domingo, 25 de enero de 2015

CANCIONES POPULARES CANTADAS EN CANDELARIA, CARNAVALES, ARREMATES O CON MOTIVOS ESPECIALES EN FUENTE ÁLAMO.



              Entre mis recuerdos del Fuente Álamo de los años sesenta y setenta aparecen una serie de juegos de calle, como eran el burro montado, la rayuela, que se pintaba con tiza en el pequeño patio de la escuela, el clavo en los días de barro, el escondite, las chapas, la tita con los cartones o registros recortados de las cajetillas de cerillas, los cromos, los juegos de pelota como futbol en el patio de la escuela o el quemado sobre todo en Semana Santa, la conducción de aros de llanta de las bicicletas, guiados por un gancho de alambre o por una vareta de olivo, el trompo, policías y ladrones, la lata, el lápiz corrido y sobre todo a los pistoleros, pero todos estos juegos ya fueron comentados en alguna entrada. Otros juegos como reloj-reloj, la comba con la soga de cinchar los mulos, o el juego de manos eran acompañados de canciones infantiles como aquella canción de letra llena de juegos de palabras sin sentido que decía algo así: “Maisel for you ti, por eso you ti, ago ago, la sinagoga tenía una muchacha, que no sabía coser”, que se cantaba en aquel juego donde dos niñas/os frente a frente chocaban las palmas de las manos al unísono con  movimientos simétricos y perfectamente coordinados.
En esta entrada vamos a tratar los juegos que estaban ligados a canciones populares y que se transmitían de generación en generación de forma oral y de pueblo en pueblo, con pequeñas variaciones.
Uno de los días más señalados para cantar coplillas acompañadas de bailes alrededor del fuego era el Día de la Candelaria. Era una noche muy festiva en Fuente Álamo, pues dependiendo de lo avanzado de la recolección de la aceituna y de la tala del olivar, se podía celebrar con mayor o menor intensidad. Si la recolección estaba avanzada y se habían iniciado las primeras talas, los jóvenes, a través de rastrones, acercaban las támaras de olivo a los puntos más cercanos para formar la hoguera. En la Fuente, en la Piquera, en el Cerro, cerca de la casa de Manuel Castillo “Manes”, o en cualquier lugar fuera de peligro, así se podían hacer en esa noche hasta 6 ó 7 lumbres, unas simultáneas y otras que se iban encendiendo conforme se apagaban las primeras. No siempre se disponía de algún cohete para la celebración sonora que acompañara los cánticos y el crujir de las ramas verdes de olivo mientras ardían, por lo que se recurría a pegar varios tiros al aire con la escopeta de caza apuntando al cielo. Mientras tanto, alrededor de las hogueras o lumbres se reunían grupos de fuentealameños, y al calor del fuego en la fría noche ya de febrero hacían corros cogidos de la mano o en dos filas una frente a otra, cantando canciones acompañadas de gestos e interpretaciones, así jóvenes colocados en dos filas cantaban y bailaban “Los Toreros de Maruña” que decía como sigue:


Los toreros de Maruña
han descubierto una mina,
para torear el toro
con mantones de Manila.
Ven acá Lolita,
ven acá salá,
que yo soy el toro
que te voy a matar.
El toro le contestó que se hincara de rodillas.
- No me mates, no me mates
ni me hinques banderillas.-
Ven acá Lolita,
ven acá salá,
que yo soy el toro
que te voy a matar.
-A mí no mata el toro ni me matan los toreros,
a mí me mata una niña que tenga mucho salero.
Ven acá Lolita,
ven acá salá,
que yo soy el toro
que te voy a matar.



