martes, 8 de julio de 2014

FRANCISCA CAPILLA RODRIGUEZ: “LA PAQUERA DE FUENTE ÁLAMO” SU PUEBLO DE ADOPCIÓN. II PARTE.



           Esta nueva entrega la dedicaremos a la etapa de Paquita, vivida en Fuente Álamo.
Como dijimos en la anterior entrada, se casó el 29 de octubre de 1960 en Fuente Vaqueros, pero una vez terminada la ceremonia religiosa, se trasladaron todos a Fuente Álamo y celebraron la boda en la Taberna de Crescencio Aranda “El Chofer”. El menú eran platos de jamón, patatillas, aceitunas, alcaparrones… y vino hasta hartarse. El acto estuvo amenizado por la música de los Hermanos Perote: Mateo y Ángel, clarinete y tambor. Su familia se trasladó desde Fuente Vaqueros en coches. Invitaron a todo el pueblo; recuerda como Crescencia estaba aún de lactancia de su hijo Francisco y también Consuelo de Juanito, de su hijo Juan, muy rubio. Regalaban 1 peseta o 2 pesetas y los que más, 5 duros. Pagaron el salón y los músicos con lo que juntaron. Fueron de viaje de novios a la casa de sus padres, les llevaron sus compadres Francisco y Ana, ésta última, hermana de la Tita del Salado, que eran de Sileras.
No fue demasiado fácil la adaptación de una joven de 21 años a las costumbres del Fuente Álamo de principio de los años sesenta, pues venía de un pueblo, que aunque también rural, era mucho más ilustre, y tenía como paisano a Federico García Lorca. Se encontró en el año 1.960 con otro mundo rural más atrasado, donde recuerda que no había luz eléctrica en las calles y donde estaba hasta mal visto que las jóvenes llevaran la manga corta por encima de las axilas; o el machismo abusón, que tuvo que soportar en sus primeros años de tabernera y que hizo que en alguna ocasión tuviera que poner a más de un hombre en su sitio. Poco a poco fue adaptándose a las nuevas costumbres y hasta el ceceo característico de su habla natal fue desapareciendo.
         Cuando se casaron,  fueron a vivir a la casa de María Ramírez. Aún vivía Vicente Ramírez y su hijo Antonio Puche, estaba soltero. La alquilaron por un duro al mes, y pusieron una pescadería, con un barreño, que aún conserva y unas tablas de madera. Como su marido tenía un  burro, iba por los cortijos y pueblos vendiendo pescado. Después compró un carromato y comenzó a traer lechugas, espinacas, naranjas y frutas, vendiendo más  en la temporada de aceitunas. El carromato les duró poco al romperse cargando escombro de la  cooperativa, recientemente construida. Posteriormente, rompieron el tabique y pusieron un bar con su salón, donde traían músicos y hacían bailes. Instalaron un televisor prestado por Antonio Puche, que era técnico, y al mes se lo llevaba y les traía otro de prueba. En él se podía ver sobretodo los toros. Por la compra de una gaseosa marca “La Pitusa” o “La Revoltosa”, tenían derecho toda la familia a presenciar el espectáculo.
A los 10 meses de estar casada, vino su primera hija y después 5 más y un aborto. Sus cuatro primeros hijos, Antonia, Maria Nieves, José y Francisco, nacieron en esa casa de Ramírez. Recuerda que estuvo 3 días de parto con su hija mayor y al final tuvo que ir El Chofer a Alcalá a por Doña Prudencia. Su hija Nieves nació en Alcalá la Real, pues se fue a casa de Librada, cuyo marido Manuel había puesto un bar situado a la entrada de Alcalá, y también fue asistida por doña Prudencia. Su José y Paco nacieron también en la casa de María Ramírez, haciendo de matrona la que fue nuestra vecina Urbana Cano. Después se fueron a vivir a la casa que antes había sido de La Galla, ahora de Mariana, donde nació Silverio y Carlos. Allí su marido hizo un mostrador y montaron una tienda de ultramarinos donde vendían vino y bebidas, pero no era taberna. También tenían una juguetería sobre todo para Reyes Magos, con la mala suerte que, aprovechando un viaje que hicieron a Madrid para comprar un coche de segunda mano y de paso visitar a su cuñado Pasadas, sufrió un asalto por parte de los niños de la aldea, que abrieron la puerta de atrás y menos mal que la Boni avisó a su suegra Expectación, que  fue y cerró la puerta. Los juguetes quedaron inservibles para la venta y su marido dijo: Yo que tengo tantos hijos, ¿qué voy a hacer o decir?
  En la Casa de la Galla estuvieron poco tiempo, 3 ó 4 años, después hicieron en la zona baja del Cortijillo una casa llamada La Cabaña, donde también mantuvieron el negocio, y explotaron una cantera de arena, mientras que su marido se dedicaba al negocio del taxi. Siendo esta su vivienda actualmente.
Después, como el negocio no daba mucho y tenía 6 niños que criar, aunque los mayores ya le ayudaban, se puso a trabajar en la recolección de aceituna, y los veranos, en la hostelería de la Costa del Maresme, donde estuvo once temporadas en el Hotel Aguamarina, y dos en el  Restaurante  “El Cortijo”. En las aceitunas estuvo con Paquito Sierra, María Ramírez, Manolillo Huerta, Benito Fuentes, Manolito Cañuelos, y Miguel Cañuelos, en Los Güenos, a los kilos y en la rebusca. Aún alguno recuerda a través de sus comentarios en este blog, como “La Paquera”, en los días de frío, le metía piedras sacadas de la lumbre debajo de las axilas para que se calentase. Ha trabajado en los invernaderos de Almería, seis temporadas en la vendimia, en Francia, de donde le ha quedado una paguilla. Mientras tanto su marido estaba con el taxi, cotizaba de autónomo, pero sus hijos no tenían derecho a la sanidad. Después le dieron la baja por enfermedad,  pues padece de Reuma polimialgia a los músculos, osteoporosis, con fuertes dolores, que le dejaron prácticamente inválida.

 Estuvo casada 52 años hasta que hace tres años, murió su marido Antonio Teodoro Anguita Montañez,  conocido como “Braguetas”.
Le gusta toda clase de música, sobre todo Paquito Rodríguez que tenía en aquellos tiempos mucha fama en Granada. También le gustaba Carmen Sevilla y Rocío Jurado, aunque Manolo Escobar era su favorito y cuando salía en la tele, le llamaba su marido para que fuese a verlo. Su padre tenía pasión por Rafael Farinas. Lo de  “La Paquera de Jerez”, se lo puso su marido pues ella no tenía apodos en Fuente Vaqueros, donde era conocida como la Paquita de Anselmo. Su marido le decía que por su temperamento era parecida a la Paquera de Jerez y a ella no se le da nada, como tampoco le disgusta el apodo que heredó de su marido: “Braguetosa”. También le gustan los toros. Le ha gustado siempre viajar pero como tenía 6 niños, no podía. Sólo cada 15 días iba a visitar a su familia pero lo normal era que viniesen sus padres a verla. Ahora con la Asociación de vecinos hace viajes y participa activamente siempre que se le requiere.

 Tiene mucha devoción por la Virgen del Rosario a la que le canta en el mes de mayo y  siempre que sale en procesión le dice “Muchas Vivas”.     Pero su verdadera pasión son sus hijos y sus nietos, a los que siempre ha defendido, ayudado y protegido por encima de todo.

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