LA EMIGRACIÓN EN FUENTE ÁLAMO
Juanito Lagares, Manuel, Matías, Salvador, Santiago, niño, y José, en La Coronela (Burgos)
PRIMERA PARTE
Después de la agricultura, se puede considerar los ingresos procedentes de la emigración como el segundo medio de vida de los fuentealameños, pues ha permitido que las familias puedan prosperar económicamente, además de social y culturalmente, reinvirtiendo dichos ingresos en la mejora o adquisición de viviendas y sobre todo en la compra de parcelas de olivos. Supuso la entrada de “divisas” y la posibilidad de que los fuentealameños pudieran acabar con grandes latifundios, como el de “La Casilla” o adquirir la propiedad de los arrendamientos del cortijo de Clavijo, por lo que ambas actividades han estado interrelacionadas, y a medida que la actividad agraria por cuenta propia fue aumentando, la emigración ha ido disminuyendo.
No tenemos constancia de que tras la Guerra Civil se marchasen familias por motivos políticos, sino que la convivencia fue pacífica, pese a los arrestos y apresamientos, pues algunos fueron arrestados y metidos en prisión o desterrados por motivos políticos, como Vicente Aguilera, por defender ideas contrarias al franquismo, y en otros casos, no fueron las causas políticas, sino que a las dificultades económicas se le unieron otras circunstancias de tipo social, como el haber muerto el marido o el padre en circunstancias no claras o el señalar de forma indirecta como “rojos” o contrarios a las ideas franquistas, o en definitiva, el estar marginado o lo que es peor “estar señalado” y sobretodo injustamente, pues todos los “delitos” cometidos estaban relacionados con el hambre, en otros casos, el llevar una vida sometida a la crítica continua e infundada y estar en boca de los demás, en una sociedad rural atrasada y llena de perjuicios morales.
Si bien, desde los años cuarenta y cincuenta hubo emigraciones temporales a la Campiña Cordobesa, para la siega, el fenómeno migratorio propiamente dicho, comenzó como en toda Andalucía, en los años sesenta; fueron en algunos casos familias completas, arrastradas por el familiar que había hecho de avanzadilla, las que salieron destino a Cataluña, País Vasco, Navarra, Madrid, Valencia o a otras zonas de Andalucía y a países como Alemania, Francia o Suiza.
El perfil del emigrante fuentealameño fue evolucionando como las maletas que llevaba consigo, desde las de madera, cartón piedra y tela, cuero, lona o de plástico, y que como él, viajaron por todos los lugares mencionados anteriormente, y a veces con diferente acompañante, pues servían para todos los hermanos y primos de una misma familia, y el término “hacer las maletas” sólo significaba, emigración, que en unos casos era temporal y en otros resultó ser definitiva.
Hecha esta introducción, no podemos considerar como emigración, el cambio de residencia a Alcalá la Real, ni el éxodo de los cortijos al mismo Fuente Álamo o a Alcalá la Real.
Juan de Mata,comunión, en Igualada |
A estas listas se le podrían unir muchos emigrantes fuentealameños más, por lo que quedan abiertas.
Custodio Pérez y familia en Turón- Granada |
A estas “emigraciones forzosas” hay que sumar las originadas por el gran número de jóvenes fuentealameños que fueron nombrados guardias civiles y que supuso el salir de la agricultura o “cultura del terrón” y sobretodo supuso nuevos ingresos procedentes de Estado, que sirvieron de alivio para la economía familiar, por poner algún ejemplo nombraremos a Custodio Pérez Aguilera, José Ibáñez Nieto, Daniel Aranda, José Vega, Francisco Jiménez Pérez, Eusebio Fuentes Vera, Francisco Arenas Aguilera, José Escribano Moyano, Antonio Castillo Padilla, Perálvarez “Campiñas”, Custodio Sánchez González, apodado “Costorillo”, si bien después dejaría el cuerpo.
Se puede diferenciar las emigraciones definitivas, de las temporales, en el primer de los casos, la familia ser marchaba al completo, vendía lo poco que tenían, e intentaban hacer nueva vida en otros lugares, pensando generalmente en no volver. Los emigrantes temporales siempre tenían la vista en volver, aunque en algunos casos las circunstancias se lo impidiera. La vida social fuentealameña estaba condicionada al periodo emigratorio, las bodas, bautizos, comuniones, fiestas populares, ect… de tal forma que la emigración temporal coincidía con el periodo estival, quedando en suspenso tales acontecimientos hasta que regresaban, así la fiesta de San Antonio llegó a desaparecer y las fiestas en honor de la Virgen del Rosario el 7 de octubre, se aplazaba incluso hasta noviembre, las bodas se adelantaban al mes de marzo o abril o se atrasaban hasta el invierno. También tuvo consecuencia en la participación en las elecciones convocadas en periodos emigratorios, cuando ya se pudo votar en democracia, donde la participación era muy baja y el voto por correo era de 4 ó 5 electores.
Emigrante fuentealameño en Alemania |
Las primeras emigraciones temporales se produjeron en los años cincuenta al Norte de España, básicamente a Burgos y Lérida, para trabajar en vaquerías o para hacer hoyos de medio metro, para la plantación de pinos o reforestación, cobrando doce por cada cien hoyos, según cuenta José Aguilera “Macarrón”.
Nono, Pedro, José, Quini, Matías y Angel en Seu de Urgell |
En los años sesenta y setenta el “Norte” volvió a ser el objetivo de los emigrantes fuentealameños, fundamentalmente a Burgos, Santander y Logroño para la construcción y acondicionamiento de carreteras, entre ellas las del Puerto Escudo, donde la economía del cocinero Antonio Moyano, era el plato fuerte y la técnica a izquierdas de Juan Ibáñez “El Andaluz” para repartir con la pala la gravilla sobre el alquitrán, la más depurada. Hay que hacer mención al triste accidente ocurrido en 1972 al chocar el autobús que trasladaba a esos destinos a los trabajadores y que produjo la muerte del joven Francisco Malagón, quien fue monaguillo de la iglesia de Fuente Álamo y varios heridos graves, entre ellos a Juan Pérez Hinojosa.
Pepe Pérez, Amador y otros en la Coronela (Burgos) |
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