oportunidad de recuperación del lugar para dignificarlo.
    > Fosa Nº 3: En la entrada de Alcalá la Real, por la carretera de Priego de Córdoba, donde existía la fosa más grande de esta localidad, se construyeron una serie de viviendas. Según todos los testimonios, es bajo las construcciones de viviendas unifamiliares donde se encuentra la fosa más grande, añadiendo que durante la edificación se hallaron restos humanos desconociéndose qué se hizo con ellos.
    > Fosa Nº 4: En la carretera hacia Priego de Córdoba, punto kilométrico aproximado 101 existe una fosa.
    > Fosa Nº 5: En la carretera hacia Priego de Córdoba, pero casi dos kilómetros desde las últimas viviendas. En la parte derecha de la carretera Priego de Córdoba, pero se desconoce el sitio.

    Lo que sucedió durante la guerra y durante la dictadura fue la “lógica terrible” de la guerra y de la dictadura, pero lo que es inconcebible que esta situación contra los derechos humanos continúe no sólo en Alcalá la Real, sino en la provincia de Jaén, Andalucía y España.

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    1. Muy buenas tardes, querido Santiago:
      Tú, como siempre, aportando datos e ilustrando los artículos, lo cual se agradece porque los enriqueces. En cuanto a la distribución de la tierra en Alcalá la Real no dispongo más datos estadísticos que los que acabas de aportar; pero de Fuente Álamo, aunque sin tener datos oficiales y si que conozco bien el reparto de tierras y una de las familias con más posesiones agrícolas fue la propietaria del Balneario de Ardales, por lo que estoy casi seguro que podrían estar entre los 22 propietarios que tenían el 21,72% de la riqueza agrícola en Alcalá la Real.
      Dicho esto y tal y como le fui reconduciendo a mi fuente de información, el Sr. De Córdoba, tu homónimo de apellido, aunque no de sangre, sobre que el tema a tratar en el artículo, era el Balneario de Fuente Álamo, lo que no pude evitar en tantas horas de conversación y se me fue en varias ocasiones. En una de ellas quiso hacer énfasis y aclararle a alguno de los historiadores, (no en tu caso que contrastaste el dato con tu amigo Paco Martín, al no cuadrarte algunos parámetros), el dato erróneo que en algunos estudios estadísticos existe sobre su hermano Jerónimo, y seguidamente me contó toda la historia al respecto.
      Tienes tanta razón en cuanto han sido tratados unos y otros y el abandono de las fosas comunes de Alcalá la Real, que tan bien documentadas tienes, que podríamos tratarlo en estudio del tema específico, para lo cual te ofrezco este medio. Ahora, permíteme como hice con nuestra fuente, que reconduzca el tema central de la publicación que no es otra que los Propietarios del Balneario de Fuente Álamo, y aprovecho para contarte que presentaré, si la organización lo estima oportunos, en Encuentro de Investigadores Homenaje a Antonio Heredia Rufián que se celebrará en Alcalá la Real en el mes de octubre de este año.
      Un afectuoso abrazo
      PD: Desde aquí me uno y te ánimo para a que continúes con tu lucha contra aquella horrible violación de los derechos humanos que se produjo no sólo en Alcalá la Real, sino en la provincia de Jaén, Andalucía y España y que según parafraseas a François Mauriac: “en las múltiples guerras de la vieja Europa nunca hubo una más injusta y un final más injusto que el de la guerra civil española”

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  2. Domingo, dice mi padre, Emilio Martínez Sánchez, que al padre de Tomás le decían en Alcalá: Paco el "levauras".

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    1. Muchas gracias por la información, en Fuente Álamo era conocido por Paquito de Córdoba. Si lo dice tu padre seguro que así era. No obstante, le preguntaré a Tomás, por si se acuerda o sabía algo del motivo del origen del apodo, que sin duda alguna, si lo sabe, seguro que completará la información. Después de tanto tiempo los apodos quedan como algo simbólico e identificativo sin otro tipo de intención y a ellos dediqué en este blog varias entradas de los apodos de los fuentealameños que completaré con éste. Un saludo a tu padre, y que siga ilustrándonos e informándonos, pues como vimos en el Congreso de Historia en honor a Antonio Heredia, la importancia que tiene la transmisión oral para la investigación.

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