domingo, 22 de marzo de 2015

LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA (1973-1983) EN FUENTE ÁLAMO.


    Para entender cómo transcurrió la llamada Transición Democrática en un núcleo rural tan reducido como Fuente Álamo, hay que remontarse a los tiempos democráticos de la II República y tener en cuenta las consecuencias que la Guerra Civil y el Franquismo habían proyectado sobre su población, al igual que en otros muchos pueblos de España, pero cada uno con su singularidad, y la que fue propia de esta aldea, desde mi punto de vista, es la que sigue.
Durante la corta democracia republicana y la Guerra Civil (1931-1939) se gestó en Fuente Álamo el movimiento socialista y sindicalista, canalizado por la Sociedad de Trabajadores de la Tierra “La Espiga Floreciente”, de Fuente Álamo, creada en 1931, con la intención de colectivizar la tierra. En sus Estatutos y en la declaración de principios, hace suyos los que informan el Partido Socialista, la Unión General de Trabajadores de España y la Federación Española de Trabajadores de la Tierra. Por tanto, el partido político que arraiga firmemente en Fuente Álamo durante esta época es el PSOE. Algunos de aquellos colectivistas que habían participado en aquella asociación democrática, cuando llegó el momento de la Transición a la democracia, aún vivían o habían transmitido a sus hijos sus experiencias asociativas. Pero las habían transmitido a su vez con sus miedos y sus temores, pues por desgracia terminaron, (junto a otros muchos factores), en un alzamiento militar, que provocó una guerra civil. Las condenas y las encarcelaciones sufridas después de la guerra, en la mayoría de los casos, eran fundamentadas en las sentencias y “justificadas” por su pertenencia, antes de que se produjese llamado Alzamiento o Movimiento Nacional, a la UGT y al Partido Socialista, tal y como consta en los procedimientos sumarísimos que se les abrieron a varios fuentealameños, como es el caso del Alcalde Vicente Aguilera Castillo, los tres hermanos Pérez Lizana, Fernando Arjona, Antonio Moreno Vera, Antonio Cano Ruiz, José Pérez Roldán, José Pérez López, Marcelino Ramírez Zuheros, Guillermo García Zamora,…

