En este trabajo pretendo
hacer un estudio lo más completo posible, aunque no tasado de las víctimas de
la Guerra Civil que de alguna forma tuvieron relación con Fuente Álamo. Existen
casos de cuerpos que no han aparecido, otros cuyos familiares hacen simples
referencias a su desaparición y otros muchos de los que no tenemos ni tendremos
noticia alguna. Algunos de ellos eran campesinos inocentes y ajenos a todo el
conflicto. De oídas se comenta que algunos fueron fusilados en los alrededores
de Priego de Córdoba o de Alcaudete y en las carreteras próximas, pero no
consta la inscripción de la defunción en ningún registro. Es un simple recordatorio y homenaje general a
todas las víctimas fuentealameñas causadas directamente por la cruel guerra o a
consecuencia de ella, sin distinción de bandos y sin buscar responsables, que
solo hay uno: la injusticia y la sinrazón, pues no hay razón más poderosa que
la misma vida.
El de Leocadio Anguita
López fue el único caso de asesinato contrastado documentalmente que fue
cometido en Fuente Álamo durante la Guerra Civil, si bien al parecer fue
llevado a cabo materialmente en las inmediaciones de Alcaudete. También existe
constancia verbal a través de sus nietos de que Fernando Vera Aguilera
desapareció, o mejor dicho, se lo llevaron. Fue detenido por la zona de la
Callejama, dirección a Priego de Córdoba donde fue fusilado en un lugar
desconocido, sin que se supiera nada más de él después de finalizar la
contienda. Hubieron otras víctimas civiles mortales fuentealameñas, unas
colaterales de la guerra (Dulcenombre García Bermúdez, Manuel Moreno Pérez…),
otras, consecuencia de ejecución de sentencias injustas (Francisco Alba
Serrano, Justo Gutiérrez Vera…), y otras víctimas militares producidas en el mismo
frente de batalla (Vicente Vera Moreno, Francisco Aguilera Calvo…), a las que
hay que sumar las víctimas de la posguerra (Manuel Castillo Padilla, Juan
Lagares, Antonio Jiménez, Isidora Pérez Vera...).
Víctimas
causadas por la izquierda
Las muertes de Manuel Moreno Pérez y Dulcenombre García Bermúdez fueron consecuencia de los bombardeos producidos posiblemente
por las fuerzas republicanas sobre la zona de Fuente Álamo, entiendo yo, de
forma accidental o fortuita. El
historiador D. Luis Miguel Sánchez Tostado las considera víctimas causadas por
las izquierdas, aunque no creo posible que la aviación o la artillería
republicana disparasen contra su propia población civil.
Manuel Moreno Pérez, nacido el 1 de Enero de 1862, hijo de José y Francisca, viudo en primeras
nupcias de Dominga Sánchez Zamora, de cuyo matrimonio tuvo un hijo llamado
Eustaquio (padre Marcos Moreno, quien fuera vocal de la sociedad “La Espiga
Floreciente” y quien al finalizar la Guerra se exiliara en Francia) y en
segundas estuvo casado con Dominga Zamora, sin que de ésta tuviera descendencia.
Dedicado al campo, falleció el 17 de
Septiembre de 1937, (Reg. Civil de Alcalá la Real, Tomo 122, Pag. 264 vto.) en su domicilio, durante el
bombardeo aéreo en Fuente Álamo, en concreto, en los olivos situados en la
parte baja del pueblo que fueron propiedad de Luis Montes “Pacheque”. Muchos de los mayores de la aldea,
antes niños, recuerdan como vieron transportar su cuerpo destrozado con las
vísceras fuera en unas narrias llevadas por cuatro hombres.
Dulcenombre García Bermúdez, de 50 años, hija de Fernando y
Josefa, casada con Pedro Ramírez Alba apodado “Pedro la Muerte”, de cuyo
matrimonio quedaron tres hijas, Catalina, Fermina y Narcisa (casada con Manuel
Castillo Padilla, otra víctima de la postguerra). Dedicada a sus labores, falleció
en su domicilio el 6 de Julio de 1938
por heridas de metralla en un bombardeo de Fuente Álamo (Reg. Civil de Alcalá
la Real Tomo 122, Pag. 254 vto.). Vivían en la casilla que después sería de
Isabel Pérez Vera.
