Paco
Martin, para quien no le conozca, que serán pocos los alcalaínos, es un
investigador-escritor de temas locales, además de asesor de otros
investigadores y escritores. Ha publicado más de 10 libros, entre ellos “La
Mota y arrabales”, II Tomo de “Historia de Alcalá”, “Leyendas de la Mota”,
“Alcalá la Real, cancionero, relatos y leyendas”, “Tres historias de
cofradías”, ect…, muchos de ellos
pionero. Domina el A.M.A.R y el Archivo Provincial de Jaén. Es miembro de la Comisión de Artes de Jaén.
Mantiene relaciones con periodistas, publicando artículos en muchos medios y
remitiendo fotografías que le demandan. Informador de medios. Recuperador y
mantenedor de costumbres y tradiciones. Fue Concejal y Alcalde de Alcalá.
Poeta, ganador de una edición del Premio Arcipreste de Hita. Fue Profesor en el
Alfonso XI de Alcalá la Real, como Catedrático de Latín. Académico de Bellas
Artes de Granada y fue miembro de la Comisión de Patrimonio de Jaén más de
veinte años. Don de Gentes. Muy conocido y querido en Alcalá y sus aldeas. Hace
obituarios en prensa de fallecidos.
Persona cercana, sencilla y amistosa. Solidario con las personas en
situaciones difíciles de marginalidad.
Siguiendo
la publicación "Torres atalayas entre Alcalá la Real y el Reino Nazarí de Granada" de D. Mariano Martín García, Paco nos explicó las
torres que comunicaban la población musulmana de Alcalá de Aben Zayde con las
ciudades más importantes del reino nazarí, lamentándose que el estudio de D. Mariano
solo se centraba en las torres más cercanas a Granada y se olvidara de las demás
a partir de la de los Pedregales. Nos explicó el sistema de fronteras en el
Reino Nazarí y en el Reino Castellano, las funciones de las Atalayas según el
emplazamiento: de comunicación, de frontera o mixtas. Dependiendo del
lugar y tiempo de frontera. Primero
formaban fronteras y luego se convertían en torres de comunicación, e, incluso,
punto de control del territorio de un señor,
como dominio y posesión en un repartimiento de tierra.
Nos
dijo que en los años 50 del siglo pasado D. Valeriano Castillo Benavides identificó
visualmente 14 torres, mostrándonos D. Francisco la sorpresa del estudio que ha
venido realizado en archivos, consiguiendo identificar a otras 16 torres más,
algunas como la del Ayozo, la Jurada o la de Castillarejo y otras que fue
explicando durante la exposición, como la de Solana, el Castellón, el Listán,
Torre de Abril, Torrecilla de Moclín, la de Mures…
Explicó las seis alineaciones de las Torres que ha
conseguido identificar: Luque-Zuheros-Alcalá la Real; Carcabuey-Priego-Alcalá
la Real; Rute-Iznajar-Algarinejo; Alcalá
la Real-Loja; Alcalá la Real-Alhama de Granada; y Moclín-Íllora-Granada. Presentando
la Torre de Fuente Álamo dentro de la alienación: Carcabuey- Priego de Córdoba-
Alcalá la Real.
Después
presentó las torres cristianas que formaban dos círculos uno en torno al
término de Alcalá y un segundo círculo alrededor de la ciudad fortificada de la
Mota. Así como la forma defensiva que presentaban en forma de triangulo
respecto al Reino Nazarí.
Continuó
describiendo las torres de frontera,
las torres cristianas de arquitectura gótica y
la zona denominada Entretorres. Estas torres abandonan la forma de cubo
y presentan una base troncónica,
cuerpo de planta circular, levantándose con
mayores dimensiones en comparación a otras del
entorno; el perímetro llega a alcanzar en la de Moraleja más de 25 metros; y
unos pocos metros menos, la del Cascante. El
vano de entrada y acceso a una habitación situada en la parte superior
obligaban a una escalera artificial y efímera para evitar los ataques
imprevistos. Se coronan con un cuerpo superior de azotea sobre una orla o
guirnalda apoyada en canecillos que se muestran en forma de balcón, y que
aparecen en la de Cascante. Estas torres formaban parte de una red que comunicaba
a los labradores de estas tierras expuestas a peligros e invasiones continuas.
Y, sobre todo, tras estas torres, parece como si el tiempo hubiera cerrado
otros núcleos concéntricos u otras comunicaciones transversales del tiempo de
frontera.
Nos habló de
las atalayas antes de la última
frontera nazarí con Fernando III y la frontera calatrava.
Después nos ilustró con la descripción de las Atalayas Musulmanas: la atalaya es de un
gran diámetro (7.61 m.). Con una tipología constructiva, formada por una puerta de acceso orientada al nordeste,
que permite su acceso a una sala interior.