    Con el fin de la Guerra Civil, la derecha toma fuerza y las aproximadamente veinticinco familias fuentealameñas que tuvieron que marcharse al inicio de la misma, volvieron con “ganas de revancha”. Los “rojos” que habían tenido participación activa en las colectivizaciones de las tierras incautadas, fueron fuertemente sometidos al Régimen, siendo represaliados, llevando aparejado las venganzas por los “abusos” cometidos por los izquierdistas durante la dominación republicana en la aldea. Esa prepotencia ganadora se manifestaría durante las décadas de los 40, 50, y 60, y sumada a las necesidades por salir de aquella pobreza a la que también fueron condenados, obligó a muchas familias a emigrar definitivamente, forjando cierta impotencia oculta, resignación y un rechazo sumiso al régimen caciquil, que explotaría durante la transición a la democracia.
  Esas ganas de liberarse de las ataduras franquistas fue apoyada en lo económico con el aumento del poder adquisitivo producido por las rentas obtenidas gracias a la emigración temporal o retornada, que desde mediados los 70 se fue produciendo fundamentalmente a las costas catalanas, y que provocó que surgieran pequeños propietarios de tierras (3 ó 4 fanegas), a la vez que en lo político se alcanzaban pequeñas conquistas sociales impulsadas por los nuevos aires prodemocráticos. Pero el gran logro socio-económico conseguido durante la Transición en Fuente Álamo fue la división en parcelas en régimen de arrendamiento del Cortijo de Clavijo propiedad del Ayuntamiento de Alcalá la Real, gobernado por el Partido Socialista (1979), recién salido de las urnas, y que impuso una renta baja que permitió el acceso a la cuasi-propiedad a una treintena de familias fuentealameñas, que se consumaría en propiedad plena a finales de los noventa. Todo ello unido a las ayuda del PER hizo un cóctel que ayudó a digerir muy bien la Transición.
Recuerdo, a la corta edad de 8 ó 10 años, por el año 1972 en el que Franco aún no había muerto, como Pedro Cervera Ortega “El Trasperlista”, apretaba fuertemente con dos dedos a una moneda de duro sobre la cara del Caudillo, a la vez que decía: “No sacaras por ahí la lengua”. Yo no entendía todavía muy bien el significado de aquello, pero lo sentía como algo prohibido y que no se podía hacer, ni decir. Pedro, era un significativo simpatizante del Comunismo. En aquellas escaleras de acceso al pajar de Marce Ramírez “El Misto”, comencé a entender que Franco era una persona mala y que la libertad de expresión aunque un poco tapada, podía existir, que se podía insultar entre pequeños grupos de vecinos al Dictador, sin que pasase nada de aquello que nos habían dicho, pero sabiendo que de allí no iba a salir.   
Tras la muerte de Franco, apenas le quedaron seguidores en la aldea, a excepción de los terratenientes, que por lo general vivían en los cortijos, y algún que otro simpatizante del nuevo partido político “Fuerza Nueva”, continuador de las ideas franquistas. Así, en las primeras elecciones generales de 1977, los partidos democráticos acapararon casi todos los votos; tan solo 4 ó 5 electores se habían declarado abiertamente a favor de los partidos falangistas o de Fuerza Nueva, caso de Antonio Ortega “Rayo”.
  En la campaña electoral de esas primeras elecciones generales democráticas de Junio de 1977, los representantes de los partidos políticos apenas visitaron la aldea. Recuerdo con 14 años de edad, ese 15 de junio, como un día caluroso, donde desde mi habitación, mientras preparaba los exámenes finales de 8º curso de EGB, oía hablar y pasar los vecinos camino de la Escuela donde se había instalado la mesa electoral. Si bien tenía alguna consciencia, aún no podía comprender la repercusión que tal hecho produciría. Se les notaba tensos al hablar, y sólo se les escuchaba decir: “Mari, yo ya he votao”, como si descansasen, pero sin expresar ningún tipo de ánimo, para no delatarse. Así mismo, delante de las dos urnas, entorno a la mesa electoral presidida por Domingo Aguilera Calvo, se notaba cierto nerviosismo ante la escasa experiencia democrática. Esa misma falta de experiencia, se trasladó a los miembros de la mesa electoral a la hora de hacer el escrutinio y redactar las actas, pues tuvieron que ser auxiliados por jóvenes mejor preparados en estudios, pero con la misma inexperiencia ante el proceso. Aunque todo el mundo esperaba que el voto se inclinase hacia la UCD, el voto fuentealameño se desvió hacia la izquierda (PSOE). Con el puñado de votos obtenido por el centro y la derecha, al día siguiente se hacían cábalas para averiguar de dónde podrían venir, pues los votantes en Fuente Álamo, eran habas contadas, y casi se podía saber quién había votado en un sentido o en otro. Pasados estos “miedos” o más bien, ciertos recelos, sobre la situación general de España, los votantes socialistas de la aldea iban sacando pecho, y consideraban de derechas incluso a los votantes de UCD. En los bares y en la calle  se observaban leves disentimientos y ciertas suspicacias, al no asimilarse del todo los nuevos aires democráticos.