“El Corro de la Patata” consistía en girar alrededor de la lumbre agarrados de la mano mientras se cantaba la canción:

Al corro de la patata
comeremos ensalada,
lo que comen los señores
naranjitas y limones.
Achupé, achupé
sentadita me quedé.
               Era una noche mágica, donde las insinuadas miradas, los guiños de ojos en los juegos, los contoneos de hombros y caderas y las cogidas de mano mientras se daban vueltas alrededor de la lumbre, transmitían una especial emoción que a veces iba seguida de decepción, con aquel juego cuando se decía: ”¿Señorita, es usted para mí?, y se contestaba “por allí”. Eran juegos en una noche de ilusión y de iluminaria, que se reavivaba como la lumbre misma al grito de: “¡¡Viva la Virgen de la Candelaria!!” seguido del replique colectivo “Viva,  y el que no diga viva que se le seque la barriga”, y ello en un intento de evitar que la noche se apagase y reviviese de nuevo entre las ascuas y las cenizas como el Ave Fénix.
               El Carnaval en los años sesenta y setenta en Fuente Álamo no estaba muy arraigado a diferencia de otras aldeas, yo no recuerdo los disfraces, y la fiesta se limitaba a poner algunos gallos a tiro sobre todo el Martes Carnaval, y cantar algunas canciones como esta:
Carnaval, carnaval
tú te vienes y te vas
Y para el año que viene,
sepa Dios quien te verá.
Sepa Dios quien te verá
y quien te volverá a ver
Las niñas juegan al coro,
Yo me río, yo me río
La que no tenga novio.
Ya llegó el Carnavalillo
La feria de las mujeres
La que no le salga novio
Que rasguñe  las paredes.

               Otra era aquella que no recuerdo bien, la de “Ferrocarril camino llano, con el vapor se va mi hermano….”  Y muchas más…
Otras veces las coplillas eran compuestas para la ocasión, que podía ser algún acontecimiento divertido, sobre todo en los arremates de los años 50 después de la finalización de la temporada de aceituna. Un buen trovador era Matías Pérez Lizana, que componía e improvisaba sobre la marcha cancioncillas de fácil rima como la  Copla al amigo Antonio Cano:

“En Fuente Álamo señores hay unas cuantas tabernas,
pero entre ellas hay una, esta es el Bar de la Arenca,
con comida de todas clases, vino, aguardiente y cerveza.
Este bar está instalado por debajo de la Escuela.
Tiene tres niñas muy guapas, que se llaman Mariquilla,
la que le sigue es la Carmen y la más joven Florilla.
En los días del temporal se levantó muy temprano
para ir a las Grajeras, el amigo Antonio Cano,
con dos garrafa muy grandes, montado en su buena bestia
para ir a Las Grajeras, que allí tiene su cosecha.
Y a la fábrica llegó a las tres de la mañana,
 dándole muy buenos días a todo el que allí trabaja.
Expuso lo que quería, que era su ración de aceite.
Pasen a la bodega que estaba un poco pendiente,
como no es largo de vista, se le escurrieron los pies
y en un pozuelo de aceite, allí pensó fenecer.
Se acordaba de sus niñas y también de su mujer,
diciendo Santo Custodio, de rodillas te he de ver
Virgen del Carmen ayúdame en esta hora
que si no me das la mano no veo más a mi Flora.
Lo secaron en la lumbre, lo montaron en su bestia
y a las cuatro de la tarde se ha presentado en su puerta,
diciéndole a su María: ¡Ay que desgracia tan grande,
madre de mi corazón,
 cuando lo vea mi madre,
lo que siente el jabón.
Mas no te pido perdón
 y hombre tú no te disgustes,
porque esta relación,
no hay uno que no le guste.”
(Letra: Matías Pérez Lizana)


               Otras coplillas o dichos poéticos para la rebusca o para el arremate:

          A la Ita de Matías
      le van a poner galones.
      Se compone la cuadrilla
      todo de mandones.
          
Desde del Barrero
hasta llegar a Pinea
echemos en el cebero
todo lo que renegrea.

Ya viene por la Setilla,
que relucen las guitarras,
Prepárate  Mariquilla
con la Pura y la Librada.

