Aspectos sociales y políticos
En Fuente Álamo, poco antes del inicio de
la contienda, la actividad social y política estaba representada fundamentalmente,
de una parte, por los trabajadores del campo, los propietarios, siempre que no
pagasen contribución superior a 50 pesetas al año, y arrendatarios si trabajaban
o podían trabajar cien días al año por cuenta ajena, asociados a través de la Sociedad
Obrera de Trabajadores de la Tierra «La Espiga Floreciente» (creada 13 de mayo
1931), afiliada a la FNTT-UGT; y de otra
parte, estaban los tres o cuatro grandes terratenientes, Juan Díaz Aguilera,
Francisco Serrano del Mármol, y Francisco de Córdoba, y el Ayuntamiento de
Alcalá la Real propietario del “Cortijo Clavijo”, que poseían, yo diría, más de
90 % de las tierras de cultivo, así como el molino de aceite. La referida
sociedad de agricultores, tal y como establecía su estatuto, había creado su
Filial Cooperativa, con la intención fundamentalmente de colectivizar el campo,
así el 10 de abril de 1936, siendo el presidente Rafael Moreno Ibáñez, apodado
“Rafalillo Perote”, los vocales: Marcos Moreno y Antonio Castillo y como secretario, Vicente Aguilera Castillo, que a
la vez era el alcalde pedáneo, se aprobó la conveniencia de solicitar en
arrendamiento, la finca denominada Cortijo “Clavijo” propiedad del Excmo.
Ayuntamiento de Alcalá la Real.
Una vez estallada la Guerra Civil, dicha Asociación
organizó en Fuente Álamo, lo que de alguna manera se llamó el Comité Local del
Frente Popular (coalición que había ganado las elecciones generales en Febrero
de 1936), aunque Matías Pérez, en el proceso abierto contra él y otros
dirigentes, declara como inculpado, y en su defensa manifiesta que: “en Fuente Álamo no había ni colectividad,
ni Frente Popular, puesto que aquello es un anejo de Alcalá la Real”.
El
asociacionismo en Fuente Álamo durante el desarrollo de la guerra continúo aún
con mayor actividad, agrupando a los agricultores, quienes seguían pagando sus
cuotas de «La Espiga Floreciente» afiliada a la
FNTT-UGT, así, el 4 de mayo de 1937, se expiden cartillas a socios, entre
ellas, la cartilla nº 2 a favor de Matías Pérez Lizana, siendo por entonces, su
secretario, Antonio Moreno.
La referida Sociedad Obrera o la llamada
por otros denunciantes, (en el mencionado proceso), “Casa del Pueblo” o Comité Local
del Frente Popular, estaba presidida, al principio, por Matías Pérez Lizana,
durante 16 meses, hasta que fue movilizado su reemplazo en marzo de 1938 y se
incorporó a la 76 Brigada Mixta. Matías, en su declaración niega, como hemos
dicho anteriormente, que en Fuente Álamo existiese colectividad o Frente
Popular, reconociendo que era miembro de la sindical U.G.T. desde marzo de
1937, aunque en la cartilla de socio nº 3, expedida a su favor, refleja su ingresó en la Sociedad, el 1 de marzo de
1936. Su secretario era Mateo Pérez Lizana, socio desde 1935, quien en su
declaración judicial dice “que no es
cierto que haya ejercido el cargo de secretario de dicha sindical, pues
solamente le eligieron en el pueblo pero no llego a realizarse”. El vicepresidente de la sindical o del Comité en
1938 fue, Fernando González Arjona, si bien éste manifiesta en su declaración
ante la Guardia Civil, que no ejerció el cargo por tener que marcharse a
Sabariego, y en su declaración judicial reconoce
que había pertenecido a la U.G.T. desde 1936 y que perteneció a la Colectividad
del pueblo para darle de comer a sus hijos. En cuanto a representación política
de la aldea la ejercía el alcalde pedáneo D. Vicente Aguilera Castillo.
Con la toma de Alcalá la Real el 30 de
Septiembre de 1936, las tropas huidas, se intentaron reorganizar unos en
Alcaudete, tomando el mando el Teniente Coronel Peire, donde la Columna que
llevaba su nombre se había establecido desde principios de agosto de 1936, y otros se dispersaron por el monte. Parte de la
población civil republicana fuentealameña huyó, así declara Matías Pérez Lizana
en el proceso seguido contra él y otros dos fuentealameños, que: “cuando fue tomada Alcalá la Real por los
nacionales fue evacuado a Alcaudete…”, de hecho pasó revista militar el 16
de noviembre de 1936 con el Ejercito Leal de la República representado en
Alcaudete por la referida Columna Peire, donde, manifiesta, que estuvo unos
tres meses, volviendo de nuevo a Fuente Álamo.
Mientras que Fuente Álamo se
“reorganizaba” a través del llamado Comité Local, el Ayuntamiento de Alcalá la
Real en la zona republicana ubicó su sede finalmente en La Rábita, hasta los
primeros meses del 1939, siendo un órgano puramente testimonial de las fuerzas
políticas, entre ellas las asociaciones obreras como la de Fuente Álamo. La
guerra impedía una verdadera actividad municipal.