En los años del inicio de la democracia se realizaron pintadas en la pared lateral del nuevo lavadero, contrarias a lo que en aquel momento representaba la UCD, que negaba la autonomía plena de Andalucía; y a favor del PCE. Los autores fueron Eduardo Aguilera y el que relata, durante una noche fría, con una lata de pintura y una brocha que le había cogido prestada a mi madre. Aquello supuso una pequeña protesta y a la vez provocó a la mañana siguiente un pequeño revuelo entre los vecinos de La Fuente.  Lorenzo decía: “yo escuché ruidos por la noche”, mientras que el alcalde pedáneo por entonces, Santiago Cano, decía: “Hay que ver, hay que ver”, mientras movía levemente la cabeza, con aquellos movimientos cortos y nerviosos. La pintada ocasionó gastos consistentes en pagar un jornal de mujer para que encalase el lavadero. No estaban acostumbrados en la aldea a las pintadas y consideraron el hecho como un acto vandálico, más que un acto de protesta, que era lo que nosotros pretendíamos. Circunstancias de la vida y salvando muy mucho las diferencias, cuarenta años después, los autores de dichos actos fueron los nietos de aquellos que en el mismo escenario, atacaron a lo que representaba la Iglesia en los años de la II República.
            En uno de los dos autobuses que el día 2 de diciembre de 1979 (Día de Andalucía), se desplazaron desde Alcalá la Real hasta Jaén para pedir la autonomía plena para Andalucía, iba una decena de fuentealameños, (Eduardo, Domingo, Quisco, Vicente, Ceferino, Pedro, ect…) que contribuirían con sus protestas a que cambiasen las cosas, junto con los otros 12.000 jiennenses allí presentes. Recuerdo que uno de los autobuses sufrió un choque frontal de un vehículo marca Gordini, donde desgraciadamente falleció una familia, trágico desenlace que pudimos presenciar personalmente. En la manifestación por las calles de Jaén, Eduardo y yo, empuñamos una pancarta del PCE, que nos dejó Pedro Gálvez, aquel que vendía hilos en Alcalá la Real.
           El PSOE en tiempos de la Transición siempre ganó en Fuente Álamo por aplastante mayoría. En las primeras elecciones obtuvo cerca de los 200 votos, por los 6 ó7 votos del centro-derecha. En las elecciones municipales de 1979, se incrementó un poco el voto a la UCD, pero al ir dos fuentealameños en las listas del PSOE, Pedro Pareja Anguita y Ceferino Aguilera Pérez, el voto socialista triunfó de nuevo. El partido de centro UCD fue el partido que le siguió a una gran distancia. Mi madre votó al PSOE, como siempre, y mi padre creo que votó a UCD.
En la campaña electoral de las primeras elecciones municipales de 1979, los representantes locales de los partidos políticos visitaron la aldea, haciendo acto de presencia por primera vez en ella los candidatos socialistas José Marañón, Francisco Martín y Casiano Castillo. En una reunión en el Bar Charraga, nos prometieron a la juventud fuentealameña, la construcción de un campo de fútbol, entre otras promesas, recuerdo que tomando nota en una servilleta de papel (su total acondicionamiento tardó más de una década,  porque a lo mejor se mojó la servilleta y se borró). Por cierto, alguno de ellos en aquella reunión, fumaba cigarrillos Celtas Cortos, eran peores tiempos para los socialistas.
La llamada Transición no supuso un relevo en la pedanía, pues continuó el mismo alcalde pedáneo que había sido nombrado en 1974, Santiago Cano Muñoz, si bien hubo un intento frustrado en el verano de 1979 y se nombró por parte del elegido, el 3 de abril de 1979, alcalde de Alcalá la Real, D. José Marañón Barrio, un alcalde pedáneo más afín al socialismo, que fue Antonio Pérez Pérez “Nono”. Su nombramiento fue revocado y se depuso en la primera votación popular convocada en la aldea, (otoño de 1979), siendo restituido en su cargo el antiguo alcalde pedáneo. Yo era menor de edad, pero voté y me admitieron el voto, pese a que manifesté tal circunstancia.
En dichas elecciones municipales ganó el PSOE con mayoría absoluta y fue nombrado alcalde D. José Marañón Barrio, que tuvo como compañero en el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Alcalá la Real a Pedro Pareja Anguita, único concejal originario de Fuente Álamo en el Ayuntamiento de Alcalá la Real entre 1979 y 1983. En las elecciones locales de 1983 fueron 6.571 votos los obtenidos por la candidatura socialista, de los que casi dos centenas seguramente fueron fuentealameños, traducido a 13 concejales, sin que obtuviese representación, nuestro paisano Ceferino Aguilera Pérez, que militaba en el PSOE.
               En esos años existía en Fuente Álamo muchos problemas para formar las mesas electorales debido al alto grado de analfabetismo que existía. En ocasiones, el sorteo recaía en gente sin estudios, lo que provocaba la constitución de mesas irregulares. En concreto, en las Elecciones generales del 28 de octubre de 1982, fui designado a dedo por el entonces Alcalde pedáneo Santiago Cano, extremo que fue inmediatamente comunicado a la Junta Electoral de Zona. Ese mismo analfabetismo se trasladaba a la hora de identificar a los partidos políticos, los cuales se reconocían por el anagrama del puño y la rosa o de la hoz y el martillo o por la identificación de sus líderes a través de la televisión.
  En las Elecciones Municipales de 1983, por el hecho de conocer a todos los vecinos, no nos obligaban a solicitar el D.N.I. cuando no se llevaba consigo, lo que provocó por parte del apoderado Alianza Popular, la impugnaron de las votaciones. En una aldea tan pequeña y donde las relaciones humanas, familiares y amistad eran tan estrechas, no se podía impedir ejercer el derecho a votar por el simple hecho haberse olvidado el documento de identidad, y sobre todo siendo avalado en aquel tiempo por las normas electorales. Creo que no prosperó la impugnación.

