Nació en Fuente Álamo un 26 de
febrero de 1932, hijo de Marcelino Pérez Mesa y Dolores Aguilera Sánchez, era
el mayor de nueve hermanos, casado con Mariana Pérez Pérez y padre de cinco
hijos: María Dolores, Rafaela, Antonio, Mercedes y Domingo. 
Jornalero
del campo y manigero, barbero, fontanero, lampista, herrero, transportista,
hasta tendero, es decir, un hombre para todo, si bien, él siempre reconoció que
la albañilería, no era lo suyo. Su titulación oficial era la de fontanero,
obtenida en los curso de formación PPO en 1973.
Su tozudez le hizo ser autodidacta en muchos los aspectos de la vida, o más bien, fue un autodidacta que aprendía las cosas a base de tesón y "cabezonería".
También con su maletín en mano se desplazaba a los cortijos para pelar o
afeitar a los cortijeros mayores que no podían desplazarse hasta la aldea. La
llegada de la moda de las melenas largas en los años setenta le hizo perder
clientela, pues los jóvenes fuentealameños preferían aires modernos, y pese a
que intentó reciclarse, no pudo competir
con peluqueros de Alcalá la Real, si bien su clientela de gente mayor siguió
siendo fiel y algún que otro joven no tan a la moda. Como
fontanero arregló muchos grifos, cisternas y calentadores, instaló muchos
cuartos de baños en la aldea y fue el encargado de cobrar recibos del agua
hasta que su gestión pasó al Ayuntamiento de Alcalá; muchas las ollas se repararon en su taller, lo que supuso un
gran ahorro para las familias de Fuente Álamo, pues como casi todos los "apaños" que hacía tanto de fontanería, estaño, herrería, peluquería, no solía cobrar
más que la voluntad, no tenía lista de precios establecidos, a la pregunta de cuánto es
esto Marce, respondía: "déjalo, otra vez será".
Como
transportista sus coches Seat 850, Citröen AK, Land Rover, estuvieron a
disposición de mucha gente del pueblo, no solo para el traslado hasta Alcalá la
Real para visita al médico o para cualquier mandado, sino que su Land Rover
sirvió para el transporte de aceitunas o para el traslado al tajo, cobrando lo
mínimo o en ocasiones a familiares o amigos, nada.
Formó
parte durante un gran periodo de tiempo de la Junta Rectora de la Cooperativa
Ntra. Sra. del Rosario de Fuente Álamo.
Políticamente nunca se definió si bien en los inicios de la Transición militó en la UCD, sin presentarse a ningún cargo político, sus tendencias eran de izquierdas, si bien nunca se definió, era lo que se llama un hombre políticamente correcto, buen amigo de sus amigos y partidario del que la hiciese que lo pagase y siempre tuvo buenas relaciones con sus vecinos. Todo esto hizo que fuese admirado por sus conciudadanos y no mantuviese diferencias con casi nadie.
Gran aficionado a la caza menor, en su
casa siempre hubo un par de escopetas de caza y carne de conejo de campo,
liebre, perdiz o palomas, también como hemos dicho antes desde niño le gustaba
la crianza de animales de compañía, sobre todo pájaros, perdices y perros.
Quiso
aprender a tocar el laúd, y de hecho le arrancó algunas notas, si bien como un
aficionado más. Sus cantantes favoritos eran Pepe Pinto y El Niño de la Huerta.
Ni la caída de una mula en las Amoladeras, que le produjo traumatismos múltiples, ni la neumonía que cogió practicando el reclamo del pájaro perdiz, ni el disparo fortuito mientras limpiaba una escopeta de caza, que abrió un agujero en el techo de su casa, ni el vuelco del Seat 850 en Las Albarizas, sería un cáncer a los 65 años de edad el que se lo llevara, sin enterarse él y sin haber visitado antes a ningún médico, aunque ya había sufrido lo suyo, la muerte le llegó cuando gozaba ya de cierta estabilidad económica y se disponía a disfrutar de su jubilación. Aquel 23 de mayo de 1997 fue despedido por una multitud de familiares y amigos. Una de las más grandes despedidas del pueblo.








