sábado, 21 de febrero de 2015

EL CASO LEOCADIO ANGUITA “PARRACO”: UN ASESINATO Y TRES VÍCTIMAS EN FUENTE ÁLAMO.


Molino de aceite de D. Paco. Entre sus paredes está guardado el secreto.
       El 10 de Enero de 1937 fue asesinado en las inmediaciones de Alcaudete, Leocadio Anguita López, cuyo cuerpo nunca fue hallado, pudiendo ser o no, uno de los dos hombres desconocidos de  Alcaudete, que aparecen en el listado de víctimas de la izquierda del historiador Sánchez Tostado, pues ambos procedían de Alcalá la Real, hallándose uno en el Cementerio de Alcaudete y otro en un  lugar llamado “El Becerrero”. Dicha desaparición puede estar relacionada con “El Misterio de la Cruz de Rocastro”, tratado en otra entrada. En esta, intentaremos aclarar las versiones contradictorias que hasta entonces habían circulado por Fuente Álamo sobre su desaparición y muerte.
Este fue el único asesinato cometido en Fuente Álamo durante la Guerra Civil, si bien fue llevado a cabo materialmente en las inmediaciones de Alcaudete. Existen otras víctimas civiles mortales fuentealameñas, unas colaterales de la guerra (Dulcenombre García Bermúdez, Manuel Moreno Pérez…), otras, consecuencia de sentencias (Francisco Alba Serrano, Justo Gutiérrez Vera…), y otras víctimas militares producidas en el mismo frente (Vicente Vera Moreno, Francisco Aguilera Calvo…), a las que hay que sumar las víctimas de la posguerra (Juan Lagares, Antonio Jiménez, Isidora Pérez Vera...)
  En este trágico suceso aparecen tres víctimas: el propio Leocadio, acusado de ser un espía, quien siendo asesinado, se desconocen los autores materiales del delito, aunque  se supone que fue llevado a cabo por miembros de una “Brigada Roja” que se encontraba instalada en el molino de aceite de Francisco Serrano del Mármol, a cuyo cargo estaba en Febrero del 1937, el capital José Bautista y que según algún testigo, “le sacaron dos milicianos con dirección a Alcaudete”; Una segunda víctima fue José Pérez Lizana, enjuiciado e injustamente acusado de ser partícipe del asesinato; y una  tercera víctima el Alcalde Pedáneo, por entonces, Vicente Aguilera Castillo, acusado en base al cargo que ocupaba.
 Nuestra primera víctima inocente, LEOCADIO ANGUITA LÓPEZ, se le conocía como “Parraco”, aunque algunos vecinos lo recuerdan como “Parraca”. Era vecino de Fuente Álamo, vivía en una casa cercana a la que después sería de Luis Montes, y como rasgo característico, padecía sordomudez y del que no tenemos más datos que los provenientes de los familiares que aparecen en las declaraciones. Así, según su sobrino Matías Aguilera Anguita, cuando los nacionales de Fuente Álamo se vieron obligados a abandonar la aldea y: “después de la liberación  de la Alcalá, él en unión de sus familiares pudo pasar las líneas y entrar también en Alcalá, siendo esto sobre el mes de Septiembre o primeros de Octubre de 1936. Que estaba en dicho pueblo su tío sordomudo llamado Leocadio Anguita López”. Según su otro sobrino, Crescencio Aguilera Anguita: “… se encontraba detenido en una  casería denominada Venta de Fantasías, siendo puesto en libertad el día 14 de Septiembre y pasando a Alcalá la Real el día 30 al 4 de octubre fecha en que se tomó el pueblo. Que en la misma fecha que el exponente pasó a Alcalá la Real, también lo hizo su tío llamado Leocadio Anguita López, el cual padecía enfermedad, era sordomudo y como tal sufría frecuentes perturbaciones mentales”.
Leocadio, según sus sobrinos, siempre estaba dando a entender que quería volver a Fuente Álamo a ver sus propiedades. Ellos siempre procuraron quitárselo de la cabeza diciéndole que le matarían, pero el día 6 de Enero de 1937 desapareció sin que ellos se dieran cuenta, llegando a Fuente Álamo y siendo detenido en las inmediaciones del Cortijo del Baño. Posteriormente fue llevado ante el Comité y entregado a una “Brigada Roja”, que se encontraba instalada en el molino de aceite de Francisco Serrano del Mármol.
Continúa Matías diciendo: “Que en esta época estaba de Alcalde el sobrino del declarante llamado Vicente Aguilera Castillo. Que el único asesinato cometido en el pueblo de Fuente Álamo fue el de su tío del declarante Leocadio Anguita López, pero que no puede decir con seguridad ni acierto quien pudo ser su autor. Que estuvo detenido por los marxistas en la fábrica aceitera de Fuente Álamo, propiedad de D. Francisco Serrano Mármol, en poder del bolchevismo hasta que finalizó la guerra y que según se rumorea por allí fue sacado de dicha fábrica y asesinado, hechos que acaecieron sobre el día 10 de Enero del año 1037.  Como quiera que la dicha detención y asesinato se efectuó en la aldea de Fuente Álamo, los dirigentes marxistas de la misma eran: Vicente Aguilera Castillo, Matías Pérez Lizana, José Ortega Moyano, Domingo Vera Viana, hoy detenido en esta cárcel, Antonio Moreno Vera, Rafael Moreno Ibáñez y Antonio Cano Ruiz, los cuales en su calidad de dirigentes llamaron a José Pérez Lizana para que emitiera informe del detenido, nuestro tío Leocadio Anguita, siendo desaparecido y asesinado después de dicho informe. Según rumores que también han  recogido los denunciantes, su tío  fue asesinado poco antes de llegar a Alcaudete”.
Vistas estas declaraciones, proseguiremos con nuestras otras dos víctimas, que analizaremos por separado:
VICENTE AGUILERA CASTILLO, Alcalde Pedáneo de Fuente Álamo y sobrino-nieto de Leocadio, contra el que  se inicia el Procedimiento Sumarísimo Ordinario nº 44.923, que será estudiado en otro tema de forma global, pero entre unas de las acusaciones, está la muerte de Leocadio y en su declaración dice: “que el día que detuvieron a Leocadio Anguita López y más tarde asesinado, se encontraba el declarante en Jaén con Rafael Moreno Ibáñez, que habían ido a por capachos y que ignora cómo y cuando fue asesinado, que quien podrá facilitar algunos informes de esto al Juzgado es José Pérez Lizana (nuestra tercera víctima) a quien llamaron y bajó a la fábrica donde las milicias tenían detenido al pobre mártir”.
Alcalde Pedáneo de Fuente Álamo (1932-39)
Comienzan las declaraciones de testigos con respecto a Vicente Aguilera y así, Esteban García Cano dice: “Que cierto día detuvieron en la Aldea a Leocadio Anguita López el cual permanecía encarcelado dos o tres días, pasados los cuales le condujeron a Alcaudete, en donde fue asesinado días más tarde.  Cree el dicente que la conducción del tal Leocadio no intervino el Vicente Aguilera,  pues tiene entendido que lo condujeron las fuerzas rojas que en el frente próximo se encontraban”. El propio José Pérez Lizana declara como testigo en esta Causa, habiendo sido ya imputado en su propia Causa: “que no sabe por quién fue detenido Leocadio  Anguita López, ya que él como otros muchos de la Aldea al enterarse de que había sido detenido bajaron a la Fabrica donde le tenían, al objeto de verlo, cosa que no pudieron efectuarlo porque no lo consintieron, no pudiendo precisar si Vicente Aguilera  intervino o no en el asesinato”.
El 12 de Mayo de 1942 se dicta Auto de Procesamiento, considerando que Vicente Aguilera Castillo, se cree tuvo intervención en la detención de Leocadio Anguita López que más tarde fue vilmente asesinado.
Después se producen nuevas declaraciones de D. Francisco Sánchez-Cañete y Córdoba en Alcalá la Real a 25 de mayo de 1942, y dice que “no cree que interviniera en crímenes, detenciones etc… porque en aquella Aldea no se cometieron”. Resulta extraño este compromiso por parte de una persona de las llamadas de orden o de derechas en la causa de un Alcalde socialista, pero como hemos contado en otra entrada, eran favores debidos.
El Ministerio Fiscal en su calificación de los hechos: “El único asesinato cometido en el pueblo, siendo Alcalde del mismo el citado procesado, fue el de Don Leocadio Anguita López, no comprobándose si el encartado participó indirectamente en la detención y muerte de de dicho señor”. Desde mi punto de vista, el Fiscal no quiere despejar las dudas de la no participación indirecta en los hechos, pues utiliza la expresión “no comprobándose si…” dejando la puerta entreabierta, cuando hubiese sido más claro decir “habiéndose comprobado que no tuvo participación…”.
Posteriormente en la declaración judicial, Matías Aguilera Anguita, quien en su denuncia inicial había señalado a todos los dirigentes, incluido su sobrino-nieto Vicente, dice: “Que en esta época estaba de Alcalde el sobrino del declarante llamado Vicente Aguilera Castillo, pero que no puede decir con seguridad ni acierto quien pudo ser su autor”.
El 29 de mayo de 1943 se dicta sentencia por el Consejo de Guerra, por el supuesto delito de Rebelión Militar contra Vicente Aguilera Castillo, reseñándose que: “Durante su actuación, las fuerzas rojas que había por las proximidades de la Aldea se llevaron a Don Leocadio Anguita López que estaba detenido, le trasladaron a Alcaudete, donde a los pocos días fue asesinado, sin  que conste la intervención directa ni indirecta en el hecho del encartado, ni de otras personas de Fuente Álamo”.
 Fallando: “Que debemos condenar y condenamos al procesado Vicente Aguilera Castillo, a la pena de VEINTE AÑOS DE RECLUSION TEMPORAL, como autor responsable de un delito de Auxilio a la Rebelión Militar, con las agravantes apreciadas”.
Como se puede ver, felizmente no fue condenado por el asesinato de Leocadio, pues en la Causa seguida en su contra, no se pudo demostrar participación alguna en la referida muerte, pero sin embargo tuvo que soportar durante el proceso, la carga de la prueba, siendo víctima de una acusación, de la que según sentencia, no tuvo participación alguna, ni directa, ni indirectamente. Desde mi punto de vista, esas “agravantes apreciadas” como la peligrosidad, son aplicadas en base a una serie de indicios o hechos ocurridos en Fuente Álamo, entre los que se encontraba dicho asesinato; y como veremos, los demás hechos por los que fue condenado, son igualmente criticables en cuanto a su autoría y su prueba.

 CONTINUARÁ CON NUESTRA TERCERA VÍCTIMA: JOSÉ PÉREZ LIZANA…

2 comentarios:

  1. Estimado Domingo, sigo tu blog y aprovecho tu nueva aportación para saludarte desde Andújar.

    Un abrazo.

    Santiago

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  2. Muchas gracias, Santiago. Me alegra que una persona tan ilustre como tú, siga estas dosificadas publicaciones. Esto hace que las pequeñas historias sean más grandes y ese interés que muestras por ellas nos enorgullece a todos los fuentealameños y en particular a mí me anima a seguir contándolas. Un saludo

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