Para entender cómo transcurrió la llamada Transición Democrática en un núcleo rural tan reducido como Fuente Álamo, hay que remontarse a los tiempos democráticos de la II República y tener en cuenta las consecuencias que la Guerra Civil y el Franquismo habían proyectado sobre su población, al igual que en otros muchos pueblos de España, pero cada uno con su singularidad, y la que fue propia de esta aldea, desde mi punto de vista, es la que sigue.
Durante la corta
democracia republicana y la Guerra Civil (1931-1939) se gestó en Fuente Álamo
el movimiento socialista y sindicalista, canalizado por la Sociedad de
Trabajadores de la Tierra “La Espiga Floreciente”, de Fuente Álamo, creada en
1931, con la intención de colectivizar la tierra. En sus Estatutos y en la
declaración de principios, hace suyos los que informan el Partido Socialista, la
Unión General de Trabajadores de España y la Federación Española de
Trabajadores de la Tierra. Por tanto, el partido político que arraiga
firmemente en Fuente Álamo durante esta época es el PSOE. Algunos de aquellos
colectivistas que habían participado en aquella asociación democrática, cuando
llegó el momento de la Transición a la democracia, aún vivían o habían transmitido
a sus hijos sus experiencias asociativas. Pero las habían transmitido a su vez
con sus miedos y sus temores, pues por desgracia terminaron, (junto a otros
muchos factores), en un alzamiento militar, que provocó una guerra civil. Las
condenas y las encarcelaciones sufridas después de la guerra, en la mayoría de los
casos, eran fundamentadas en las sentencias y “justificadas” por su pertenencia,
antes de que se produjese llamado Alzamiento o Movimiento Nacional, a la UGT y
al Partido Socialista, tal y como consta en los procedimientos sumarísimos que
se les abrieron a varios fuentealameños, como es el caso del Alcalde Vicente
Aguilera Castillo, los tres hermanos Pérez Lizana, Fernando Arjona, Antonio
Moreno Vera, Antonio Cano Ruiz, José Pérez Roldán, José Pérez López, Marcelino
Ramírez Zuheros, Guillermo García Zamora,…
Con
el fin de la Guerra Civil, la derecha toma fuerza y las aproximadamente veinticinco
familias fuentealameñas que tuvieron que marcharse al inicio de la misma, volvieron
con “ganas de revancha”. Los “rojos” que habían tenido participación activa en
las colectivizaciones de las tierras incautadas, fueron fuertemente sometidos
al Régimen, siendo represaliados, llevando aparejado las venganzas por los “abusos”
cometidos por los izquierdistas durante la dominación republicana en la aldea.
Esa prepotencia ganadora se manifestaría durante las décadas de los 40, 50, y
60, y sumada a las necesidades por salir de aquella pobreza a la que también fueron
condenados, obligó a muchas familias a emigrar definitivamente, forjando cierta
impotencia oculta, resignación y un rechazo sumiso al régimen caciquil, que
explotaría durante la transición a la democracia.
Esas ganas de liberarse de las ataduras
franquistas fue apoyada en lo económico con el aumento del poder adquisitivo producido
por las rentas obtenidas gracias a la emigración temporal o retornada, que
desde mediados los 70 se fue produciendo fundamentalmente a las costas
catalanas, y que provocó que surgieran pequeños propietarios de tierras (3 ó 4
fanegas), a la vez que en lo político se alcanzaban pequeñas conquistas
sociales impulsadas por los nuevos aires prodemocráticos. Pero el gran logro
socio-económico conseguido durante la Transición en Fuente Álamo fue la división
en parcelas en régimen de arrendamiento del Cortijo de Clavijo propiedad del
Ayuntamiento de Alcalá la Real, gobernado por el Partido Socialista (1979),
recién salido de las urnas, y que impuso una renta baja que permitió el acceso
a la cuasi-propiedad a una treintena de familias fuentealameñas, que se
consumaría en propiedad plena a finales de los noventa. Todo ello unido a las
ayuda del PER hizo un cóctel que ayudó a digerir muy bien la Transición.
Recuerdo, a la corta edad
de 8 ó 10 años, por el año 1972 en el que Franco aún no había muerto, como
Pedro Cervera Ortega “El Trasperlista”, apretaba fuertemente con dos dedos a
una moneda de duro sobre la cara del Caudillo, a la vez que decía: “No sacaras
por ahí la lengua”. Yo no entendía todavía muy bien el significado de aquello,
pero lo sentía como algo prohibido y que no se podía hacer, ni decir. Pedro,
era un significativo simpatizante del Comunismo. En aquellas escaleras de
acceso al pajar de Marce Ramírez “El Misto”, comencé a entender que Franco era
una persona mala y que la libertad de expresión aunque un poco tapada, podía
existir, que se podía insultar entre pequeños grupos de vecinos al Dictador,
sin que pasase nada de aquello que nos habían dicho, pero sabiendo que de allí
no iba a salir.
