GUERRA CIVIL EN FUENTE ÁLAMO. LA
BATALLA DE LA CORNICABRA
(Breve aproximación para la lectura del libro de Domingo Pérez. Estadísticas sobre la represión franquista. Mapa
de fosas de la provincia de Jaén y
Alcalá la Real)
Santiago de Córdoba
Introducción
Contexto histórico y social previo a la
guerra
Fases del conflicto en Fuente Álamo
2. Éxodo, militarización y vida en la retaguardia (Otoño de 1936 - Primavera de 1938)
Con la toma de Alcalá la Real por los sublevados, Fuente Álamo quedó próxima a la línea del frente. La tensión aumentó, provocando la evacuación de familias enteras que buscaron refugio en las sierras cercanas o en aldeas de la retaguardia republicana. La vida en la aldea se militarizó con la llegada de la 76ª Brigada Mixta republicana. Los jornaleros, ahora convertidos en milicianos, custodiaban el frente mientras se mantenía la actividad agrícola colectivizada. La comunidad se adaptó a la escasez, reutilizando lo poco que quedaba y viviendo con la constante amenaza de bombardeos y enfrentamientos armados. El miedo y la incertidumbre dominaron el día a día, mientras la esperanza de una pronta resolución se desvanecía con el paso de los meses.
3. La Batalla de la Cornicabra (Marzo de 1938)
La Batalla de la Cornicabra, el episodio
bélico más importante para Fuente Álamo, se libró en marzo de
1938. La posición era estratégica, y ambos
bandos lucharon con ferocidad. La
población civil, ya diezmada por la huida
previa,
se refugió en cuevas y zonas remotas
para
escapar de la violencia. Los
combates dejaron un rastro de destrucción: viviendas
arrasadas,
campos quemados y
cadáveres que tardaron semanas en ser enterrados.
La 76ª Brigada Mixta logró contener el avance
sublevado,
permitiendo
una
frágil estabilización de la línea del frente. Sin embargo, la batalla
dejó cicatrices imborrables en la comunidad. Se narran episodios
de heroicidad, pero también
de horror, como las ejecuciones sumarias y
los
actos de brutalidad por ambas
partes.
4. El final de la guerra y la entrada de las tropas franquistas (1939)
La ofensiva final franquista en la primavera de 1939 provocó la rendición de las fuerzas republicanas. Fuente Álamo fue ocupada sin apenas resistencia, pues la mayoría de los combatientes republicanos habían huido o se habían rendido. La llegada de las tropas nacionales desató la represión: se elaboraron listas de presuntos "rojos" y se sucedieron las detenciones. Antiguos vecinos colaboraron en las delaciones, motivados por el miedo o la venganza. El ambiente se llenó de terror. Familias enteras fueron desalojadas, y muchas propiedades fueron requisadas en nombre del "nuevo orden". El retorno de los vencedores fue celebrado con desfiles y actos de afirmación del régimen, mientras los perdedores eran humillados públicamente.
5. Posguerra: Represión, humillación y miseria (1939-1945)
La posguerra trajo consigo una represión sistemática. Los consejos de guerra se sucedieron, muchas veces sin pruebas ni defensas mínimas. Las penas iban desde trabajos forzados hasta la muerte. Las mujeres vinculadas a la República fueron rapadas, obligadas a desfilar por el pueblo y expuestas a la burla general. La humillación pública buscaba doblegar la moral de los vencidos. La economía local, devastada por la guerra, apenas ofrecía sustento. Se instauraron cartillas de racionamiento, pero el hambre era generalizada. Las tierras expropiadas fueron devueltas a los antiguos propietarios, que a menudo explotaban aún más a los jornaleros para recuperar las pérdidas. La educación y la cultura sufrieron un retroceso, y cualquier vestigio de la época republicana fue erradicado. La represión política se prolongó durante la década de 1940, con visitas periódicas de la Guardia Civil para recordar a la población quién ostentaba el poder. Los datos de las siguientes estadísticas de las víctimas de la provincia de Jaén, cuyas cifras están documentadas, una a una nominalmente con sus datos de filiación, representan la tragedia que fue la Guerra Civil en Jaén y en España por la sublevación militar de Franco y su dictadura (1936- 1975):
La muerte de Franco en 1975 y la llegada de la democracia no borraron de inmediato las heridas abiertas. Fuente Álamo vivió la Transición con cautela. La Ley de Amnistía de 1977 permitió la liberación de algunos presos políticos, pero también supuso el cierre de muchas causas pendientes. El silencio seguía siendo la norma en muchas casas, donde se evitaba hablar del pasado por temor a las represalias. Sin embargo, a partir de la década de 1980 comenzaron a organizarse actos de homenaje a las víctimas republicanas y se inició la localización de fosas comunes. Las nuevas generaciones, ajenas al miedo de sus padres y abuelos, impulsaron la recuperación de la memoria. Se colocaron 10 placas conmemorativas y se realizaron entrevistas a los ancianos del lugar. El proceso no estuvo exento de polémica, con sectores que consideraban que "remover el pasado" era innecesario.