          Otra coplilla anónima, picante, que relata un suceso gracioso era ya cantada antes de la Guerra Civil, compuesta a Dulcenombre García Bermúdez, casada con Pedro Ramírez Alba apodado “Pedro, la Muerte”, de cuyo matrimonio quedaron tres hijas, Catalina, Fermina y Narcisa, dedicada a sus labores y por desgracia fallecida en su domicilio el 6 de Julio de 1938 por heridas de metralla en un bombardeo de Fuente Álamo. Vivía en la casilla que después sería de Isabel Pérez Vera:

Dulce tiene mala suerte
Por ser mujer de la Muerte
Según dicen sus vecinos
Que fue a encalar el molino
Y echo en el aceite el chumino.

               Las canciones que hemos mencionado son unos cuantos ejemplos de las muchas que hemos cantados y aquí os dejo otro puñado de ellas:

La Niña de los Lacitos

La niña de los lacitos
quiere salir al baile.
Y ella sola, solita, que baile,
que la baile, que la baile, que la baile
y si no la baila que la echen a la calle,
que la echen, que la echen, que la echen.
¡Salga usted! que la quiero ver bailar,
saltar y brincar y andar por los aires,
dejadla sola, solita que baile.

Lunes Sí, Martes No

Dame la mano, la mano,
dame la mano derecha
la que me tienes que dar
cuando vayamos a la iglesia.
Lunes sí, martes no,
miércoles sí pero jueves no.
Rubios sí, morenos no,
el dieciocho, el que quiero yo.
El anillo que me diste
con las tres perlas azules
tres días lo tuve puesto:
Sábado, domingo y lunes.
Lunes sí, martes no....

El Señor D. Gato

Estando el Señor D. Gato
sentadito en su tejado,
marama miau, miau, miau
sentadito en su tejado.
Ha recibido una carta
que si quiere ser casado,
marama, miau, miau, miau
que si quiere ser casado.
Con una gatita parda,
sobrina de un gato pardo,
marama miau, miau, miau
sobrina de un gato pardo.
Tal ha sido la alegría
que ha caído del tejado.
marama miau, miau ,miau
que ha caído del tejado.
Se le ha roto siete costillas,
el espinazo y el rabo,
marama miau, miau, miau
el espinazo y el rabo.
Ya lo llevan a enterrar
por la Calle del Mercado,
marama miau, miau, miau
por la calle del Mercado.
Al olor de las sardinas
el gato ha resucitado
marama miau, miau, miau
el gato ha resucitado.
Con razón dice la gente
siete vidas tiene un gato
marama miau, miau, miau
siete vidas tiene un gato.
Y aquí acaba la historia
de este gato mutilao
marama miau, miau, miau
de este gato mutilao.

Mi abuela tiene un peral

Mi abuela tiene un peral
que echa las peras muy finas. (bis)
En lo alto del peral
se paró una golondrina. (bis)
Por el pico echaba sangre
y por las alas decía: (bis)
-¡Malditas sean las mujeres
que de los hombres se fían! (bis)
A los hombres garrotazos
y a las mujeres pesetas, (bis)
y a los niños chiquititos
una poquita de teta.- (bis)


A la flor del romero

A la flor del romero,
romero verde,
si el romero se seca
ya no florece,
ya no florece,
ya ha florecido,
la vergüenza de los hombres
ya se ha perdido.
Y de las mujeres
Estribillo
no digo nada,
que se van con los hombres
de madrugada.
Si tu padre quiere un rico,
y en el pueblo no lo hay,
que se monte en un borrico
y vaya donde lo hay.
Estribillo.

La Jardinera

-Jardinera, tú que entraste
en el jardín del amor
de las plantas que regaste,
dime cuál es lo mejor.-
-La mejor es una rosa
que se viste de color,
del color que se le antoja
y verde tiene la hoja.-
-Tres hojitas tiene verdes
y la demás encarnadas,
por eso vengo a decirte,
Ana Carmen de mi alma.-
Viva la media naranja,
viva la naranja entera,
vivan los guardias civiles
que van por la carretera.
Ferrocarril, camino llano,
en el vagón se va mi hermano,
se va mi hermano,
se va mi amor.
¡Viva la prenda que adoro yo!
-Primero me das una mano
y luego me das la otra,
y luego me das un beso
de los labios de tu boca.-
-Muchas gracias, jardinera,
por la intención que has tenido
que entre tantas como estamos
a mí sola me has escogido.-
-No hay nada que agradecer
cumplo con mi obligación,
primero son las amigas
que salen del corazón.-

¿Dónde están las Llaves?

