El día 29 de marzo de 2.009 se celebró la “Fiesta del Arremate” en el Centro Social de Fuente Álamo. El programa de actividades incluía una muestra de vareo de olivos y recogida de aceituna, una cata de aceite con rebanadas de pan fuentealameño, una visita guiada a la Cooperativa Nuestra Sra. del Rosario y la degustación de un almuerzo con el “remojón” tradicional. La cita estaba enmarcada dentro del programa “Municipalia” de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Alcalá la Real, que pretendía recuperar las viejas tradiciones de las aldeas y que comprendía cuatro fiestas anuales denominadas: “de las Eras”, en verano; “de la Vendimia”, en otoño; “de la Matanza”, en invierno; y la “del Arremate”, en primavera.
Esta
conmemoración representaba aquellos arremates, donde el señorico[1], una
vez finalizada la recolección de la cosecha, invitaba a todos los aceituneros a
una gran comida que podía consistir en un arroz con carne, o invitación a
buñuelos o churros con chocolate, bebidas y vino.
Para pedirle el arremate, las jovenzuelas le echaban al señorito un pañuelo al cuello mientras le recitaban coplillas como: “Yo soy una aceitunera pobre y usted un señorito noble…” La fiesta duraba todo el día y se prolongaba durante la noche con el baile, que era amenizado por un acordeonista, música de viento. Los aceituneros de ese estajo podían invitar a otros amigos y amigas al baile. Así, algunos recorrían las aldeas vecinas de La Rábita, o las Grajeras, repartiendo invitaciones.
Durante la celebración, también se le cantaban canciones al señorito para que fuese generoso, al tiempo que se le deseaba buenos augurios. También hacían referencia a algunos de los aceituneros o aceituneras y, sobre todo, servían para meterse irónicamente con el manigero, que era la prolongación de la mano del señorito.
Estos acontecimientos festivos estuvieron vigentes hasta finales de los años 70 del siglo pasado, donde el aumento considerable de los salarios hizo que los señoritos se retrajesen y, ante las peticiones de alguna aceitunera: ¿Este año nos va a dar usted el arremate? Un señorico le contestó con aquella palabra malsonante: “Te voy a dar una p…” quedando en el anecdotario fuentealameño y rompiendo con la tradición.
Hemos recopilado algunas coplas que fueron compuestas por Dolores Sánchez Aguilera, hija de Mariano del Cortijo de Los Martillo y de Francisca Aguilera de los “Florios”. Las compuso estando trabajando en la recolección de aceitunas en los años 50 en el estajo de la Casilla cuando era propietario Don Carlos Dabán Sánchez-Cañete, pudiendo ser el manigero Magarzo o el Sr. Cuenca “Notanf.”
Buenas
tardes Don Carlos,
Nosotros
nos acercamos
Y
a pedirle la remate
Que
ya estamos terminados.
Este
año la cosecha
No
se ha portado muy mal,
Menester
que usted se porte
Y
un poquito regular.
No
le pedimos cocido
Ni
tampoco golosinas
Que
nosotras le pedimos
Y
es una buena propina.
Nosotros
le pedimos
Y
a Nuestro Padre Jesús,
Que
a la señora y usted
No
le falte la salud.
Y
las Ánimas Benditas
También
lo protegerán,
Que para el año que viene
Tenga la cosecha igual.
Porque
nosotras las uñas
Nos
las hemos dejado aquí,
Que
no ha quedado aceituna
Para
que coma un colorín.
Ya
se lo hemos dicho todo
Usted
hace lo que quiera,
A
ver lo que se merecen
Y
estas pobres aceituneras.
El
Señorito Don Carlos
Caballero
muy honrado,
La
Virgen de las Mercedes
Siempre
la lleva a su lado.
Nosotros
le decimos
Con
mucha gracia y salero,
Salud
para Don Carlos
Y
que se conserve bueno.
Tenemos
un capataz
Que
no nos lo merecemos,
Que
nos engancha con estrellas
Y
nos suelta con lucero.
Dice
que nos suelta tarde
Porque
no tiene reloj,
Le
vamos a comprar un Cauny
De
esos de marca mayor.
No
estará usted disgustado,
No
le tira el capital,
Y
entre él y su señora
No
nos dejan ni orinar.
El
Pepe de los Florios
Se
va a salir de mulero,
Está
un poquito disgustado
Con
el mulo Carbonero.
Ese
mulo Carbonero
Lo
vamos a vestir de jaque,
Para
que nos traiga el vino
Y
el día del arremate.
Pero
tiene una faltilla
Que
os la voy a decir,
Que
se cae en lo más llano
Y
el vino no nos llega aquí.
[1] Expresión fuentealameña de señorito, o dueño del olivar.
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