El pasado día 22 de agosto
de 2022, durante una visita a una exposición fotográfica al aire libre ubicada
en la Rambla de Almería, contemplé numerosas obras de arte que me evocaron
contextos similares a los que fotógrafos anónimos habían captado en entornos y
personajes fuentealemeños. Fotografías
que me habían enviado amigos y familiares desde distintos lugares. Así que
decidí hacer una comparativa, salvando la distancia y el arte que atesoraba el
fotógrafo profesional, alguno de ellos Premio Nacional de Fotografía.
La primera la podéis ver y
leer en: https://historiadefuentealamo-jaen.blogspot.com/2022/08/senoritas-de-fuente-alamosenoritas-de_88.html
La segunda comparativa es la
imagen que representa a mujeres ancianas. La toma profesional fue captada en
Soutelo de Montes (Pontevedra) y la anónima en un cortijo de la Dehesilla en
Fuente Álamo:
DOROTEA
DO CARA, 1960. Virxilio Vieitez. La
mujer retratada por Virxilio Vieitez es una emocionada Dorotea Do Cara, que se
refleja en la parte del cuerpo que hace honor a su apellido. Su hijo Antonio José
había emigrado a Venezuela y quería ella mostrarle en qué había gastado el
dinero que le mandaba.
LEO Y JUSTA. DOS “VIEJAS” A
LA RECACHA. Años 60. Foto: Fina Ochoa.
Leona Vera Viana (1891) y Justa Aguilera
Castillo (1902) fueron dos vecinas de la Dehesilla de Fuente Álamo, quienes
estado un día tomando el sol, fueron inmortalizadas por una cámara anónima,
posiblemente la de algún familiar que había regresado en vacaciones. Ambas
viudas y de avanzada edad, Tía Leona, hija
de Quintín
(1865) y Expectación Viana Fuentes (1868) había estado casada
con su primo Antonio Vera Aguayo (1890) y juntos criaron a su nieto Justo Gutiérrez
Vera. Justa era la segunda hija del matrimonio formado por Juan María Aguilera
Arenas (1875) y Segunda Castillo Anguita (1881). Casada con Juan Reyes Ochoa
Escribano (1900), tuvieron como hijos a
Juana 1923, Carmen 1925, Juan 1927, José 1929, Segunda 1931, Julia 1935, Manuel 1939.
La imagen representa la
serenidad, sosiego o tranquilidad con la que se vivía en aquella zona
rural. Las obligaciones ya estaban
cumplidas y solo esperaban a que saliera el sol un ratito, sacar las sillas de
anea y sentarse al lado de la pared que mejor cobijo le diese del viento o templanza
del sol. Ese reposo solo se ve perturbado por el fotógrafo que, con una señal,
les hace girar la cabeza y mirar a la cámara. A Justa le coge con una mano en
movimiento, quizás queriendo darse un último retoque. Sus vestidos negros están
complementados con los mandiles de cuadros, de corte similar pero no iguales,
sobre los que reposan las manos cansadas y ambas muestran en su pechera el
broche más querido y quizás el único.
Entre ambas fotografías
puede haber pocos años de por medio, pero en los peinados, vestimenta y zapatos
hay pocas diferencias. El fondo puede
ser similar, el de un pajar o de un gallinero. Ambos suelos se encuentran
empedrados, el gallego con grandes losas y el fuentealmeño con piedra irregular.
La diferencia fundamental es
que Dorotea quiere mostrarse con una radio, que no está encendida y por tanto
en ese momento no está disfrutando de su audición. Tanto la radio como su acompañante
se sitúan en unas sillas totalmente de madera, a diferencia de las de anea de
Leo y Justa. Estas muestran sus delantales casi de estreno, a diferencia de la
radio de Dorotea.
En ambas imágenes se aprecia una bondad visible a lo largo de
varias décadas y que ha quedado inmortalizada para la eternidad.
Agradecimiento a Virxilio
Vieitez y a Fina Ochoa, nieta de Justa y nieta abuela de Leona.
Bonitas imagenes, de una época no tan lejana a la nuestra y sin embargo tan distinta. Me ha gustado verlas de nuevo a través de tu trabajo. Gracias Domingo.
ResponderEliminarBuenas tardes y muchas gracias, Fina. Así es, aunque ya hará casi medio siglo que la Dehesilla quedó totalmente despoblada, el tiempo al igual que en muchos lugares de España quedó paralizado allí unas cuantas décadas y esas imágenes vistas a día de hoy resultan para algunos extrañas. Sobretodo el color negro de sus vestidos y zapatos, y sus peinados. Tanto Leona como Justa, creo que no llegaban a los 80 años o más o menos. Hoy cualquier mujer a los 80 años años es joven o al menos así se siente y seguro que solo se pondría un vestido negro para salir por la noche al baile. Gracias a tí, siempre.
EliminarGracias, Domingo
ResponderEliminarDe nada, querido anónimo o anónima.
Eliminar