sábado, 19 de septiembre de 2015

APODOS O NOMBRAJOS DE FUENTE ALAMO.- II PARTE



    Los naturales de Fuente Álamo, llevamos el sobrenombre o gentilicio de “fuentealameño”, a diferencia de los habitantes de Fuente Álamo de Murcia que son “fuentealameros”. El sufijo “eño” es más adecuado para la formación de gentilicios, aquí les hemos ganado la patente.
Como dije en la primera parte de la publicación, con este trabajo no quiero que nadie se sienta ofendido o menospreciado en su persona, ni en la de su familia y si alguien se sintiera como tal, con el simple hecho de comunicármelo inmediatamente, se rectificaría la publicación. Quiero insistir que todas las personas que se reflejan en esta publicación tienen para mí el máximo respeto y el hecho que se le llame por el apodo a alguien, es para mí un trato de cariño y no de ofensa. Quien me conoce sabe que no me gusta utilizar este recurso y cuando lo he hecho ha sido con la sana intención de distinguir; de otra parte, se pierde mucho tiempo en las conversaciones para hacer referencia a alguien, sino se identifica por su apodo. Los apodos son nuestras sombras, forman parte de nuestra historia y nuestra identidad, perdurando incluso después de nuestra muerte, pues también se heredan. Llevan intrínseco las características o cualidades generales de una estirpe, así como los prejuicios y los estereotipos de ella, como sí todos los que se apodan “Torres” o “Borrachos” fueran iguales, para lo bueno y para lo malo. De hecho, en la Facultad me apodaban “Maradona”, que por cierto se me olvidó decirlo en la anterior publicación, por eso apodarse “Maradona” ¿es bueno o malo? ¿Fue bueno, pero ahora no tanto? Ya no me queda ni un solo rizo en el pelo, por eso ya no puedo apodarme “Maradona”, y además al balón le doy ahora con la uña. Hay apodos que el tiempo los va borrando y con esta publicación vamos a intentar refrescarlos.
     Si digo Juan Ibáñez Sánchez, seguro que casi nadie le conocería, pero si digo “El Andaluz” todos sabemos de quien se trata. Apodo que le viene de cuando estuvo trabajando en la provincia de Burgos, en Agüera de Montija, con una cuadrilla de Ávila, y al ser el único andaluz se lo puso fácil al capataz, siendo Falito “Pandehigo” y otros, los encargados de difundirlo. La mayoría de los sobrenombres suelen venir de sus orígenes o de referencias geográficas: “Tajos”, “Cornicabras” “Terreras” “Floríos”, “Cañuelos” “Arroyo”, “Canales”, “Calonge” “Coscuo”, “Granaino”, “Campiñas”, “Caniles”, “Coruña”, ”Castillero”, “Praillero” o  “Bañero”, aunque pienso que este último más bien le venía a Antonio Vega de sus antepasados bañeros que cuidaban a los bañistas en los Baños de Ardales. El de “Coruña” no le viene a Manuel Jiménez por la ciudad, sino del equipo de fútbol. Por cierto a José Aguilera Cervera le viene lo de “Cholo”, por un antiguo jugador del Deportivo de la Coruña. A Rafael Aguilera, le viene lo de “Coscuo” por haber vivido en el Coscojar y lo de “Granaino” por haber nacido en Granada, lugar donde tuvo que ser trasladada su madre debido a un parto difícil.