     Como hemos dicho, el partido socialista en todas las elecciones celebradas en Fuente Álamo ha obtenido súper mayorías. La población fuentealameña ha sido siempre fundamentalmente obrera del campo y emigrante, por lo que  el voto se recargó a las izquierdas, más en concreto del PSOE, a excepción de algún comunista declarado, como Juan Aguilera Castillo “Juanele”, quien siempre se declaró simpatizante del Partido Comunista de España y a quien sus amigos apodaban “Santiago Carrillo”.

       Como datos complementarios ya en la Post-transición y en plena democracia, a principios de los noventa, en concreto en las Elecciones Generales celebradas el 6 de junio de 1993 al Congreso de Diputados, de un total de 249 fuentealameños electores censados, ejercieron el derecho a voto 205, de los cuales el PSOE obtuvo 169 votos; el Partido Popular: 22; IU: 7, PA: 4, CDS: 1, Octubre Socialista: 1, Partido de la Ley Natural: 1 voto.
En las Elecciones al Parlamento Andalucía celebrada el 12 de Junio de 1994 de un total de 222 electores censados, ejercieron el derecho a voto 162, de los cuales el PSOE: 118 votos; PP: 22 votos; IU-Los Verdes: 7 votos, Coalición Andalucista Poder Andaluz: 14 votos. En las elecciones al Parlamento Europeo, que coincidieron con las anteriores autonómicas, el voto fue similar.
     Como se puede apreciar, descendió notablemente el número de electores (en un solo año pasó a 222 de 249), en concreto fueron 27 electores menos. Esto fue debido a que en esos años los fuentealameños comenzaron el éxodo hacia Alcalá la Real fundamentalmente.
               La unificación de la mesa electoral a finales de los noventa, integrada por electores de Las Caserías de San Isidro y Fuente Álamo, hizo que ya no se pudiera analizar el voto de los fuentealameños.
    Habría que esperar hasta las Elecciones Locales de 2007 para que una fuentealameña fuera incluida en las listas electorales, Mireya Pérez Pérez,  presentándose en las candidaturas del Partido Popular.

5 comentarios:

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  2. Hola Carlos, muchas gracias por tu felicitación. Efectivamente conservo unas pocas pegatinas políticas, las que se pueden ver en la publicación y alguna que otra. Ha sido ellas las que me dieron la idea de hacer este trabajo. Son muy pocas y deseo conservarlas. Gracias de nuevo.

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  3. Estimado amigo Domingo, primero felicitarte por recuperar tu memoria, la de Fuente Álamo y también la mía porque el relato de aquel periodo me ha hecho vivir la ilusión local en Andújar y también recorriendo los pueblos de la provincia de Jaén...Todo estaba por hacer. Gracias por hacérmelo recordar.

    Después, como la historia de ese tiempo se hace con relatos como el tuyo, voy recopilando artículos y publicaciones para mis trabajos. Como el sistema del blog protege el texto, no he podido copiar. ¿Es posible que me lo envíes a mi correo electrónico historiadejaen@gmail.com? Gracias

    Un abrazo.

    Santiago de Córdoba

    texto

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  4. Muchas gracias de nuevo Santiago, por esa ilusión que muestras por nuestra tierra, sobre todo por los rinconcillos de ella. Conforme a lo solicitado te envío el texto por correo electrónico. Estando a tu disposición para lo que necesites. Un abrazo.

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