Incautaciones
de tierras, grano y objetos, saqueos de cortijos y detención de sus
propietarios.
Con el estallido de la Guerra Civil se continuó con la colectivización
del campo, ahora ya con incautaciones y apropiaciones de una serie de fincas,
en concreto el “Cortijo La Cabrera” y otras fincas propiedad de Juan Díaz
Aguilera; El “Cortijo del Coscojar”, molino de aceite y otras fincas propiedad
de Francisco Serrano del Mármol; “El Baño” y otras fincas de Francisco de
Córdoba, y el referido “Cortijo Clavijo” o el del Hospicio del Ayuntamiento de
Alcalá la Real. Así mismo se incautó el grano a todos los fuentealameños de
derechas que se vieron obligados a huir, convirtiéndose la Iglesia de San
Antonio de Padua en granero para la colectividad del pueblo, vigilado por
miembros del Comité, que estaban armados y hacían servicios de guardia.
Fernando González Arjona en su declaración, en el mismo proceso, reconoce que
había requisado fanega y media de trigo del Cortijo de Clavijo.
Los miembros del Comité y milicianos, también requisaron los mulos y
aperos de labranza, unas siete yuntas, que eran encerradas y cuidadas en las
cuadras habilitadas en el molino de Pedro González Ruiz “Cañuelos”. El molino
de Francisco Serrano del Mármol “Don Paco”, era utilizado para la molienda de
aceitunas, a la vez que de cuartel de las tropas republicanas. El molino de
harina fue incautado y su propietario se vio obligado a huir. El pajar de la
casa-taberna de Francisco Jiménez Calvo “Francisco El Pelón”, se convirtió en
cárcel provisional, donde fueron detenidos algunos fuentealameños nacionales.
También se cuenta como otros aldeanos de derechas, fueron atados y llevados a
Almedinilla, donde fueron socorridos por otros nacionales fuentealameños que
habían huido y ya se encontraban allí, a
otros les hacían formar todos los días y una vez formados y pasada revista les
decían que podían marcharse a sus casas, hasta que optaron por marcharse de
Fuente Álamo. Así en el informe hecho a la carta por el Servicio de Información
de la FE y de la JONS, el 7 de noviembre de 1939, se refleja que Fernando
González Arjona: “Al dominar los rojos en
la Aldea se dedicó a cometer toda clase de atropellos, significándose por la persecución de
que hizo objeto a las personas antimarxisas a varias de las cuales detuvo y
maltrató en la cárcel donde las tenían recluidas”.
Se producían saqueos
de casas y cortijos, así Mateo Pérez Lizana una vez detenido reconoce que
se había llevado una máquina de coser de la casa de Antonio Aguilera, que luego
devolvió a su propietario, o Fernando González Arjona reconoce que unos
milicianos rojos le entregaron una cuna, cuatro sillas y una tinaja, que
devolvió al dueño del cortijo de Clavijo.
Anticlericalismo y saqueo de la
Iglesia.-
En cuanto a la situación anticlerical, aparte de convertir la iglesia en granero
para la colectividad, se produce su saqueo y la quema de Imágenes, así, en un
intento de auto-exculpación, Fernando González Arjona, manifiesta en su
declaración en el proceso seguido contra él y los hermanos Pérez Lizana, “que intervino en el saqueo de la Iglesia,
que después se convirtió en granero para la Colectividad, que los Santos los
quemó cerca del pilar el alcalde Vicente Aguilera Castillo, estando presentes
los hermanos Matías y Mateo Pérez Lizana y otros muchos”. Mateo Pérez Lizana,
quien en su declaración judicial dice “Que
tampoco intervino en el saqueo de la iglesia y cuando esta fue convertida en
granero, el inculpado se hallaba trabajando en la Aldea de la Pedriza, y al
regresar se encontró la iglesia convertida en lo dicho anteriormente”,
auque en su primera declaración ante la Guardia Civil del puesto de San José
manifiesta, quizá coaccionado, que: “la
Iglesia fue saqueada y convertida en granero para la colectividad porque lo
ordenaba el alcalde Vicente Aguilera Castillo y había que hacer lo que él
mandaba”.
Se cuenta que, cuando fueron a quemar las
tallas, llamaron a Ventura Palomino, quien era muy religiosa, y le preguntaron
con cierto aire anticlerical, con un palo en la mano, que dónde le daban a San
Antonio, entre ellos Pedro Ramírez Alba apodado “Pedro la Muerte”. Previamente
los metieron en el pilar, donde les decían que como eran santos no se ahogarían,
los ataron con una cuerda, los llevaron arrastrados a la puerta donde actualmente
se encuentra ubicada la Cooperativa Ntra. Sra. del Rosario, y les prendieron
fuego. También se cuenta que en el acto participaron las autoridades
republicanas y también otros muchos, como el apodado “Villota” (primo de los
Arenas), que era zocato, en todos sentidos.