Las familias apellidadas “Moreno” estuvieron muy vinculadas a Fuente Álamo. Aunque hubo varias ramas, actualmente el apellido ha desaparecido de la Aldea. Tuvieron especial protagonismo e influencia sobre todo durante la Segunda República y la Guerra Civil. La metralla de la Guerra Civil acabaría con la vida del progenitor de una saga, Manuel Moreno Pérez, nacido el 1 de Enero de 1862, hijo de José y Francisca, quienes eran de La Rábita. Viudo en primeras nupcias de Dominga Sánchez Zamora, de cuyo matrimonio tuvo un hijo llamado Eustaquio (padre Marcos Moreno), se casó en segundas nupcias con Dominga Zamora, sin que de ésta tuviera descendencia. Dedicado al campo, falleció el 17 de Septiembre de 1937, (Reg. Civil de Alcalá la Real, Tomo 122, Pag. 264 vto.) en su domicilio, durante el bombardeo aéreo en Fuente Álamo, en concreto, en los olivos situados en la parte baja del pueblo que fueron propiedad de Luis Montes “Pacheque”. Muchos de los mayores de la aldea, antes niños, recuerdan cómo vieron transportar su cuerpo destrozado con las vísceras fuera en unas narrias llevadas por cuatro hombres.
Otra rama del apellido, sin que se conozca el
vínculo con la anterior, es la formada por Rafael Moreno Ibáñez,
conocido en su tiempo por “Rafalillo Perote”, quien fue presidente de la Filial
Cooperativa de la Sociedad de Agricultores “La Espiga Floreciente” en 10 abril
de 1936. De profesión agricultor, ejercía de
barrenero en el pueblo. Estuvo casado con Encarna Martos (Perejila). Era
padre de Manolo, Mateo (tocaba el clarinete), Rafalillo, (heredó la profesión y
le explotó un barreno en la mano), Paquito, Ángel (tocaba la batería), Victoria
y Sara. Rafael era hermano de Josefa Moreno, casada con el tío Eusebio, quienes
formaron otra familia prolífera: Josefa, Sancha, Antonia, Eusebio, y Vicente,
fallecido en la Guerra Civil. Como hemos dicho, en la familia había dos
músicos: Mateo y Ángel, quienes amenizaron los bailes de los años 50 y 60 en
Fuente Álamo.
Pero el protagonista de esta historia es Marcos Moreno Montes, quien
nació en La Rábita-Alcalá la Real el 18 de octubre de 1915. Era hijo de
Eustaquio y de Araceli, él natural de La Rábita y ella de Almedinilla. Aunque
no se puede precisar cuándo, pero antes de que comenzase la Guerra Civil, se
trasladaron a Fuente Álamo y se establecieron en la casa que hay en la parte
alta del antiguo Pilar en la Plaza de los Álamos, donde antes estuvo
establecido el Bar Royal. Marcos era el hijo varón de la familia, junto con dos
hermanas, quienes estuvieron muy vinculadas también con la Aldea: Elena, mujer
de Eulogio, y Dominga, mujer de Antonio Pérez La Rosa.
De su niñez se conoce poco, tan solo los avatares propios de una familia
obrera y humilde, pues su padre era bracero de campo, por lo que pronto tuvo
que ponerse en marcha, y ya con tan solo 20 años de edad ocupaba el cargo de
vocal, (en concreto 10 abril de 1936), de la Sociedad Cooperativa afiliada a la U.G.T
“La Espiga Floreciente” que en esa fecha firmó un acta para solicitar el
arriendo de las tierras del Cortijo de Clavijo propiedad del Ayuntamiento de
Alcalá la Real. El estallido de la Guerra
Civil frustró sus aspiraciones sindicales y las de otros muchos, y seguramente
su reemplazo se puso en marcha, pues no se conoce ninguna actividad propia en
la Aldea en aquellos años de revolución. Se sabe de oídas por las personas
mayores de la Aldea, que formó parte durante la Guerra Civil de la guardia del
Presidente de la Republica D. Juan Negrín, sin que tal extremo haya podido ser contrastado.