Tras la muerte de Franco, apenas
le quedaron seguidores en la aldea, a excepción de los terratenientes, que por
lo general vivían en los cortijos, y algún que otro simpatizante del nuevo
partido político “Fuerza Nueva”, continuador de las ideas franquistas. Así, en
las primeras elecciones generales de 1977, los partidos democráticos acapararon
casi todos los votos; tan solo 4 ó 5 electores se habían declarado abiertamente
a favor de los partidos falangistas o de Fuerza Nueva, caso de Antonio Ortega “Rayo”.
En la
campaña electoral de esas primeras elecciones generales democráticas de Junio
de 1977, los representantes de los partidos políticos apenas visitaron la aldea.
Recuerdo con 14 años de edad, ese 15 de junio, como un día caluroso, donde desde
mi habitación, mientras preparaba los exámenes finales de 8º curso de EGB, oía
hablar y pasar los vecinos camino de la Escuela donde se había instalado la
mesa electoral. Si bien tenía alguna consciencia, aún no podía comprender la
repercusión que tal hecho produciría. Se les notaba tensos al hablar, y sólo se
les escuchaba decir: “Mari, yo ya he votao”, como si descansasen, pero sin
expresar ningún tipo de ánimo, para no delatarse. Así mismo, delante de las dos
urnas, entorno a la mesa electoral presidida por Domingo Aguilera Calvo, se
notaba cierto nerviosismo ante la escasa experiencia democrática. Esa misma
falta de experiencia, se trasladó a los miembros de la mesa electoral a la hora
de hacer el escrutinio y redactar las actas, pues tuvieron que ser auxiliados
por jóvenes mejor preparados en estudios, pero con la misma inexperiencia ante
el proceso. Aunque todo el mundo esperaba que el voto se inclinase hacia la
UCD, el voto fuentealameño se desvió hacia la izquierda (PSOE). Con el puñado
de votos obtenido por el centro y la derecha, al día siguiente se hacían
cábalas para averiguar de dónde podrían venir, pues los votantes en Fuente
Álamo, eran habas contadas, y casi se podía saber quién había votado en un
sentido o en otro. Pasados estos “miedos” o más bien, ciertos recelos, sobre la
situación general de España, los votantes socialistas de la aldea iban sacando
pecho, y consideraban de derechas incluso a los votantes de UCD. En los bares y
en la calle se observaban leves disentimientos
y ciertas suspicacias, al no asimilarse del todo los nuevos aires democráticos.
En los años del inicio de la democracia se realizaron pintadas en la pared lateral del nuevo lavadero, contrarias a lo que en aquel momento representaba la UCD, que negaba la autonomía plena de Andalucía; y a favor del PCE. Los autores fueron Eduardo Aguilera y el que relata, durante una noche fría, con una lata de pintura y una brocha que le había cogido prestada a mi madre. Aquello supuso una pequeña protesta y a la vez provocó a la mañana siguiente un pequeño revuelo entre los vecinos de La Fuente. Lorenzo decía: “yo escuché ruidos por la noche”, mientras que el alcalde pedáneo por entonces, Santiago Cano, decía: “Hay que ver, hay que ver”, mientras movía levemente la cabeza, con aquellos movimientos cortos y nerviosos. La pintada ocasionó gastos consistentes en pagar un jornal de mujer para que encalase el lavadero. No estaban acostumbrados en la aldea a las pintadas y consideraron el hecho como un acto vandálico, más que un acto de protesta, que era lo que nosotros pretendíamos. Circunstancias de la vida y salvando muy mucho las diferencias, cuarenta años después, los autores de dichos actos fueron los nietos de aquellos que en el mismo escenario, atacaron a lo que representaba la Iglesia en los años de la II República.