Sobre el primer cuerpo se apoyaba
otra habitación y la azotea. El acceso se llevaba a cabo por medio de una escalera situada
dentro del trazado curvo del muro; dos vanos
iluminaban el interior, uno sobre la puerta y otro en el lado opuesto, en forma
de saetera. Aparejo de pequeños sillares formando un cilindro. La Torre de
Fuente Álamo es muy parecida a la de las Mimbres, en su tipología de dos
cuerpos, la puerta de acceso, saeteras y el estado de conservación necesitado
de restauración. De dimensiones algo más reducidas y a una altura de cima, algo
más baja, a 670 meros sobre nivel del mar, dominaba el tránsito entre Alcalá y
Priego y puntos clave como el Camino de los Playeros y el Arroyo del Salado.
Responde a la línea de control que se estableció en tiempos de Al- Hakan II, de
vías de penetración desde tierras granadinas a tierras cordobesas y jiennenses
desde tiempos púnicos y romanos, aunque constructivamente su tipología responde
a los siglos XIII y XIV. Esta torre se mantiene erguida y estuvo gobernada con
título administrativo de un alcaide, que recibía remuneración del cabildo
alcalaíno. El último fue el regidor y relojero Fernando de Tapia que ostentó su
cargo hasta los primeros decenios del siglo XIX.
Hizo
hincapié en la verdadera denominación de la Torre de las Mimbres como
Torre del Dañador, tal y como se recoge en el Libro de la Montería de
Alfonso XI, aunque aquí la denomina "Añador" o la de Gibralquite en vez de
Gudalquite. La exposición fue tan completa que también nos ilustró sobre las
atalayas de Alcaudete y del Castillo de Locubin, al que pertenece la Torre mal
llamada de Las Mimbres y profundizó en el estudio de la zona arqueológica de
Encina Hermosa y por que el tiempo de exposición no le permitió más.
Finalizó la conferencia con la lectura de un texto perteneciente a la publicación “La Mota, la ciudad fortificada, como centro de comunicación, el Farón”, del que hemos cogido un extracto: “Si se conservaran en su totalidad, de seguro que ocuparía el primer lugar de la ruta más poblada de recintos defensivos, y, por cierto, se tiene más que ganada su pertenencia a la ruta de batallas y castillos”.
Notas: Vestigios sobre la frontera:
desde los Villares a los Castillarejos pasando por Atalayas y
Torres. Aportaciones del léxico: rábbita, atalaya, villar, alquería, topónimos,
gentilicios y arabismos. Las torres del Dañador, Gibralquite, Fuente Álamo,
Acamuña, La Jurada, Fuente Tétar, La Nava, Acamuña, Castillarejos, Encina
Hermosa, Charilla, Boca de Charilla, y el Hacho.
Domingo, excelente resumen el que haces de la conferencia de nuestro común amigo Paco Martín.
ResponderEliminarCon Paco he compartido ideas desde hace más de cuarenta años, pero sobre todo he sido beneficiario de sus aportaciones sobre la historia reciente de Alcalá la Real, aquella que fue de plomo, hambre y miedo...Sobre él dices: "Persona cercana, sencilla y amistosa. Solidario con las personas en situaciones difíciles de marginalidad". No sólo lo comparto, sino que conozco a muchos alcalaínos (rojos, azules y neutros de todos los colores), que lo consideran como ejemplo de solidaridad social e intelectual de Alcalá la Real y consideran que debe recibir de la Institución municipal el título de Hijo Predilecto.
Una historia local sin ejemplos cercanos, sería sólo un Alcalá de recintos defensivos y frontera entre los reino nazarí y cristiano, hasta llegar a nuestros días, una época globalizada en la que se necesita ejemplos para mirarnos en el espejo del presente.
Desde hace años buscaba el momento para decirlo públicamente y no en foros políticos muy restringidos. Cuando gobernaba el PSOE en Alcalá lo dije y ahora que lo hace el PP también. Fuente Álamo necesitaba la propiedad y restauración de su torre atalaya, y no me importó decirlo públicamente; ahora tampoco, pero esta vez para un alcalaíno que ha hecho de su vida una docencia para varias generaciones en las aulas y en la calle: Paco Martín.
Finalmente, pedir perdón a Domingo por haber aprovechado este sitio virtual, que pone a la aldea de Fuente Álamo en la universalidad, para escribir sobre nuestro amigo común, Paco Martín, que tan generosamente ha compartido investigación y humanidad con nosotros y con todos los alcalaínos (rojos, azules y neutros de todos los colores).
Mi agradecimiento Santiago, por tus palabras dedicadas para un amigo común, yo diría amigo de la Humanidad. Comparto contigo cada uno de los calificativos sobre Paco, y la consideración predilecta que debe recibir por el pueblo que le vio nacer. También me sumo, como lo hice en su día, a tu petición que públicamente expresas y por la que no debes pedir perdón por haber aprovechado este medio virtual para decirlo, pues siempre estará abierto a iniciativas que supongan reconocimientos tan merecidos para Paco.
EliminarUn abrazo