Hay apodos que han dando nombre a una calle en Fuente Álamo “Sacristán”, y su origen puedo ser debido a una relación que alguna antepasada de Luis Valverde Díaz mantuvo con algún miembro de la iglesia, según refiere algún descendiente. Sin embargo Pedro Castillo, quien sí fue sacristán en Fuente Álamo, se le puso nombre papal y fue bautizado como “Pedro Catorce (XIV)”. Desde entonces se dijo que en Fuente Álamo, dormían quince en una cama: “Pedro Catorce y su mujer Eugenia, quince”
Foto de la familia Padilla Vera
Tenemos denominaciones de mandos militares como “Cabo”, “Cabillo”, este nunca tuvo tal galón, sino que le vino heredado a Antonio Pérez Aranda de un tío suyo; o “Sargento”, que pese a su ascenso a teniente, lo conservará para siempre nuestro hijo adoptivo Juan Custodio; o el de “Capitán”, quien nunca llegó a tener tan alta graduación militar, pues Francisco Pérez González fue un simple soldado de la quinta del 55. También tenemos referencias militares, como “Imaginaria”. Especialmente  Juan Aguilera Cano “Cascorro”, de la quinta del 1951, le vino lo de “Cascorro”, en su etapa militar, en relación al Héroe de Cascorro, Gonzalo Eloy, cuya estatua está situada en la Plaza que lleva su nombre, al  parece hizo más mili que dicho militar.
Entre los más curiosos podemos encontrar el de “Domagatos” y “Rompecaenas”, que fueron atribuidos a Andrés Vera Ochoa por su vecino original, Justo Gutiérrez, “El Tío Bicho”, apodo que le viene por la utilización de esa expresión o calificativo para denominar a sus amigos, con aquella tranquilidad pasmosa como lo decía.
Algunos como José Aguilera “Macarrón”, dice tener el honor de haber bautizado con el apodo de “Gargajito” al maestro del pueblo de los años 50, D. Manuel, pues escupía en el suelo y antes de que el sol secara la saliva tenían que estar allí todos los alumnos.
“Jarrilla” surgió, estando trabajando en el acondicionamiento de las carreteras en el Norte, cuando mi tocayo, como le gustaba llamarme, Domingo Martín le dijo a mi vecino, Antonio Moyano “Seco”: “Moyano, por qué no te pagas ya, una jarrilla de estas”, pues a Antonio le costaba sacar el monedero del bolsillo. Siendo rebautizado, Domingo, pues ya poseías el de “Celtas” o “Celtíbero”.
El de “Carrilano”, se lo pusieron a Ceferino Aguilera en 1959, la primera vez que se fue a trabaja a las patatas, a un pueblo de Burgos, Espinosa de los Monteros, donde había buenas combinación en el tren de vía estrecha y se marchaba cada vez que podía a Balmaseda casa de su hermana Urbana, circunstancia que aprovecharon Antonio Jiménez “Añillos” y Manuel “Arévalo”, y comenzaron a decir que siempre estaba de carrileo y de ahí que se hiciera famosa la canción “Carrileo”, que la cantaba con Rafalillo “Perote”:
Si vamos al carrileo, turululuululu esto sí que son fideos, turulurulu echadnos unos cuantos, lo que hemos ganao en la Renfe se ha quedao, tururlu, que turululu, que turulu cuatro patatas cuatro monchetas las mañicas no tienen tetas. Turululu, turululu”
     Estando en La Rábita, en una verbena, el amigo Esteban González, ligó, y Juan Aguilera “Agüelajo”, le bautizó. Le puso “Tuno”, por su habilidad para conquistar  las chicas. Una noche de frío y haciendo mérito a su apodo, estando en el “Bar la Patata Brava”, Esteban, le dijo a su amigo Andrés Vera “Domagatos”, y antes de salir con la moto hacia Fuente Álamo: “Andrés porque no nos comemos una patata brava y nos la llevamos calentica en la barriga”. ¡¡Hay que “Tuno”!! Quién no se acuerda del baile de la Yenka, pues en Fuente Álamo, quedó representado por Rafael Aguilera “Yenkas”, y buen bailarín que era.
En unos tiempos que todo el mundo era colega, el bueno de Juan Gomarín se quedó como “Colega” de toda la vida y para toda la vida.  Curiosamente, Custodio González Gutiérrez, se ganó a pulso el sobrenombre de “Bodeguero”, por el buen vino que hacía, pese a no ser Fuente Álamo zona de viñedos.
 Juan Vera, en una desavenencia familiar, siendo un niño se ocultó en el pajar de su cortijo, “De ahí lo de Niñoperdido y hallado…”.

  En la primera parte dijimos que por regla general las mujeres solían heredar el apodo del marido, sin embargo hay casos que suelen ser al contrario, así Lorenzo Pérez, se le conoce como Lore “El Misto”, por herencia de parte de su mujer o a Pedro “El Bañero” como Pedro “Corneto”, por parte de su mujer de Las Grajeras. Ahora me surge  una duda si es “Misto” ó “Mixto”. Todavía quedan muchas cosas que aprender la historia continuará…

4 comentarios:

  1. Cada día nos sorprendes más, que gran trabajo estas haciendo.
    La bombi que gran hombre ��

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Maria del Mar por tu comentario, que en la primera parte del mismo tendrás alguna razón, pero en la segunda la tienes toda. ¡Qué buena gente es ese Vicente!

      Eliminar
  2. Debería usted saber antes de nombrar a personas con nombre y apellidos que el apodado " El Bodeguero" ha sido y es una persona que, si ha elaborado su propio vino es porque desde siempre ha cultivado una parcela de tierra con su viñedos. De ello doy fe porque me he criado recolectando todos los años las uvas. Asi que no debería hacer esas insinuaciones ni ensuciar el nombre de una persona a la que, nisiquiera se ha acercado usted a documentarse antes de escribir su articulo. Señor Domingo, publica usted un articulo interesante pero debería informarse un poquito mejor y no escribir charladurías de pueblo. Mi más sincera opinión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por su opinión, el artículo está hecho en clave de humor, en este momento procedo a rectificarlo tal y como dije desde el principio. En ningún momento ha sido mi intención en poner en duda la honorabilidad de Custodio,y menos aún ensuciar su nombre y quizás me he dejado llevar por la información que tenía sobre el origen de su apodo, que no era otra que la de hacer vino, por lo que informado sí que estoy. La verdad es que no sé la cantidad de vides o hectáreas que se necesita para hacer vino y no sabía que en Fuente Álamo hubiera viñedos, por lo que siento mi falta de información y en concreto que Custodio los tuviese en grandes proporciones y a eso es a lo que me refiero cuando digo: “con qué haría el vino”, sin tener el trasfondo que usted quiere darle a mi opinión y siempre con un toquecillo de humor que es lo que hace falta hoy. Gracias por la información, ahora ya estoy mejor informado y ya sé el origen de su apodo, y que no es otro de que elaboraba su propio vino con su propios viñedos y usted se ha criado recolectando todos los años las uvas. Espero haberle aclarado mi intención, que en ningún caso está basada en las charladurías de pueblo, sino en las sabidurías de pueblo y que en ningún momento como explico en los artículos es mi intención el menospreciar a nadie y menos aún ofender. Mi más sincero respeto y disculpas a mi amigo Custodio.

      Eliminar