En los años del inicio de la democracia se realizaron pintadas en la pared lateral del nuevo lavadero, contrarias a lo que en aquel momento representaba la UCD, que negaba la autonomía plena de Andalucía; y a favor del PCE. Los autores fueron Eduardo Aguilera y el que relata, durante una noche fría, con una lata de pintura y una brocha que le había cogido prestada a mi madre. Aquello supuso una pequeña protesta y a la vez provocó a la mañana siguiente un pequeño revuelo entre los vecinos de La Fuente. Lorenzo decía: “yo escuché ruidos por la noche”, mientras que el alcalde pedáneo por entonces, Santiago Cano, decía: “Hay que ver, hay que ver”, mientras movía levemente la cabeza, con aquellos movimientos cortos y nerviosos. La pintada ocasionó gastos consistentes en pagar un jornal de mujer para que encalase el lavadero. No estaban acostumbrados en la aldea a las pintadas y consideraron el hecho como un acto vandálico, más que un acto de protesta, que era lo que nosotros pretendíamos. Circunstancias de la vida y salvando muy mucho las diferencias, cuarenta años después, los autores de dichos actos fueron los nietos de aquellos que en el mismo escenario, atacaron a lo que representaba la Iglesia en los años de la II República.
En uno de los dos autobuses que el día
2 de diciembre de 1979 (Día de Andalucía), se desplazaron desde Alcalá la Real hasta
Jaén para pedir la autonomía plena para Andalucía, iba una decena de
fuentealameños, (Eduardo, Domingo, Quisco, Vicente, Ceferino, Pedro, ect…) que
contribuirían con sus protestas a que cambiasen las cosas, junto con los otros 12.000
jiennenses allí presentes. Recuerdo que uno de los autobuses sufrió un choque
frontal de un vehículo marca Gordini, donde desgraciadamente falleció una
familia, trágico desenlace que pudimos presenciar personalmente. En la
manifestación por las calles de Jaén, Eduardo y yo, empuñamos una pancarta del
PCE, que nos dejó Pedro Gálvez, aquel que vendía hilos en Alcalá la Real.
El PSOE en
tiempos de la Transición siempre ganó en Fuente Álamo por aplastante mayoría. En
las primeras elecciones obtuvo cerca de los 200 votos, por los 6 ó7 votos del
centro-derecha. En las
elecciones municipales de 1979, se incrementó un poco el voto a la UCD, pero al
ir dos fuentealameños en las listas del PSOE, Pedro Pareja Anguita y Ceferino
Aguilera Pérez, el voto socialista triunfó de nuevo. El partido de centro UCD
fue el partido que le siguió a una gran distancia. Mi madre votó al PSOE, como
siempre, y mi padre creo que votó a UCD.
En la campaña electoral de
las primeras elecciones municipales de 1979, los representantes locales de los
partidos políticos visitaron la aldea, haciendo acto de presencia por primera
vez en ella los candidatos socialistas José Marañón, Francisco Martín y Casiano
Castillo. En una reunión en el Bar Charraga, nos prometieron a la juventud fuentealameña,
la construcción de un campo de fútbol, entre otras promesas, recuerdo que
tomando nota en una servilleta de papel (su total acondicionamiento tardó más
de una década, porque a lo mejor se mojó
la servilleta y se borró). Por cierto, alguno de ellos en aquella reunión,
fumaba cigarrillos Celtas Cortos, eran peores tiempos para los socialistas.
La llamada Transición no
supuso un relevo en la pedanía, pues continuó el mismo alcalde pedáneo que
había sido nombrado en 1974, Santiago Cano Muñoz, si bien hubo un intento
frustrado en el verano de 1979 y se nombró por parte del elegido, el 3 de abril de 1979, alcalde de Alcalá
la Real, D. José Marañón Barrio, un alcalde pedáneo más afín al socialismo, que
fue Antonio Pérez Pérez “Nono”. Su nombramiento fue revocado y se depuso en la
primera votación popular convocada en la aldea, (otoño de 1979), siendo
restituido en su cargo el antiguo alcalde pedáneo. Yo era menor de edad, pero
voté y me admitieron el voto, pese a que manifesté tal circunstancia.
En dichas elecciones municipales ganó
el PSOE con mayoría absoluta y fue nombrado alcalde D. José Marañón Barrio, que
tuvo como compañero en el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Alcalá la Real
a Pedro Pareja Anguita, único
concejal originario de Fuente Álamo en el Ayuntamiento de Alcalá la Real entre
1979 y 1983. En las elecciones locales de 1983 fueron 6.571 votos los obtenidos
por la candidatura socialista, de los que casi dos centenas seguramente fueron
fuentealameños, traducido a 13 concejales, sin que obtuviese representación, nuestro
paisano Ceferino Aguilera Pérez, que militaba en el PSOE.