-¿Dónde están las llaves?
Matarile, rile, rile
¿Dónde están las llaves?
Matarile, rilerón, chimpón.-
-En el fondo del mar.
Matarile, rile, rile.
En el fondo del mar.
Matarile, rilerón, chimpón.
-¿Quién irá a por ellas?
Matarile, rile, rile.
¿Quién irá a por ellas?
Matarile, rilerón, chimpón.
-Pues que vaya Carmen.
Matarile, rile, rile.
Pues que vaya Carmen,
Matarile, rilerón, chimpón.
-¿Qué oficio le daremos?
Matarile, rile, rile.
¿Qué oficio le daremos?
Matarile, rilerón, chimpón.
-Oficio de costurera,
Matarile, rile, rile.
Oficio de costurera,
Matarile, rilerón, chimpón.

Vamos a contar mentiras

Ahora que vamos despacio, (bis)
vamos a contar mentiras, tralará, (bis)
Vamos a contar mentiras.

Por el mar corren las liebres, (bis)
por el monte las sardinas, tralará, (bis)
por el monte las sardinas.

Yo salí de un campamento (bis)
con hambre de tres semanas, tralará, (bis)
con hambre de tres semanas.

Me encontré con un ciruelo (bis)
cargadito de manzanas, tralará, (bis)
cargadito de manzanas.

Empecé a tirarle piedras (bis)
y caían avellanas, tralará, (bis)
y caían avellanas.

Con el ruido de las nueces (bis)
salió el amo del peral, tralará, (bis)
salió el amo del peral.

Chiquillo no tires piedras (bis)
que no es mio el melonar, tralará, (bis)
que no es mio el melonar.

Que es de una foncarralera (bis)
que vive en El Escorial, tralará, (bis)
que vive en El Escorial.


Al pasar la barca
 
Al pasar la barca
me dijo el barquero
las niñas bonitas
no pagan dinero.
Yo no soy bonita
ni lo quiero ser
tome usted los cuartos
y a pasarlo bien.

Al volver la barca
me volvió a decir
las niñas bonitas
no pagan aquí.
Yo no soy bonita
ni lo quiero ser
las niñas bonitas
se echan a perder

Como soy tan fea
yo le pagaré
¡Arriba la barca
de Santa Isabel!



Al pasar la barca
me dijo el barquero:
"Las niñas bonitas
no pagan dinero".
Yo no soy bonita
ni lo quiero ser,
las niñas bonitas
se echan a perder.
Al pasar la barca
me volvió a decir:
"Las niñas bonitas
no pagan aquí".
Como soy tan fea
yo le pagaré.
Arriba la barca
una, dos y tres.


En los cantos del mes de mayo a la Virgen, destacaba una voz sobre las demás, que era la de Dolores Aguilera Cano, y decía:

En Mayo estamos
hermosa Madre
mes que tu rey
te consagro,
con el fin bello
de acompañarte
y de brindarte
flores de amor.
¿Quien es esa
tan hermosa,
tan radiante y celestial?

Cuando íbamos de excursión a los Baños de Ardales, D. Leovigildo nos enseñó o nos hizo aprender canciones propias de la época franquista, así en 1969 cantábamos aquello de: 

En pie, camaradas, y siempre adelante
cantemos el himno de la juventud
el himno que canta la España gigante
que sacude el yugo de la esclavitud.
De Isabel y Fernando el espíritu impera
moriremos besando la sagrada bandera
Nuestra España gloriosa
nuevamente ha de ser
la Nación poderosa
que jamás dejó de vencer.
El sol de Justicia de una nueva era
radiante aparece en nuestra Nación.
Ya ondea en los aires la pura bandera
que ha de ser el signo de la redención.
En pie, camaradas, y siempre adelante
cantemos el himno de la juventud
el himno que canta la España gigante
que sacude el yugo de la esclavitud.
De Isabel y Fernando el espíritu impera
moriremos besando la sagrada bandera
Nuestra España gloriosa
nuevamente ha de ser
la Nación poderosa
que jamás dejó de vencer.