8. Conclusión
Guerra Civil en Fuente Álamo. La Batalla de la Cornicabra es un testimonio imprescindible para entender cómo un conflicto nacional puede desgarrar el tejido de una comunidad. El libro muestra que la guerra no solo se libró en los frentes, sino también en los corazones y las conciencias de quienes tuvieron que elegir entre la lealtad a sus ideales o la supervivencia. Domingo Pérez Pérez logra retratar la complejidad del conflicto, evitando caer en simplificaciones. El dolor de las víctimas, la crudeza de la represión y la necesidad de reconciliación son los pilares de una obra que invita a la reflexión. Recuperar la memoria no es abrir heridas, sino cicatrizarlas con la verdad.
9. Epílogo
Excelente reseña, en un lenguaje correcto y extremadamente respetuoso al ser humano.
ResponderEliminarHace tiempo que aprendí de mis derrotas cuando buscaba la victoria: reivindicar y convencer son sinónimos, y el lenguaje respetuoso, salvo en las guerras, es la mejor arma...Anónimo, agradezco la valoración que haces.
EliminarEnhorabuena a Santiago por su exquisita y delicada intervención y no por ello menos reivindicativa. Sus palabras van destinadas a los unos y a los otros, para que de una vez vean la historia de forma objetiva y no partidista. Fue crítico con la despoblación del mundo rural y así se lo manifestó al Alcalde de Alcalá la Real, a la vez que también le alagó por el valor que siendo tan joven y la responsabilidad que tiene. (Me consta que el propio Corregidor le reconoció privadamente que estaba de acuerdo en todo lo dicho). Manifestó su descontento con el incumplimiento sistemático de unos y otros de la Ley de la Memoria Democrática (2022) o Ley de Memoria Histórica (2007), especialmente con la desaparición de los hitos franquistas en Andújar y la recuperación de los restos de su tío. Tuvo palabras de agradecimiento para el autor del libro y para su amigo y colega Francisco Martín, para quien pidió el reconocimiento de hijo predilecto de Alcalá la Real.
ResponderEliminarTodo fue gratitud, que fue devuelta por en el público asistente hacia su persona.
Quiero desde aquí poner una pequeña piedra o grano de arena para que Andújar le reconozca, alguna vez, públicamente su labor como historiador, político y humanista
Domingo, agradezco de corazón tus generosas palabras. No hice sino cumplir con lo que entiendo como un deber: pensar, decir y sentir con honestidad, desde el compromiso con la memoria, la justicia y la dignidad de quienes nos precedieron. Además, me considero afortunado: desde aquel lejano 1976, cuando regresé a la provincia de Jaén, a mi tierra natal, y comencé a reivindicar el cambio de la dictadura a la democracia, conté en muchas ocasiones con el apoyo de quienes no recorrían exactamente el mismo camino, pero sí compartían el horizonte: la democracia... En definitiva, para cambiar, entonces como ahora, se necesitan muchas manos...Te felicito por el poder de convocatoria que tuviste el pasado 5 de abril.
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