Se le compuso una letrilla picante antes de que la Guerra
terminase con su vida y que puede servir de cariñoso recordatorio:
Dulce tiene
mala suerte
Por ser
mujer de la Muerte (Pedro)
Según dicen sus
vecinos
Que fue a
encalar el molino
Y echó en el
aceite el chu…
Laureano
Pulido Cano, nació el
4 de julio de 1891, hijo de Francisco y María, trabajador del campo y fallecido con 48 años de edad el 15 de agosto de 1937, (Reg. Civil de
Alcalá la Real Tomo 122, Pag. 283 vto.),
según se hace constar en la inscripción de muerte violenta en el Cerro de Pineda. Estaba domiciliado en La Hortichuela y casado
con Cándida Ramírez Jiménez con quien tuvo 6 hijos.
Leocadio Anguita López, apodado “Parraco”, desapareció el 10 de enero de 1937. Padecía la
incapacidad de sordomudez, que fue otro más de los condicionantes que le llevaron
a la muerte. Fue detenido por la zona de los Baños de Ardales y fusilado al
parecer en las inmediaciones de Alcaudete, a donde fue llevado desde la fábrica
de aceite de D. Francisco Serrano del Mármol, convertida en cuartel de una
brigada roja instalada en Fuente Álamo. Fue acusado por el Jefe de la Brigada de ser espía y negarse a levantar el brazo y saludar
con el puño en alto. Vivía en la casa que después fuera de Luis Montes “Pacheque”.
Antonio
Puche, el marido de María Ramírez falleció
según testimonios orales también en el frente de batalla.
Víctimas
causadas por la derecha
Francisco
Alba Serrano, “Alameas”,
nació el 2 de Agosto de 1906 en Fuente
Álamo. Hijo de Antonio y de María, ambos naturales de Fuente Álamo. Era nieto
del que fuera al principio del siglo XX alcalde pedáneo de Fuente Álamo, don
Antonio Alba Muñoz. Se casó en Fuente Álamo el 20 de Enero de 1926, a los 19
años de edad, con Encarnación Sánchez Malagón de 20 años, natural de Brácana,
con la que tuvo 5 hijos. Era campesino, no sabía leer ni escribir, de estatura
regular, tenía pelo castaño, barba cerrada, cejas al pelo, color moreno y ojos
oscuros. Según contaban los mayores del pueblo, la familia vivía en la que después
sería la casa de la Huerta de Benito Fuentes, aunque sus antepasados vivieron
en la llamada Casa de Alba, enfrente de la Escuela. Enjuiciado en el
Procedimiento Sumarísimo de Urgencia nº 16.509 fue condenado a pena de muerte. Falleció por fusilamiento en las
tapias del Cementerio de Jaén el 31 de
Mayo de 1941, a los 34 años de edad
(Reg. Civil de Jaén Tomo 144, Pag. 159). Su nombre está grabado en octavo lugar (orden alfabético) en el monolito situado en el Cementerio de Alcalá la Real, inaugurado en 2013, recordatorio a dichas víctimas alcalaínas junto a otros muchos desaparecidos. otros muchos desaparecidos.
Domingo
Cervera Valverde “Sacristán”,
nació el 24 de septiembre de 1892. Sus padres eran Pedro y Juana, y estuvo
casado con Ana López Muñoz, en segundas nupcias. Fue padre de 5 hijos: 3
varones y 2 hembras. Encausado en el
Procedimiento Sumarísimo de Urgencia
nº 40.215 y nº 56.814, fue condenado a la pena de Reclusión Perpetua (30 años).
Falleció el 30 de Enero de 1941, a
los 48 años de edad en la Prisión Central de Celanova, provincia de Orense,
donde fue trasladado el 17 de septiembre de 1940, y según se certifica a consecuencia
de un cáncer de estómago, tal y como consta en el folio 286 vuelto, Tomo 28 del
libro de defunciones del Registro Civil de Celanova. Aunque natural de la Hortichuela, estuvo
vinculado con la aldea de Fuente Álamo ya desde inicio de Guerra Civil, formando
parte de la Colectividad allí constituida. Como hemos dicho estuvo casado en
segundas nupcias con Ana del “Bar Royal” de Fuente Álamo, y sus hijos nacieron
y estuvieron siempre ligados a Fuente Álamo. Un hijo suyo llamado Domingo Cervera Ortega fue fusilado al
parecer en Priego de Córdoba, sin que apareciese el cadáver. Otro de sus hijos,
llamado Próspero Cervera Ortega,
tuvo que “purgar injusticias sobre la familia”
en la División Azul. Su nombre está grabado en una relación alfabética en
el monolito situado en el Cementerio de Alcalá la Real, inaugurado en 2013,
recordatorio a dichas víctimas alcalaínas junto a otros muchos desaparecidos.
otros muchos desaparecidos.