La Sección Femenina los fines de semana, enseñaban tanguillos en el porche de la escuela como:

Niña asómate a la reja
Que te tengo que decir
Un recadito a la oreja.
El recadito consiste
Que no te quiero de veras
Y el beso que tú me diste
Te lo vengo a devolver
Niña asomate a la reja, que te tengo que decir,
que te tengo que decir, un recaito a la oreja
el recaito consiste en que no te quiero deber
y el beso que tu me diste , te lo vengo a devolver
¡ SÁaaaaaaa¡

Toma que toma que toma,
dale que dale que dale
yo tengo una novia que vale,
mas que la fuente de Roma
¡SÁaaaaaaaa¡

Etc, ect, ect…

Por último y para terminar os dejo con un boceto de lo que puede ser el futuro himno de Fuente Álamo, siempre mejorable:

Si buscas un pueblo al sur
Donde te ilumine la luz
Con casas blancas
Y  verde olivar
Aquí  lo encontrarás.

Sus campos florecen al sol
Que fueron regados con sudor,
Y labrados con esfuerzo y pasión.

En la Sierra Sur está escondida la historia
de  un pueblo romano, árabe,  medieval
y  de la gente que escucha este cantar.

Por el Cerro de la Cornicabra punteada,
por el Barranco Muriano hondeada
Y por sus Cortijos flanqueada

Como leyendas de un mapa,
palpitan mis ojos por La Fuente,
La Piquera, El Cerro o El Terrero.
Tu secreto, quiero ahora descubrir
Tu Torre, tu Mina, tu Villa Romana,
tus Baños de Ardales.
Antaño te revistieron los trigales
Ahora frondosos olivares

De tus olivas, aceite
De mis ojos, manantiales
que emanan en una fuente
sombreada  por  álamos.
Por eso ahora te descubro: FUENTE ÁLAMO.
(Domingo Pérez Pérez)



sábado, 10 de enero de 2015

VICENTE AGUILERA CASTILLO. ALCALDE REPUBLICANO DE FUENTE ÁLAMO.



