La llegada de los años
setenta supuso la incorporación de la mujer fuentealameña al mundo laboral
plenamente, debido a la emigración a zonas costeras de Cataluña, pues
anteriormente la mujer se quedaba en Fuente Álamo, y sólo participaba en las
labores agrícolas locales o de bordado; así como en trabajos de servicio, sin
remuneración. Y es que anteriormente sólo se reclamaban para la emigración a
varones porque los trabajos eran especialmente duros y más apropiados para el
hombre, de tal forma que sería la hostelería la que atrajo y abrió los caminos,
en todos los sentidos, a la mujer fuentealameña. Al tiempo que la sociedad
española iba avanzando y a medida que las necesidades de las familias fueron
aumentando, se vieron obligadas a aportar con su trabajo remunerado los
ingresos necesarios para cubrirlas o complementarlas.
La emigración de las
jóvenes en los años setenta, fue difícil de
asimilar para algunas familias, hasta tal punto, que algunas madres no
consideraban apropiado que sus hijas se fueran a trabajar a esas zonas con
costumbres tan liberales y modernas, que el turismo extranjero estaba
aportando, unido a los cambios que en España se estaban produciendo. Las críticas
infundadas a las jóvenes eran las propias de la sociedad rural y atrasada, en
que estaba sumida la aldea.
Este hecho supuso la
importación de nueva modas y tendencias
a la aldea, como la minifalda, la maxifalda, el pantalón ancho, ect… Aunque la
primera costó en asimilarse debido a los prejuicios que aún había, y sólo se
disfrutaba de ella cuando se encontraban en las zonas de emigración.
Posteriormente
con la emigración a Francia o a la Mancha a trabajar en la vendimia, en igualdad
de condiciones que el hombre, se revalorizó a la mujer como persona en forma de
reivindicación, pues en Fuente Álamo en la recogida de aceitunas el trabajo no
era igualitario y los sueldos fueron distintos para hombres y para mujeres, hasta
que la Constitución prohibió la discriminación en el trabajo por razón de sexo.
La mujer fuentealameña
estaba y está más comprometida con la Iglesia, es la que básicamente ha
mantenido la Hermandad Ntra. Sra. del Rosario y la que por lo general acude a
misa de domingo, o mejor dicho de
viernes. Los hombres suelen acudir sólo a misa de difuntos o en las fiestas
patronales. De hecho la Hermandad de la Virgen del Rosario hasta los setenta
estaba formada sólo por mujeres, que nombraban a sus hermanas mayores cada año.
Mediados
los setenta a las jóvenes se le dejaba cierta libertad y a las madres se les
impedía de forma indirecta la entrada a los bailes celebrados en Discoteca
“Charraga” de Pepe Ramírez, que fue el
local destinado para los bailes desde finales de los setenta hasta principios
de los ochenta, no sin alguna que otra incidencia, a veces provocadas por los propios padres de
las jóvenes, que con la excusa de entrar a tomar algo, de paso vigilaban o
controlaban a sus hijas a pesar de la poca luminosidad que en las discotecas
modernas se establecía. Las incidencias eran sobretodo con los jóvenes que venían
de otras aldeas próximas; en cierta ocasión hasta se abrió una leñera para
suministrar material bélico.
A partir de los años
noventa comenzó a participar de forma muy activa en las actividades culturales,
deportivas y festivas, sobre todo a partir de la creación del Centro Social;
siendo dirigida y gestionada la Asociación de Vecinos ”La Torre”, prácticamente
en su totalidad por mujeres. En otros actos religiosos y culturales, como en
representaciones navideñas, a veces sólo participaban ellas, hasta el punto de
que San José y los Reyes Magos tenían que ser mujeres disfrazadas. Se ha pasado
de una sociedad patriarcal a una sociedad matriarcal.
La
apertura a otras zonas de España y la obtención del carnet de conducir liberó a
las jóvenes de la atadura de conocer sólo a jóvenes de la aldea, poder salir a
otros salones de fiestas como Mures, La Rábita, Las Caserías, ect… y así cada
vez eran menos las que elegían como pareja a un fuentealameño y preferían
jóvenes de aldeas próximas, o de Cataluña, pero no catalanes autóctonos, o
extranjeros.
La
tradición de “pedir la mano” o de “romper la teja” estuvo bastante arraigada en
otras épocas. Con los nuevos cambios liberales todas estas tradiciones se
perdieron y los compromisos fueron menos formales y más libres.
Comenzaron
a estudiar obteniendo licenciaturas en Filosofía y Letras, en Derecho,
Magisterio, Odontología, Graduado Social y otras diplomaturas, superando a los
jóvenes en número de estudiantes y ocupando puestos administrativos en Alcalá la Real o teniendo que marcharse a
otras poblaciones para desarrollar su trabajo. Las que no pudieron o no
quisieron estudiar, tienen su trabajo y son madres entregadas enteramente a sus
hijos, sin remuneración, y sin esperar recompensa. Viviendo en Fuente Álamo, en cualquier parte
de España o en el extranjero, pero siempre llevando dentro aquello de que “mi
patria es mi infancia”.
me gusta tu trabajo, enhorabuea sigue asi
ResponderEliminarMe encanta ver las cosas de mi..... PUEBLO....pon muchas mas!!
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