En esos años existía en Fuente Álamo muchos problemas
para formar las mesas electorales debido al alto grado de analfabetismo que
existía. En ocasiones, el sorteo recaía en gente sin estudios, lo que provocaba
la constitución de mesas irregulares. En concreto, en las Elecciones generales del 28 de octubre de 1982, fui designado a
dedo por el entonces Alcalde pedáneo Santiago Cano, extremo que fue
inmediatamente comunicado a la Junta Electoral de Zona. Ese mismo analfabetismo
se trasladaba a la hora de identificar a los partidos políticos, los
cuales se reconocían por el anagrama del puño y la rosa o de la hoz y el
martillo o por la identificación de sus líderes a través de la televisión.
En
las Elecciones Municipales de 1983, por el hecho de conocer a todos los
vecinos, no nos obligaban a solicitar el D.N.I. cuando no se llevaba consigo,
lo que provocó por parte del apoderado Alianza Popular, la impugnaron de las
votaciones. En una aldea
tan pequeña y donde las relaciones humanas, familiares y amistad eran tan
estrechas, no se podía impedir ejercer el derecho a votar por el simple hecho
haberse olvidado el documento de identidad, y sobre todo siendo avalado en aquel
tiempo por las normas electorales. Creo que no prosperó la impugnación.
Como hemos dicho, el partido socialista en todas las elecciones celebradas en Fuente Álamo ha obtenido súper mayorías. La población fuentealameña ha sido siempre fundamentalmente obrera del campo y emigrante, por lo que el voto se recargó a las izquierdas, más en concreto del PSOE, a excepción de algún comunista declarado, como Juan Aguilera Castillo “Juanele”, quien siempre se declaró simpatizante del Partido Comunista de España y a quien sus amigos apodaban “Santiago Carrillo”.
Como datos complementarios ya en la Post-transición y en plena democracia, a principios de los noventa, en concreto en las Elecciones Generales celebradas el 6 de junio de 1993 al Congreso de Diputados, de un total de 249 fuentealameños electores censados, ejercieron el derecho a voto 205, de los cuales el PSOE obtuvo 169 votos; el Partido Popular: 22; IU: 7, PA: 4, CDS: 1, Octubre Socialista: 1, Partido de la Ley Natural: 1 voto.
En las Elecciones al Parlamento Andalucía celebrada el 12 de Junio de 1994 de un total de 222 electores censados, ejercieron el derecho a voto 162, de los cuales el PSOE: 118 votos; PP: 22 votos; IU-Los Verdes: 7 votos, Coalición Andalucista Poder Andaluz: 14 votos. En las elecciones al Parlamento Europeo, que coincidieron con las anteriores autonómicas, el voto fue similar.
Como hemos dicho, el partido socialista en todas las elecciones celebradas en Fuente Álamo ha obtenido súper mayorías. La población fuentealameña ha sido siempre fundamentalmente obrera del campo y emigrante, por lo que el voto se recargó a las izquierdas, más en concreto del PSOE, a excepción de algún comunista declarado, como Juan Aguilera Castillo “Juanele”, quien siempre se declaró simpatizante del Partido Comunista de España y a quien sus amigos apodaban “Santiago Carrillo”.
Como datos complementarios ya en la Post-transición y en plena democracia, a principios de los noventa, en concreto en las Elecciones Generales celebradas el 6 de junio de 1993 al Congreso de Diputados, de un total de 249 fuentealameños electores censados, ejercieron el derecho a voto 205, de los cuales el PSOE obtuvo 169 votos; el Partido Popular: 22; IU: 7, PA: 4, CDS: 1, Octubre Socialista: 1, Partido de la Ley Natural: 1 voto.
En las Elecciones al Parlamento Andalucía celebrada el 12 de Junio de 1994 de un total de 222 electores censados, ejercieron el derecho a voto 162, de los cuales el PSOE: 118 votos; PP: 22 votos; IU-Los Verdes: 7 votos, Coalición Andalucista Poder Andaluz: 14 votos. En las elecciones al Parlamento Europeo, que coincidieron con las anteriores autonómicas, el voto fue similar.
Como se puede apreciar, descendió
notablemente el número de electores (en un solo año pasó a 222 de 249), en
concreto fueron 27 electores menos. Esto fue debido a que en esos años los
fuentealameños comenzaron el éxodo hacia Alcalá la Real fundamentalmente.
La unificación de la mesa
electoral a finales de los noventa, integrada por electores de Las Caserías de
San Isidro y Fuente Álamo, hizo que ya no se pudiera analizar el voto de los
fuentealameños.