  Nació en Fuente Álamo-Alcalá la Real el 14 de Agosto de 1900, hijo legítimo de Juan María Aguilera Leyba y Segunda Castillo Anguita según consta al Libro 72, tomo 64, pag. 431, del Registro Civil de Alcalá la Real. Casado con Dolores Cano Ruiz y padre de 6 hijos. Junto a sus otros 6 hermanos formó una de las sagas más prolífera de Fuente Álamo.
 De estatura 1,675 m., cejas pobladas, ojos morenos, barba cerrada, color sano y como señas particulares padecía una invalidez, que le trajo consigo el alias “Cojo Pistolas”, sobrenombre que heredó de su padre, aunque en el pueblo era conocido como Vicente “Pistolo”. Dicha invalidez fue producida en el Servicio Militar, lo que le hizo gozar de una pensión que le fue concedida por O.C. del Consejo Supremo de Guerra y Marina, de 27 de enero de 1928 (D.O. nº 35.. ) teniendo el grado de Cabo de Infantería retirado por inútil. Dicha pensión le fue suprimida tras el proceso seguido contra él después de la Guerra Civil.
Tenía como profesión principal la de cabrero. Antes de que se iniciase la Guerra Civil trabajaba como guarda en las fincas del padre de Don Juan Sánchez-Cañete, según declara Vicente Ramírez.
Afiliado a la U.G.T. desde 1931, ocupó cargos directivos de tesorero en 1.932 y en los años previos al inicio de la Guerra Civil fue secretario de la Filial Cooperativa de la Sociedad “Espiga Floreciente”, siendo uno de los firmantes del Acta de 10 de abril de 1936, que aprobó la conveniencia de solicitar en arrendamiento, la finca denominada Cortijo “Clavijo” propiedad del Excmo. Ayuntamiento de Alcalá la Real, cuando terminase el contrato que aquel tenía en arriendo y que finalizaba el 15 de Agosto de 1936.
  Ejerció el cargo de Alcalde pedáneo durante dos periodos, el primero desde 1932 hasta 1934, en cuyo mandato se construyó la caseta de la luz (1934), llegando la electricidad a Fuente Álamo; y el segundo, desde las Elecciones Generales del 25 de febrero de 1936, (en las que fue Interventor del PSOE), hasta la terminación de la Guerra Civil en abril de 1939, periodo en el cual se produjo la colectivización de la tierra en Fuente Álamo. La pedanía la simultaneó con el cargo de presidente del Comité del Frente Popular, durante el periodo en que Matías Pérez Lizana, tras ser movilizado su reemplazo, se incorporó al frente de batalla en marzo de 1938.
Finalizada la Guerra Civil, se produjo su detención por haber desempeñado los referidos cargos y acusado de: 1º. Destrucción de la Iglesia. 2º. Incautación de la fábrica de D. Francisco Serrano del Mármol. 3º Incautación de los cortijos. 4º. Altercado en San José en donde apuntó con arma de fuego a los presos y se trajo 25.000 pesetas y 5º. El caso de Leocadio Anguita. Acusaciones que en alguno de los casos no fueron probadas y en otros estaban totalmente justificadas en razón al cargo que ejercía, obedeciendo órdenes del Alcalde de Alcalá la Real o en cumplimiento de las normas imperativas ordenadas por el Ministerio de Agricultura de la República o en base a las necesidades del pueblo, pues se llevaron a Alcaudete el trigo y el aceite que había en Fuente Álamo y él dejó “que fueran a los cortijos para que con lo trajesen comieran los del Pueblo”. Pero no todas las órdenes recibidas las cumplió, negándose a llevar a cabo lo ordenado en el Oficio procedente del Concejal socialista del Ayuntamiento de Alcalá la Real D. Salvador Frías, en el que le decía que había estallado el Movimiento y que se pusieran a las órdenes del Gobierno de la República, recibiendo una lista para que encarcelara a veinticinco personas de Fuente Álamo, hasta el punto de que no solo no las detuvo, sino que llegó a proteger a los tres únicos detenidos por los milicianos, tal y como reconoce uno de ellos (Juan Gutiérrez Pérez), quien fue  detenido en unión de su hijo Matías y condenado a muerte: “… se portó con nosotros y con todos los presos que había en dicha Aldea como un perfecto caballero, exponiendo  incluso su vida por salvar la nuestra del furor marxista, y gracias a este interés demostrado por las personas de orden, el que este aval suscribe y su hijo se encuentran vivos en la actualidad”, asimismo dice que: “durante el tiempo que duró la prisión, que lo fue de 3 meses, fueron librados de una muerte segura tanto él como su referido hijo, escondiéndoles cuando el Vicente Aguilera veía que se hallaban en inminente peligro y ofreciéndoles avisarles para que huyeran a la zona nacional cuando viera que llegaba el momento de que iban a ser asesinados y él no lo pudiera evitarlo”.