Vicente
Vera Moreno era hijo
de Eusebio y de Josefa. Estuvo casado con Carmen Ortega Moyano, con quien tuvo
dos hijos: Gregorio y Josefina. Según
testimonios orales murió en la Batalla de Teruel. Fue encausado pero sin poder
ser juzgado en la misma causa que
Francisco Alba Serrano. Posiblemente de haber sobrevivido hubiese corrido la
misma suerte que Francisco.
Según se cuenta, José Ortega Moyano murió durante la
Guerra Civil en el frente de batalla. Dirigente o “cabecilla” señalado en el
sumario contra el alcalde pedáneo Vicente Aguilera Castillo, en Fuente Álamo,
no consta su enjuiciamiento. Estuvo casado con Fermina Castillo, con la que tuvo un hijo. Era hermano de
Carmen, mujer de Vicente Vera.
Justo
Gutiérrez Vera,
“Pipo”. Nació el 6 de agosto de 1909, hijo de José María Gutiérrez Arjona y
Francisca Vera Viana. Se casó con Eulogia Sánchez Nieto, con la que tuvo 3
hijos. Murió a los 31 años. Era natural de Las Grajeras, aunque siempre estuvo muy
vinculado a Fuente Álamo, donde desarrolló parte de su actuación y donde vivió
parte de su familia. Unos años antes del inicio de la Guerra Civil se había
establecido en la Aldea de Santa Ana, donde regentó un establecimiento de
bebidas. Fue juzgado en el Procedimiento Sumarísimo Causa 1009/39 y condenado a
la pena muerte, siendo fusilado en las tapias del Cementerio de Jaén el 6 de febrero de 1942. Participó en
algunos de los hechos por los que fue condenado Francisco Alba Serrano y
también juzgado, así como en otros por los que fue juzgado su hermano Gregorio Gutiérrez Vera en Procedimiento
Sumarísimo de Urgencia nº 22564, condenado a la pena de reclusión de 12 años. Su nombre está grabado en una relación alfabética en el monolito situado en el Cementerio de Alcalá la Real, inaugurado en 2013, recordatorio a dichas víctimas alcalaínas junto a otros muchos desaparecidos. otros muchos desaparecidos.
Fernando
Vera Aguilera, según
testimonio de Juan y Mercedes Ramírez Vera (su abuelo materno y padre de
Juliana Vera Jiménez) fue llevado por los Nacionales, junto a 8 ó 10 personas de otras aldeas, en un
camión dirección a Priego de Córdoba y allí lo mataron, no volviéndose a saber
nada de él. Parece ser que lo cogieron por la zona de la Callejama, acusándolo
de portar una pequeña pistola. Fue uno
de los muchos arrestados que desaparecieron sin que se supiera nada más de
ellos después de finalizar la contienda.
Antonio Padilla Cano falleció a los 29 años de edad. El
campo era su profesión. Vivía junto a su familia en Cañada Honda, casado con la
fuentealameña Feliciana Pérez Mesa. Fue fusilado en “El Barranco”. Su nombre está grabado en una relación alfabética en el monolito situado en el Cementerio de Alcalá la Real, inaugurado en 2013, recordatorio a dichas víctimas alcalaínas junto a otros muchos desaparecidos. otros muchos desaparecidos.
Aunque sólo lo recuerdan los
mayores y vagamente, por lo que no está totalmente contrastado, también
falleció a consecuencia de la metralla de las bombas que cayeron debajo de una
higuera en el Cerro, Tiburcia Ávila, la madre Gregorio “Grigo” y Ramona
Victimas
de la Posguerra.
