jueves, 16 de febrero de 2017

MARCOS MORENO MONTES. UN FUENTEALAMEÑO EN EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN NAZI DE MAUTHAUSEN (AUSTRIA)




        Las familias apellidadas “Moreno” estuvieron muy vinculadas a Fuente Álamo. Aunque hubo varias ramas, actualmente el apellido ha desaparecido de la Aldea. Tuvieron especial protagonismo e influencia sobre todo durante la Segunda República y la Guerra Civil. La metralla de la Guerra Civil acabaría con la vida del progenitor de una saga, Manuel Moreno Pérez, nacido el 1 de Enero de 1862,  hijo de José y Francisca, quienes eran de La Rábita. Viudo en primeras nupcias de Dominga Sánchez Zamora, de cuyo matrimonio tuvo un hijo llamado Eustaquio (padre Marcos Moreno), se casó en segundas nupcias con Dominga Zamora, sin que de ésta tuviera descendencia. Dedicado al campo, falleció el 17 de Septiembre de 1937, (Reg. Civil de Alcalá la Real, Tomo 122,  Pag. 264 vto.) en su domicilio, durante el bombardeo aéreo en Fuente Álamo, en concreto, en los olivos situados en la parte baja del pueblo que fueron propiedad de Luis Montes “Pacheque”.
Muchos de los mayores de la aldea, antes niños, recuerdan cómo vieron transportar su cuerpo destrozado con las vísceras fuera en unas narrias llevadas por cuatro hombres.
Otra rama del apellido, sin que se conozca el vínculo con la anterior, es la formada por Rafael Moreno Ibáñez, conocido en su tiempo por “Rafalillo Perote”, quien fue presidente de la Filial Cooperativa de la Sociedad de Agricultores “La Espiga Floreciente” en 10 abril de 1936. De profesión agricultor, ejercía de  barrenero en el pueblo. Estuvo casado con Encarna Martos (Perejila). Era padre de Manolo, Mateo (tocaba el clarinete), Rafalillo, (heredó la profesión y le explotó un barreno en la mano), Paquito, Ángel (tocaba la batería), Victoria y Sara. Rafael era hermano de Josefa Moreno, casada con el tío Eusebio, quienes formaron otra familia prolífera: Josefa, Sancha, Antonia, Eusebio, y Vicente, fallecido en la Guerra Civil. Como hemos dicho, en la familia había dos músicos: Mateo y Ángel, quienes amenizaron los bailes de los años 50 y 60 en Fuente Álamo.   
           

       Antonio Moreno Vera, hijo de Antonio y de María, naturales de Fuente  Álamo. Soltero y profesional del campo, sus señas personales eran: estatura alta, pelo negro y barba cerrada, cejas al pelo, color cano y ojos claros. Como señales particulares cabe destacar la falta de la pierna derecha. Desde 1937 hasta finalizar la Guerra fue Secretario de sindicato para la colectivización de la tierra en Fuente Álamo, por lo que fue enjuiciado y finalmente absuelto. Según él, aceptó el cargo de secretario por la necesidad que había en su casa.
               Pero el protagonista de esta historia es Marcos Moreno Montes, quien nació en La Rábita-Alcalá la Real el 18 de octubre de 1915. Era hijo de Eustaquio y de Araceli, él natural de La Rábita y ella de Almedinilla. Aunque no se puede precisar cuándo, pero antes de que comenzase la Guerra Civil, se trasladaron a Fuente Álamo y se establecieron en la casa que hay en la parte alta del antiguo Pilar en la Plaza de los Álamos, donde antes estuvo establecido el Bar Royal. Marcos era el hijo varón de la familia, junto con dos hermanas, quienes estuvieron muy vinculadas también con la Aldea: Elena, mujer de Eulogio, y Dominga, mujer de Antonio Pérez La Rosa.
               De su niñez se conoce poco, tan solo los avatares propios de una familia obrera y humilde, pues su padre era bracero de campo, por lo que pronto tuvo que ponerse en marcha, y ya con tan solo 20 años de edad ocupaba el cargo de vocal, (en concreto 10 abril de 1936), de la Sociedad Cooperativa afiliada a la U.G.T “La Espiga Floreciente” que en esa fecha firmó un acta para solicitar el arriendo de las tierras del Cortijo de Clavijo propiedad del Ayuntamiento de Alcalá la Real. El estallido de la Guerra Civil frustró sus aspiraciones sindicales y las de otros muchos, y seguramente su reemplazo se puso en marcha, pues no se conoce ninguna actividad propia en la Aldea en aquellos años de revolución. Se sabe de oídas por las personas mayores de la Aldea, que formó parte durante la Guerra Civil de la guardia del Presidente de la Republica D. Juan Negrín, sin que tal extremo haya podido ser contrastado. Finalizada la Guerra Civil se exilió a Francia, donde fue internado en un centro de prisioneros de los españoles que buscaban refugio en el país vecino.
            
