martes, 11 de diciembre de 2012

HOMENAJE A LA MUJER DE FUENTE ÁLAMO. II PARTE (edición revisada 8 de marzo de 2016)



SEGUNDA PARTE
La llegada de los años setenta supuso la incorporación de la mujer fuentealameña al mundo laboral plenamente, debido a la emigración a zonas costeras de Cataluña, pues anteriormente la mujer se quedaba en Fuente Álamo, y sólo participaba en las labores agrícolas locales o de bordado; así como en trabajos de servicio, sin remuneración. Y es que anteriormente sólo se reclamaban para la emigración a varones porque los trabajos eran especialmente duros y más apropiados para el hombre, de tal forma que sería la hostelería la que atrajo y abrió los caminos, en todos los sentidos, a la mujer fuentealameña. Al tiempo que la sociedad española iba avanzando y a medida que las necesidades de las familias fueron aumentando, se vieron obligadas a aportar con su trabajo remunerado los ingresos necesarios para cubrirlas o complementarlas.
La emigración de las jóvenes en los años setenta, fue difícil de  asimilar para algunas familias, hasta tal punto, que algunas madres no consideraban apropiado que sus hijas se fueran a trabajar a esas zonas con costumbres tan liberales y modernas, que el turismo extranjero estaba aportando, unido a los cambios que en España se estaban produciendo. Las críticas infundadas a las jóvenes eran las propias de la sociedad rural y atrasada, en que estaba sumida la aldea.
Este hecho supuso la importación de  nueva modas y tendencias a la aldea, como la minifalda, la maxifalda, el pantalón ancho, ect… Aunque la primera costó en asimilarse debido a los prejuicios que aún había, y sólo se disfrutaba de ella cuando se encontraban en las zonas de emigración.
               Posteriormente con la emigración a Francia o a la Mancha a trabajar en la vendimia, en igualdad de condiciones que el hombre, se revalorizó a la mujer como persona en forma de reivindicación, pues en Fuente Álamo en la recogida de aceitunas el trabajo no era igualitario y los sueldos fueron distintos para hombres y para mujeres, hasta que la Constitución prohibió la discriminación en el trabajo  por razón de sexo.
La mujer fuentealameña estaba y está más comprometida con la Iglesia, es la que básicamente ha mantenido la Hermandad Ntra. Sra. del Rosario y la que por lo general acude a misa de domingo, o mejor dicho  de viernes. Los hombres suelen acudir sólo a misa de difuntos o en las fiestas patronales. De hecho la Hermandad de la Virgen del Rosario hasta los setenta estaba formada sólo por mujeres, que nombraban a sus hermanas mayores cada año.
               Mediados los setenta a las jóvenes se le dejaba cierta libertad y a las madres se les impedía de forma indirecta la entrada a los bailes celebrados en Discoteca “Charraga”  de Pepe Ramírez, que fue el local destinado para los bailes desde finales de los setenta hasta principios de los ochenta, no sin alguna que otra incidencia,  a veces provocadas por los propios padres de las jóvenes, que con la excusa de entrar a tomar algo, de paso vigilaban o controlaban a sus hijas a pesar de la poca luminosidad que en las discotecas modernas se establecía. Las incidencias eran sobretodo con los jóvenes que venían de otras aldeas próximas; en cierta ocasión hasta se abrió una leñera para suministrar material bélico. 

A partir de los años noventa comenzó a participar de forma muy activa en las actividades culturales, deportivas y festivas, sobre todo a partir de la creación del Centro Social; siendo dirigida y gestionada la Asociación de Vecinos ”La Torre”, prácticamente en su totalidad por mujeres. En otros actos religiosos y culturales, como en representaciones navideñas, a veces sólo participaban ellas, hasta el punto de que San José y los Reyes Magos tenían que ser mujeres disfrazadas. Se ha pasado de una sociedad patriarcal a una sociedad matriarcal.
               La apertura a otras zonas de España y la obtención del carnet de conducir liberó a las jóvenes de la atadura de conocer sólo a jóvenes de la aldea, poder salir a otros salones de fiestas como Mures, La Rábita, Las Caserías, ect… y así cada vez eran menos las que elegían como pareja a un fuentealameño y preferían jóvenes de aldeas próximas, o de Cataluña, pero no catalanes autóctonos, o extranjeros.
               La tradición de “pedir la mano” o de “romper la teja” estuvo bastante arraigada en otras épocas. Con los nuevos cambios liberales todas estas tradiciones se perdieron y los compromisos fueron menos formales y más libres.

               Comenzaron a estudiar obteniendo licenciaturas en Filosofía y Letras, en Derecho, Magisterio, Odontología, Graduado Social y otras diplomaturas, superando a los jóvenes en número de estudiantes y ocupando puestos administrativos  en Alcalá la Real o teniendo que marcharse a otras poblaciones para desarrollar su trabajo. Las que no pudieron o no quisieron estudiar, tienen su trabajo y son madres entregadas enteramente a sus hijos, sin remuneración, y sin esperar recompensa.  Viviendo en Fuente Álamo, en cualquier parte de España o en el extranjero, pero siempre llevando dentro aquello de que “mi patria es mi infancia”.

2 comentarios:

  1. me gusta tu trabajo, enhorabuea sigue asi

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  2. Me encanta ver las cosas de mi..... PUEBLO....pon muchas mas!!

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