En la posguerra hubo varias muertes, muchas de ellas en circunstancias
extrañas:
Manuel Castillo Padilla “Caejo”. Natural del Castillo de
Locubin, hijo de Francisco y de Petronila, pelo negro, ojos azules, estatura:
1,65. Fue enjuiciado en Procedimiento Sumarísimo de Urgencia nº 44810 y
condenado a la pena de 20 años de reclusión temporal. Estuvo casado con Narcisa
Ramírez García, hija de Pedro y
Dulcenombre, (también fallecida a consecuencia de un bombardeo en la Aldea),
con quien no tuvo hijos. Era hermano de Antonio Castillo Padilla, vocal de la
Sociedad la “Espiga Floreciente” de quien no consta causa abierta. Murió al
poco tiempo de salir de la cárcel (mediados los años 40), a consecuencia de una
enfermedad que contrajo en la prisión.
Juan,
del que solo
conocemos el apodo “Lagares”, esposo
de Felisa, sobrina de Francisca “La Pasta”. Vivió en el Cortijo de los Tajos y
murió a consecuencia de una paliza propinada por agentes de la guardia civil. Detenido
y llevado a casa de Baldomero de Córdoba, fue acusado de unos supuestos hurtos famélicos,
recibiendo para obtener la confesión de los hechos una gran paliza. Le
introdujeron cañas por las uñas y le colgaron cabeza abajo, muriendo a
consecuencia de todo ello.
Antonio
Jiménez, casado con Isabel Pérez Vera con la que tuvo 8
hijos, murió al poco tiempo de haber recibido otra paliza de la guardia civil y
a consecuencia de ella, por los mismos hechos que “Lagares”. A su yerno, apodado
“Mariqui” y esposo de Encarnación Jiménez Pérez, también le dieron una paliza, si
bien sobrevivió a ella. Fueron agresiones brutales por parte del poder
establecido y con el único propósito de resultar “ejemplarizantes” y propagar el
miedo entre la población fuentealameña.
Isidora
Pérez Vera, falleció
en la posguerra, consecuencia de un susto o más bien de un abuso.
|
Foto publicada en el Diario de Jaén el 6-07-2016- Artículo de D. Luis M. Sánchez Tostado.
Juan Rivera Jiménez “Riverilla” (2) y su hermano Carlos Rivera Jiménez “Hijo de Jeromo”(3), |
Sin que se puedan precisar
exactamente los lugares, todo apunta a la presencia del grupo de Tomás Villén
Roldán “Cencerro” en la zona de Fuente Álamo. La Guerrilla que se fue
organizando después de la Guerra Civil para seguir combatiendo al régimen
franquista llegó hasta el Cortijo de Valenzuela, término de Fuente Álamo. Dicho
cortijo guarda una de las historias más negras sobre maquis u “hombre de la
sierra”. En su barranco, tras ser delatados por un pastor, fueron sorprendidos
por un tiroteo de la Guardia Civil y fusilados el 1 de noviembre de 1946, tres guerrilleros que se habían integrado a finales del verano de 1946
en el grupo de “Cencerro”. Eran Diego
García Gómez, “Chirri”, natural de Jaén; Juan Rivera Jiménez “Riverilla” y su hermano Carlos Rivera Jiménez “Hijo de Jeromo”, nacidos en Albolote. Sus
cuerpos fueron expuestos dos días en las puertas del Hospital de Alcalá la Real,
con alto significado ejemplarizante.
Otras
víctimas no mortales
Las anteriores fueron algunas
de las personas fuentealameñas que pagaron con su vida las consecuencias de
esta guerra fratricida, y que también
produjo muchos daños colaterales: mutilaciones, exilios, y matrimonios dobles o
parejas.
Otros tuvieron que exiliarse a Francia después de la
Guerra Civil como Vicente Arévalo Castillo, o un hijo de Eustaquio Moreno, llamado Marcos Moreno Montes.
Otros fuentealameños participaron como voluntarios en la
División Azul, para intentar “limpiar el nombre” de la familia: Domingo Ortega Serrano, Prospero Cervera Ortega, e Hilario Castillo Pérez afortunadamente volvieron.
La lista de víctimas como dije al principio no está
cerrada y seguro que quedarán otras muchas sin nombrar, por lo que si alguien
conoce otras, se puede ir añadiendo. De esta forma estaríamos haciendo un
pequeño homenaje, que no les devolverá a la vida, pero si contribuirá a tener
presente lo que nunca les debió pasar.