    Como nos relata el historiador Francisco Martín Rosales en la página de su blog: http://pacomartinrosales.blogspot.com.es/2017/01/presos-alcalainos-en-los-campos-nazis.html: “Fueron alcalaínos que pasaron la frontera en dirección hacia Francia en febrero de 1939; con el estallido de la Guerra mundial en septiembre de 1939, Francia se hundió ante el empuje de la invasión alemana, cayeron en manos de su  ejército como prisioneros de guerra de La Wehmacht alemana. Desde agosto de 1940 hasta principios de 1942 fueron enviados al campo de concentración de Mauthausen. Formaban un extenso grupo de republicanos españoles por haber luchado en contra de las tropas franquistas”. En esa relación de alcalaínos en campos de concentración nazi, debe incluirse también a Marcos, como bien puntualizó en las redes sociales D. José Manuel Rosales.
Después de tres años de dura guerra en España, Marcos tuvo que refugiarse, como más de 500.000 españoles republicanos, en Francia, dónde le esperaba un campo de prisioneros, los cuales fueron entregados a los nazis, debido a la invasión alemana. Fueron trasladados a territorio alemán; en el caso de Marcos, al campo de prisioneros Stalag o prisión: XI-A (Altengrabow) situado al este de la localidad de Altengrabow y en el sur de Dörnitz en Sajonia-Ahhalt  a unos 90 kms. al sur-oeste de Berlín. Desde dicho campo de prisioneros fue deportado al campo de concentración de Mauthausen (Austria), donde ingresó con el número 3.318 el 26 de abril de 1941, dos años después de haber terminado la Guerra Civil Española. Allí permaneció hasta el 5 de mayo de 1945, día en que fue liberado por las tropas aliadas. No solo tuvo que soportar los duros trabajos sin remunerar y sin descaso, sino también la deficiente alimentación y los hacinamientos en las barracas, sin contar el hecho de tener  que convivir con el desprecio y la humillación nazi. Durante estos cuatro años estuvo trabajando como un esclavo, al parecer en la elaboración de material bélico relacionado con la fabricación de aviones, pues este fue su oficio después de abandonar el siniestro lugar y establecerse de nuevo en Francia.
Fue una experiencia tan dura que no le gustaba recordar, y apenas contó algo a su familia, tal y como nos apunta su sobrino Antonio Pérez Moreno, quien visitó el lugar de cautiverio del que pudo salvarse su tío, piensa que gracias a la fortaleza física que tenía. Después de estos 6 años de cautiverio, por fin pudo comunicarse con su familia, y un día recibió una carta su madre, quien ya le había dado por desaparecido.
 Como hemos dicho, Marcos regresó a Francia, estableciéndose en la zona de París, donde trabajó como tornero en la fabricación de piezas para aviones. Circunstancias de la vida, en el momento en que iba a montar una empresa propia, o más bien quedarse con la empresa para la que trabajaba, junto a un amigo íntimo, este falleció y no se llegó a materializar su sueño. Poco después se jubiló a consecuencia de una afección en la garganta, que le agravó la voz y le produjo dificultades para hablar. Entonces se estableció en la zona de los Pirineos Orientales, en concreto en Prades, hasta que regresó a España. Sin que se pueda precisar la primera vez que pudo volver, lo cierto es que el 7 de noviembre de 1997 obtiene el D.N.I., por lo que se estableció definitivamente a finales de los años noventa en Alcalá la Real, donde falleció a los 86 años de edad un 3 de febrero de 2002 en la casa que tenían sus padres en la calle General Lastres, llevándose con él una triste experiencia vivida.

Fue un hombre de gran presencia física y buena apariencia, lo cual no solo le sirvió para salir vivo del holocausto nazi, sino que le permitió durante su estancia en Francia la libertad para estar siempre bien acompañado de amigas, pero sin llegar a  casarse con ninguna de ellas.
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