Finalizada la Guerra Civil se exilió a Francia, donde fue internado en un
centro de prisioneros de los españoles que buscaban refugio en el país vecino.
Como nos relata el historiador Francisco Martín Rosales en la página de su blog: http://pacomartinrosales.blogspot.com.es/2017/01/presos-alcalainos-en-los-campos-nazis.html: “Fueron alcalaínos que pasaron la frontera en dirección hacia Francia en febrero de 1939; con el estallido de la Guerra mundial en septiembre de 1939, Francia se hundió ante el empuje de la invasión alemana, cayeron en manos de su ejército como prisioneros de guerra de La Wehmacht alemana. Desde agosto de 1940 hasta principios de 1942 fueron enviados al campo de concentración de Mauthausen. Formaban un extenso grupo de republicanos españoles por haber luchado en contra de las tropas franquistas”. En esa relación de alcalaínos en campos de concentración nazi, debe incluirse también a Marcos, como bien puntualizó en las redes sociales D. José Manuel Rosales.
Después
de tres años de dura guerra en España, Marcos tuvo que refugiarse, como más de
500.000 españoles republicanos, en Francia, dónde le esperaba un campo de
prisioneros, los cuales fueron entregados a los nazis, debido a la invasión
alemana. Fueron trasladados a territorio alemán; en el caso de Marcos, al campo
de prisioneros Stalag o prisión: XI-A (Altengrabow) situado al este de la
localidad de Altengrabow y en el sur de Dörnitz en Sajonia-Ahhalt a unos 90 kms. al sur-oeste de Berlín. Desde
dicho campo de prisioneros fue deportado al campo de concentración de
Mauthausen (Austria), donde ingresó con el número 3.318 el 26 de abril de 1941,
dos años después de haber terminado la Guerra Civil Española. Allí permaneció hasta
el 5 de mayo de 1945, día en que fue liberado por las tropas aliadas. No solo
tuvo que soportar los duros trabajos sin remunerar y sin descaso, sino también la
deficiente alimentación y los hacinamientos en las barracas, sin contar el
hecho de tener que convivir con el desprecio
y la humillación nazi. Durante estos cuatro años estuvo trabajando como un
esclavo, al parecer en la elaboración de material bélico relacionado con la
fabricación de aviones, pues este fue su oficio después de abandonar el
siniestro lugar y establecerse de nuevo en Francia.
Fue
una experiencia tan dura que no le gustaba recordar, y apenas contó algo a su
familia, tal y como nos apunta su sobrino Antonio Pérez Moreno, quien visitó el
lugar de cautiverio del que pudo salvarse su tío, piensa que gracias a la
fortaleza física que tenía. Después de estos 6 años de cautiverio, por fin pudo
comunicarse con su familia, y un día recibió una carta su madre, quien ya le
había dado por desaparecido.
Como
hemos dicho, Marcos regresó a Francia, estableciéndose en la zona de París,
donde trabajó como tornero en la fabricación de piezas para aviones.
Circunstancias de la vida, en el momento en que iba a montar una empresa
propia, o más bien quedarse con la empresa para la que trabajaba, junto a un
amigo íntimo, este falleció y no se llegó a materializar su sueño. Poco después
se jubiló a consecuencia de una afección en la garganta, que le agravó la voz y
le produjo dificultades para hablar. Entonces se estableció en la zona de los
Pirineos Orientales, en concreto en Prades, hasta que regresó a España. Sin que
se pueda precisar la primera vez que pudo volver, lo cierto es que el 7 de
noviembre de 1997 obtiene el D.N.I., por lo que se estableció definitivamente a
finales de los años noventa en Alcalá la Real, donde falleció a los 86 años de
edad un 3 de febrero de 2002 en la casa que tenían sus padres en la calle General
Lastres, llevándose con él una triste experiencia vivida.
Fue un hombre de gran presencia física y buena
apariencia, lo cual no solo le sirvió para salir vivo del holocausto nazi, sino
que le permitió durante su estancia en Francia la libertad para estar siempre
bien acompañado de amigas, pero sin llegar a
casarse con ninguna de ellas.
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