Otros hechos altruistas en la Guerra Civil según cuenta su hijo José: “su padre salvó del fusilamiento a Francisco Sánchez-Cañete y Córdoba, para evitar la muerte del señorito en manos de los rojos, “reventó” una yegua  corriendo para llegar a tiempo a Alcalá la Real desde Los Martillos, (donde había una comandancia de la zona roja), y se presentó diciendo que el Sr. Sánchez no había hecho nada. Después de la Guerra, en recompensa les dio aceite, harina, y les quitó muchas hambres”. En la denuncia de Casimiro Vázquez Aguayo se dice: “del Cortijo La Encina, propio de Cipriano Aguayo Palomino entre otras se llevó una yegua”, pienso que ésta puede ser la referida yegua que feneció para salvar la vida de una persona.
Como hemos dicho, fue detenido el 8 de abril de 1939, en Alcaudete, pocos días después de finalizar la Guerra y enjuiciado en el procedimiento Sumarísimo de Urgencia nº 44723, que se incoó el 25 de octubre de 1939, seguido por el Juzgado Militar nº 6 de Jaén.  Así el 7 de agosto de 1939 se dicta auto por el Juez de Instrucción de Alcalá la Real en cuyo resultando dice que teniéndose conocimiento de que en  la ciudad de Alcaudete se encuentra en libertad, el Alcalde pedáneo rojo de Hortichuela (por error, debería decir de Fuente Álamo), el cual es un individuo que tiene responsabilidad criminal por su actuación marxista en la Aldea; considerando que procede a criterio del Juez acordar la detención, traslado e ingreso en la prisión de Alcalá la Real, librando telegrama al Comandante de puesto de la Guardia Civil de Alcaudete.
A partir de su detención tuvo que soportar él y su familia una serie de acusaciones, denuncias, vejaciones, encarcelación y posterior destierro, que, sin duda alguna le marcaría para el resto su vida, y que continuarían solapadamente hasta los años 60, teniendo que escuchar incluso después del cumplimiento de su condena, palabras despectiva como: “Cojo, todavía no te has muerto”, que siendo un niño su nieto Juan, tuvo que escuchar de un vengativo apodado “El Tío de los Higos” y cuyo nombre y apellidos desconozco.
Estuvo aproximadamente tres años en prisión y sufrió un destierro de otro periodo igual de tiempo en Lora de Río, donde estuvo cultivando melones y realizando otras labores agrícolas. Cumplida la condena, volvió a Fuente Álamo aproximadamente en el año 1945. Enfermo, fue acogido por su hermano Ceferino en el cortijo de Clavijo.
Dedicó el resto de su vida a trabajar en el campo pese a la invalidez que padecía, a la vez que desde los años 50 hasta los 70, fue el cabrero de Fuente Álamo, profesión que ya había ejercicio por cuenta ajena antes del inicio de la Guerra. Mantuvo la explotación hasta tres o cuatro años antes de morirse, (según cuenta su nieto Juan), que se cansó y vendió las cabras a Manuel Palomino. Tenía un sistema particular para identificar a cada cabra, las bautizaba, en femenino, con el apodo del dueño, quien se la había dejado para cuidarla a cambio de que “se pillase” y así explotarla hasta que perdiesen la leche. Las cuidaba por la leche, y cuando ya se quedaban sin ella, tenían que recoger cada uno la suya. También tenía una libretilla para anotar cuando “se pillaban” y poder llevar el control de cada cabra. Las cabras las encerraba en los corrales de Pedro González. Su esposa hacía queso, con la ayuda de sus hijas.
 Según cuenta su hijo José, la pareja de la Guardia Civil llamaba a su casa por la mañana para que se levantase su padre y les hiciera las migas, y jugaba al dominó con ellos, por lo que le decían por donde se tenía que meter con las cabras. Cree que todo esto lo hacía su padre para evitar que le pudieran decir algo los señoricos, y no volver a pasar el calvario de acusaciones que ya había sufrido y sobre todo por temor a lo ya padecido al estar señalado en el pueblo.
Gran aficionado al juego del dominó, afición que transmitió a sus hijos. De  ahí el dicho en Fuente Álamo, cuando alguien era muy aficionado a los juegos de cartas que decía: “Siempre jugando como Pistolo y Pollica”. Creo que este último se trataba de Marcos Sánchez Torres (Pollica) dirigente republicano rabiteño al que habían elegido en la Guerra Civil como Jefe de la prisión instalada en el Cuartel del Guardia Civil.

En una próxima entrega se hará un estudio completo del proceso seguido contra Vicente desde las denuncias hasta la sentencia. Continuará….